Análisis de "Ready Player One": Spielberg, en estado puro

La nueva cinta del director de "Tiburón" es un deleite para los sentidos, un filme que une a las más nuevas tecnologías de narración con el espíritu retro de la década del ochenta

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En un futuro distópico en pleno año 2045, con un mundo en decadencia y las personas viviendo hacinadas en casas rodantes, el único escape que tienen los habitantes del planeta es un juego de realidad virtual llamado OASIS.

El excéntrico creador de OASIS, es James Donovan Halliday (Mark Rylance), quien tras su muerte ha dejado tres acertijos escondidos en su creación, quien los encuentre heredará toda su fortuna. Así comienza una carrera entre Wade Watts (Tye Sheridan), un joven aficionado al videojuego, y varios competidores que deberán superar distintas pruebas si es que quieren hallar las tres llaves escondidas que les darán el triunfo.

La novela original en la que se basa el filme fue escrita por Ernest Cline, un fanático del cine, la música y la cultura de los ochenta, que logró fusionar ciencia ficción con su pasión por esa década. El resultado fue una de las novelas más apasionantes y originales de los últimos tiempos, un texto que solo podía tener un realizador para su adaptación cinematográfica: Steven Spielberg.

La actriz Olivia Cooke en la premiere de “Ready Player One” en Los Ángeles (REUTERS/Mario Anzuoni)
La actriz Olivia Cooke en la premiere de “Ready Player One” en Los Ángeles (REUTERS/Mario Anzuoni)

El director de Los cazadores del arca Pérdida es la piedra fundamental del séptimo arte en los ochenta, su cine marcó a toda una generación que creció en esos años y ha sido reverenciado y homenajeado en filmes como Súper 8 o series como Stranger Things. Entonces, Ready Player One funciona como un autohomenaje que el propio Spielberg se hace en un largometraje que es mucho más que un ejercicio de nostalgia.

El largometraje nos devuelve al director de cine de aventuras y ciencia ficción que nos maravilló con Minority Report o más atrás con E.T. El extraterrestre potenciado al cien por cien. Ayudado por las nuevas tecnologías como el "motion capture", la película es un espectáculo visual sorprendente y frenético. La acción en vivo convive con la animación digital como si todo fuera parte de un mismo universo, en donde los intérpretes se mueven con soltura y logran empatizar con los espectadores.

Steven Spielberg y los actores Tye Sheridan, Olivia Cooke, Lena Waithe, Philip Zhao, Simon Pegg, Win Morisaki y Ben Mendelsohn (REUTERS/Mario Anzuoni)
Steven Spielberg y los actores Tye Sheridan, Olivia Cooke, Lena Waithe, Philip Zhao, Simon Pegg, Win Morisaki y Ben Mendelsohn (REUTERS/Mario Anzuoni)

Además, el filme está tan plagado de personajes, imágenes, guiños e íconos de la cultura pop de los ochenta, que requiere sin dudas de un espectador muy atento para no perderse ninguna de las sorpresas que el realizador nos ha preparado. Como el propio Halliday de la historia, Spielberg también nos ha escondido varios "Easter eggs" por lo que el filme se disfruta tanto por su calidad técnica y artística como por su condición de "búsqueda del tesoro" virtual.

Estamos sin dudas ante un verdadero acontecimiento cinematográfico, ver en un mismo filme al DeLorean de Volver al futuro, al Gigante de Hierro, RoboCop, Chucky, He-Man, King Kong, y un sinfín de personajes notables del cine, la televisión y las historietas, no es algo de todos los días.

Ready Player One es moderna, osada y única, una película para que las nuevas generaciones de espectadores la sientan propia y cercana y los nostálgicos recuerden las épocas del cine en continuado. Un clásico de culto instantáneo.

Mi calificación: 10 puntos

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