El Cuarteto de Nos: "Componer las canciones nos lleva mucho tiempo, un año y pico"

El Cuarteto de Nos es una banda uruguaya integrada por Roberto Musso, Santiago Marrero, Santiago Tavella, Gustavo Antuña y Álvaro Pintos, que se destaca por hacer rock alternativo con rap rock, acompañado de elementos pop, electrónicos y hasta humorísticos, siendo los primeros en incursionar en este género.

De aquellos pasos iniciales, y más allá de algún cambio en la formación, ya transcurrieron más de 30 años: se formaron en 1984. Y pese al tiempo y las nuevas aventuras, como conquistar Colombia y México, mantienen un ambiente cálido y siempre están unidos; ese es su lema principal.

Acaban de sacar Apocalipsis Zombi, un disco que va desde el rock folclore a la música electrónica. Es el primero que editan en nuestro país junto al legendario productor Cachorro López, quién le puso una gota de frescura a la banda. Tendrá su presentación oficial el próximo 19 de agosto en el Luna Park. Y con muchas ansias, Santiago Marrero y Roberto Musso con Teleshow acerca de cómo se preparan para este momento tan importante en nuestro país, ya que llevarán El Cuarteto de Nos a distintas ciudades del Interior.

—¿Cómo nace la canción "Apocalipsis Zombi"?

Musso: —No soy muy afecto al género zombi, y tuve que ponerme a investigar un poco. Cuando tuve la idea de hacer este disco donde el "yo" está colocado en distintas bestias, como El innombrable, El invisible, también el zombi, me gustó como experimento para que cada uno de esos personajes contara una especie de correlato de la sociedad: cómo estamos viviendo ahora, en el cual uno podría reconocer el pedazo de zombi que tiene.

—¿Cuándo creen que aflora el fenómeno zombi en la sociedad?

Musso: —Aflora en los momentos de crisis, culturales o económicas, como la que estamos viviendo ahora. Además, representando ese espejo de esta sociedad híper narcisista que somos. Como dice la canción, el miedo de encontrarse el reflejo más aterrador que puede ser ese narciso visto nacer en descomposición que es el zombi, siendo uno mismo.

—¿Por qué tenemos una sociedad híper narcisista?

Musso: —Es un poco parecido a la marcha zombi eso de estar cada uno yendo hacia adelante sin saber hacia dónde, y como sin comunicación, sin una ideología.

Marrero: —Sin una construcción de lo estético, de la imagen. Nosotros lo vemos en los shows, donde a veces la gente está filmando (el escenario), y es como que todos los vínculos que tenemos están mediatizados por una pantalla: siempre estás perdiendo esa percepción de que hay algo que está ahí, que es lo real. Y veo gente filmando que se está moviendo, y después ese video no se podrá ver…

—En el videoclip de "Apocalipsis Zombi" muestran justamente eso.

Musso: —Tal cual. Vi varias entrevistas de George Romero, que es un cineasta que generó un poco este fenómeno zombi en la cultura pop, y él decía que si hubiera visto una invasión zombi la gente saldría despavorida, o se sacaría una selfie con el zombi.

—El público también termina siendo parte del show.

Marrero: —Sí. Tiene como una cosa de pertenencia que también es entendible. Tenemos un vínculo con la tecnología medio novato, por decirlo de alguna manera, porque todavía vivimos en esa fascinación tecnológica. Hay ciertas cosas que hacemos ahora que por ahí, dentro de 15 años, vamos a decir que era cualquiera lo que hacíamos. La canción también habla de las emociones, pone en cuestión la relación con estos dispositivos, por lo menos que te lo pongas a pensar. Cuando salió el video los primeros comentarios decían: "Qué loco que estoy viendo un video de ustedes". Nos hacían una crítica a los dispositivos, desde un dispositivo… Entonces, está bueno que ya se empiece a pensar en eso.

—¿A qué se refieren cuando hablan de "tecnoafecto"?

Musso: —Es un poco la filosofía de vida que estamos teniendo ahora: el touch and go afectivo y emocional.

—¿Ese tipo de touch and go lo viven más los músicos por el estilo de vida que tienen, o creen que es para todos igual?

Musso: —La música no escapa a que todo eso es igual. Hoy, son canciones "usar y tirar": estás escuchando una canción en la radio que se usa y se usa hasta que se vuelve vieja, y no hay nada peor que aquello que recién pasó de moda. Nadie quiere de vuelta escuchar esa canción.

Marrero: —Eso también pasa con la duración de las canciones: cada vez son más cortas. Es muy loco, se vuelve súper viral, dura menos de un mes, y tiene como que venir otra canción. Antes había algo más más conceptual: las cosas duraban, lo mismo con la música, los discos. Aunque por ahí hay discos como Los Beatles que siguen siendo contemporáneos.

