Hubo alguien que en estos años acompañó cada uno de los pasos de Federico Bal de manera incondicional, sin reprochar ni exigir nada: Enrique. Porque este Jack Russel Terrier llegó a la vida del actor en el momento mismo de su explosión mediática, cuando se lo obsequió Marcelo Tinelli. Y ya no se separaron más.
Pero hoy, con nueve años, Quique enfrenta un momento muy delicado. "Tiene un tumor en un ojo y lo deben operar para quitárselo", le contó Fede a Teleshow, poco después de dedicarle un posteo en su cuenta de Twitter:
"¡Te extraño amigo mío! Fuerza, vas a estar bien", le escribió el subcampeón del Bailando 2017, quien este verano hará temporada teatral en Mar del Plata con su mamá, Carmen Barbieri: subirán al escenario con la obra Magnífica. Y Enrique debió quedarse en Buenos Aires, en una hostería canina donde lo cuidan. En unos días será la intervención quirúrgica. Fede seguirá su recuperación a la distancia.
Enrique también es una debilidad para Laurita Fernández. "Con ella es buena onda, hay un amor que no me le puedo acercar. Ha mordido a mucha gente, está medio loquito, pero con ella no", contó una vez el actor. Y en unas semanas que estuvieron distanciados, Laurita llegó a decir que "extrañaba más" a Enrique que a Federico.
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