"Me envenenaban la comida para que no tuviera erecciones": la fría justificación del hombre que mató a sus compañeros de trabajo

El autor de un doble crimen en una fábrica de hielo de Córdoba rompió el silencio desde la cárcel

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La fábrica en la que trabajaba el asesino (Télam)
La fábrica en la que trabajaba el asesino (Télam)

José Gustavo Suárez (41), el empleado de la fábrica de hielo cordobesa "Polarcito" que mató a dos compañeros de trabajo e hirió de gravedad a otro porque "lo molestaban", rompió el silencio desde la cárcel de Bouwer y explicó qué lo llevó a cometer la violenta agresión. El lunes de la semana pasada, "Cabrito", como era conocido, se cansó de las supuestas burlas, sacó un arma y mató de varios tiros a las víctimas. Después, al quedarse sin balas, le clavó una tijera en la espalda a otro de sus compañeros.

A una semana de lo ocurrido, Suárez culpó a los tres hombres de molestarlo durante años y llevarlo de a poco a tomar la decisión de asesinarlos. "Me ponían cosas en el mate para que no tuviera erecciones", denunció en diálogo con La Voz del Interior.

Aseguró, además, que "todos los días le hacían algo" y que "los tres le abrían el candado del locker para envenenarlo". Sostuvo que le "ponían algo en la comida y en la bebida" y que por eso le causaron la enfermedad que padece desde hace nueve años, un problema de uretra, que lo llevó a ver a ocho médicos diferentes y a someterse a dos operaciones. Remarcó que "no podía orinar de manera regular y sufría de impotencia sexual".

Reveló también que decidió matar a sus compañeros "ahí en el momento, el fin de semana". "Yo le dije al dueño dos veces. El viejo sabía que me estaban envenenando. Lo único que me dijo fue 'por qué no te vas'; dos veces me lo dijo, que no había pruebas. Y yo no tenía plata para poner un abogado", aseguró. "Así yo ya no puedo formar una familia", agregó.

Suárez aseguró estar convencido de que sus víctimas –Hugo Rojas (59), Damián Rojas (28) y Hugo Herrera (63) -fueron hasta su barrio para "hablar mal" de él a los vecinos y comerciantes. Y si bien los culpó en todo momento de lo ocurrido, expresó cierto arrepentimiento. "Todavía estoy cayendo de lo que pasó, de lo que hice; no creí que pudiera hacer eso. Estoy arrepentido porque está mal", señaló. "Yo quería que no me molestaran más", sentenció.

El dueño de la empresa, Lázaro Cristobal, dijo luego del crimen que el doble homicida era "un tipo muy callado". "Era un tipo callado, que ni hablaba. Que yo sepa no tenía antecedentes. No sé si tenía alguna enfermedad. Acá nadie molesta a nadie. Cuando yo venía, él siempre estaba trabajando en su lugar. Que yo sepa, no había peleas ni lo molestaban", aseguró. Suárez fue imputado por homicidio reiterado agravado por el uso de arma de fuego.