—¿Qué buscaban transmitir con la canción "El gaucho"? 

Musso: —La chispa que generó escribir esa canción fue cuando Alemania le ganó la final del Mundial a Argentina. Y cuando los jugadores alemanes volvieron a su país hicieron un festejo donde hacían un pasito como que ellos caminan parados, y el gaucho camina agachado. Nos cayó muy mal. Dije: "¿Así que el gaucho camina agachado…?". Entonces quise hacer una canción que empiece diciendo que este gaucho no se agacha, y que hable de la garra, de esa superación a la adversidad que tenemos todos los rioplatenses, y los latinoamericanos, que nos cuesta siempre más que por a la gente del norte. Y cerró por ahí el concepto.

—¿Cuanto tiempo les lleva escribir las canciones?

Musso: —Mucho tiempo. Estoy como un año y pico haciendo las canciones. Pero a veces, hacerla en un período más largo hace que la canción tenga distintos estados de ánimos porque te fueron pasando distintas cosas.

—Estudiaste ingeniería: ¿qué encontrás en común entre tu profesión y la música?

Musso: —Yo siempre hablo del método científico del fracaso, el error, y de que es fundamental no tener miedo en un experimento de que te vaya mal. Al escribir canciones mucho más lo que se tira a la papelera que lo que queda en definitiva plasmado en un tema. Y si sos una persona que se desanima rápidamente en el intento, porque hacer una canción es un experimento, no vas a llegar a ningún camino. Eso yo lo tengo bastante estudiado en mi pasaje por la universidad, y trato de aplicarlo acá.

—Otro de los temas, quizás uno de los clásicos, es "Habla tu espejo". ¿Te describís a vos mismo?

Musso: —Sí. Fue justo en un momento de mi vida en que había sido papá por primera vez, mi mamá estaba con mal de Alzheimer, en una etapa bastante más jorobada, y yo estaba con estos sentimientos a flor de piel. Entonces, fue probar lo que pasaba. Fueron canciones muy arriesgadas. Hoy ya muchas están instaladas en el repertorio del grupo porque rindieron un fruto enorme. Le dieron al show una parte emocional y sentimental que no tenía, lo hizo mucho más rico. Nosotros nos preguntábamos cómo íbamos a tocar "No llora" o "21 de septiembre", que son canciones realmente con mucha carga emocional, después de "El hijo de Hernández" o "Damián", que son súper festivas. Y funcionó increíble, como una montaña rusa de emociones. Entonces esas canciones ya quedaron instaladas en ese repertorio.

—Después de 30 años, ¿qué creen que es lo más difícil de la industria?

Musso: —Y… mantenerse es difícil. En nuestro caso, ha sido en base a mucha constancia. También por ir a empezar de vuelta en muchos lugares, por más que seamos una banda establecida en Uruguay y en Argentina también, aunque no tanto. Ir como una banda masiva a tocar para 60 personas en México, de cero, y que de pronto en la nota te pregunten cómo te llamas y qué instrumento tocas. Esa fue una decisión importante para nosotros.

Marrero: —Tenemos colegas que no lo han hecho, y se frustraban. Por ejemplo, bandas muy grandes en Uruguay e iban a México y decían: "Ir para tocar para 100 personas, otra vez hacer todo ese trabajo…". Nosotros lo resumimos como una decisión de la banda, decir: "Vamos a arriesgarnos, a empatar económicamente durante las primeras giras". Somos trabajadores.

—Como banda, ¿qué es lo que los mantiene unidos?

Musso: —La clave lo humano. Y más allá de los músicos, en todo el grupo somos 13 o 14 personas que muchas veces convivimos y viajamos mucho tiempo. En eso nosotros valoramos más la calidad humana de la gente que cómo es como técnico, como músico o lo que sea, porque es como una familia en la que tenes que convivir. Y cada uno sabe el rol que juega en la banda. Eso está muy claro, y termina limando asperezas. Cuando tenemos discusiones, porque obviamente siempre las tenemos, como "qué canción va, qué tapa hacemos, qué tipo de show", terminan siendo discusiones ásperas. Pero sabemos que se acabó la discusión y vamos a tomar una cerveza y hablar de fútbol. Esa creo que es la clave de no contaminar el espacio de relación personal.

Marrero: —Y respetarse también las diferencias, porque somos personas muy diferentes en edad, en gustos, en todo. Dejar esas diferencias es lo que nos potencia, en lugar de que sea espacio de conflicto. Que lo diferente sea lo que nos una.