Durante la jornada del veredicto de la Justicia sobre el caso del homicidio con secuestro y abuso sexual de Micaela García, se vivió un hecho muy poco común: el padre de la joven de 21 años, Néstor García, se fundió en un emotivo abrazo con Gabriel Otero, el único absuelto de los tres acusados.
Habían pasado unos pocos minutos de que se leyera la sentencia: Sebastián Wagner fue encontrado culpable por el secuestro, violación y el asesinato de la joven; Néstor Pavón recibió la pena de cinco años de prisión por encubrimiento agravado y el propio Otero resultó absuelto.
En un instante, Néstor García, vestido con un saco gris y una camisa clara, lo llamó a Otero, con camiseta blanca, y juntos se fundieron en un emotivo abrazo. Luego compartieron unas palabras entre los dos.
"Otero me saludó diciéndome que lamentaba lo sucedido y yo le dije lo mismo. Que lamentaba lo que tuvo que pasar en estos meses. Por eso nosotros no pedimos nada para él. Estamos seguros de su inocencia", afirmó García ante la prensa.
Otero estaba sospechado de encubrimiento en el caso. Es el hijo de la última pareja de Wagner y fue el encargado de limpiar el Renault 18 blanco con el que se secuestró a Micaela, el día después del hecho.
La Justicia determinó que el joven limpió el vehículo sin conocimiento alguno de lo que había sucedido dentro del mismo. Un ejemplo claro es que nunca vació el depósito de la aspiradora utilizada en el interior del coche. Una vez revisados esos residuos, se pudo relacionar a Wagner con la joven de 21 años.
"Me parece que Otero es una víctima más de la situación. En un momento pensamos que tenía parte de la responsabilidad, pero simplemente se demostró que Wagner le había pedido solamente que lavara el vehículo", aseguró Néstor García.
Por su parte, el propio Otero celebró que se le acabara su pesadilla. Durante los últimos seis meses debió pasar encerrado en su hogar con una prisión preventiva domiciliaria y el hecho le afectó en diversos aspectos de su vida.
"El padre me dijo que sentía mucho todo lo que tuve que vivir en estos meses. Pero yo siempre estuve tranquilo porque sabía que se iba a demostrar mi inocencia. Wagner no fue nunca mi padrastro, como se dijo. Yo a mi papá lo tengo vivo y tengo una gran relación con él", afirmó el absuelto.
Y añadió: "Por esto que pasó, mi vida se arruinó. Yo perdí mi trabajo. Tengo una bebé de diez meses y ahora tendré que salir a pelearla de nuevo".