Baltasar Comotto, guitarrista del "Indio" Solari: "Lo que él genera sólo puede compararse con un millón de personas rezando en una mezquita"

Además de ser músico sesionista, ya va por su tercera producción discográfica: "Elite". Y en diálogo con Teleshow recordó lo ocurrido en el recital de Olavarría: "Sacamos adelante un concierto inolvidable que va a quedar en la memoria de todos"

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Baltasar Comotto es uno de los mejores guitarristas argentinos. Lo respalda una extensa trayectoria: fue convocado por dos leyendas como Luis Alberto Spinetta y Carlos "Indio" Solari. Así fue construyendo una carrera siempre en ascenso, que hoy lo encuentra presentando su tercer disco, Elite.

Allí busca lo que considera más importante: transmitir su música -siempre bajo el amparo del rock- con bases electrónicas y algunos toques acústicos. Eso lo convierte en un innovador en el género. Porque más allá de haber trabajado con las figuras más importantes de la escena nacional, Comotto se anima a recorrer su propio camino.

¿Qué buscás transmitir en tu tercer disco?

—Básicamente es un disco de rock con bases electrónicas, algunos toques acústicos también. Y es un poco lo que trato de expresar con las palabras y la música.

—¿Qué sentís ahora?

—Busco reflejar cosas que me pasan en mi vida, de una manera elegante y directa, con todo lo que eso implica porque no todo es bello: hay algunas cosas que son duras. Todo ese tipo de cosas se reflejan en este disco, en las letras, en la sonoridad…

—De las duras, ¿qué me podés contar?

—La canción "Mar" es un poco el reflejo de la ciudad en la que vivo: el ruido, el caos, la intolerancia también. Yo vivo por acá cerca, y en mi casa hay una esquina donde hay muchos accidentes. Y en esa esquina veo un poco el reflejo de lo que es esta ciudad, la intolerancia.

—Se te conoce como el guitarrista estrella: tocaste con Spinetta, Calamaro, el Indio, ¿te sentís un poco así?

—No, no. Considero que he tenido la suerte y la posibilidad de tocar en un montón de proyectos con gente muy conocida, leyendas, como Luis Alberto Spinetta.

—¿Cómo se te acercó Luis? ¿Recordás ese llamado?

—Sí, me dejó un mensaje en el contestador para ensayar un tema conmigo que él estaba haciendo en ese entonces para Los árboles, y para hacer una presentación en el Rex II. A partir de ahí conocí todo su entorno, y los músicos que están en ese disco. Siempre me sentí como un afortunado por haber estado en esas instancias, como con el Indio, y tocar en "Los Fundamentalistas (del aire acondicionado)", o haber tocado con Andrés. Son instancias que te marcan…

—¿Y al "Indio" cómo llegaste?

—Con el Indio grabé el primer disco, "Tesoro de los inocentes". Me llamó Eduardo Barrera, técnico e ingeniero de grabación de ese disco. Fue una experiencia muy linda, con mucha concentración, tratando de meterme mucho en su música.

—Para aquellos que no lo conocen personalmente, ¿cómo es el "Indio"? ¿Cómo lo definirías?

—Un poco difícil de expresarlo con palabras. Muy exigente con su música, mucha pasión en lo que hace. Es un artista con todas las palabras que trasciende, también, la música. También hace la portada de sus discos. Ahora va a sacar un libro.

—¿Habrá otro recital del Indio?

—No se sabe, no te lo podría decir. Por ahora creo que no.

—¿Por lo que pasó en Olavarría?

—Hay que dejar que las aguas se enfríen un poco. Todavía está todo muy caliente.

—¿Por qué creés eso?

—El país está muy caliente, y todo ese tipo de espectáculos, de esa magnitud, están un poco en la mira. Tanto sea el Indio como La Renga, o bandas que convocan multitudes y un público muy especial. No es el común denominador el público, digamos. No es Lollapalooza o festivales personales, es un público que es otra cosa…

—¿En qué se diferencia su público?

—Tenés que ir a verlo. Es un público muy pasional, muy devoto, agradecido de poder escuchar esas canciones que hace él, y hace cualquier cosa por ir a verlo. Eso no sucede mucho, esa pasión tan extrema.

—¿Cómo viviste ese show en Olavarría?

—Yo lo viví bien. Después se cortó el show porque hubo necesidad de cortarlo. Yo lo disfruté un montón, creo que tocamos muy bien y sacamos adelante un concierto inolvidable que va a quedar en la memoria de todos.

—¿Alguna vez viste esa cantidad tan grande de personas que vaya a un recital, trasladándose a una ciudad?

—Creo que es un fenómeno mundial, no sé si encontrás algo así en Estados Unidos o Europa a algo así. Me parece que no, por ahí en una mezquita en Arabia que vayan un millón de personas a rezar, no sé. Pero me parece que es un fenómeno único.

—¿Y qué pensás que tiene la banda como para que tanta gente conmueva por ustedes?

—La música del Indio, sus letras, el poder del sonido de su música. Creo que es eso.

—¿Qué pasó después del show, cuando te enteraste de las muertes y todo eso?

—Prefiero no seguir hablando del tema.

—¿Por qué?

—Prefiero seguir concentrándome en el material que estoy presentando ahora. Me parece que tengo más cosas para comentar. Creo que es más interesante, y eso…

—Continuemos con el disco. Hablame de tu segundo tema, "Ciego".

—Es un tema muy rockero con un ritmo muy extremo. La letra es un poco el reflejo de esa gente que no ve las cosas, que no quiere darse cuenta. Por eso tiene un poco ese juego de palabras: "Estás ciego, estás muerto…".

—¿En qué lo ves?

—En la calle. Mucha gente está ciega, yo creo que sí.

—¿A vos te pasa?

—Sí. A veces también me pongo ciego…

—¿Qué cosas no ves?

—¿Qué cosas no veo…? Ahora no estoy viendo tevé, antes veía más televisión, ahora no veo más…

—Y "Elite", ¿por qué?

—El nombre tiene mucho poder y refleja un poco lo que pasa hoy en día en muchos estratos sociales… Se me ocurrió el tema del nombre por elegir una elite de temas: tenía 20 temas y quedaron 13.

—¿Siempre te dedicaste a la música?

—Sí, toco la guitarra desde los 15 años. Mi primer grupo lo armé con mi hermano Agustín Comotto y con Teo Lafer, un amigo mío que también participó con Eduardo Martí en la gráfica del disco. Mi primer trío se llamó Mutrones, era una banda de fan metal. Ese fue el inicio hasta que me hermano se fue a vivir a España, y ahí me empecé a vincular a otros músicos y otros proyectos.

—¿Qué es lo que más te gusta de esta carrera?

—Siempre quiero hacer música nueva y estar en proyectos que estén buenos, que me interesen, para no estar tocando todo el tiempo lo que ya hice. Eso es lo mejor: hacer nueva música y salir de los esquemas. Por eso me gustó este disco, "Elite", cómo se fraccionaron y entraron en el disco los invitados, Daniel Melingo y Escapares. Fue el primer tema del disco que grabé en España, en una gira que hicimos con Calamaro. Aproveché esa instancia en Madrid y fuimos a grabar a un estudio con Fernando Lupano, mi cuñado, y con Sergio Berninelli, baterista y amigo. Y bajo la conducción de Diego Nieselson. Es un tema acústico, bastante fílmico. Y tuvimos la suerte que Daniel Melingo metiera la voz acá, en Argentina.