Crimen en la mansión: la familia quedó bajo sospecha por el cobro de una herencia

Se conocen las causas de la muerte de María Teresa "Taty" Valente, la mujer que fue asesinada el sábado pasado en su mansión del exclusivo barrio de Parque Leloir, pero aún el móvil sigue siendo un misterio. Sin embargo, por los detalles que se pudieron recabar en la investigación, la hipótesis por la que se inclinaría la fiscalía es que la víctima fue estrangulada por alguien de su círculo familiar.

La autopsia reveló que la víctima fue estrangulada, presentaba golpes en la cara y un pequeño corte en los labios. Según los exámenes forenses, había "escoriaciones vitales en la cara provocadas antes de la muerte" y "murió por asfixia mecánica y sofocación".

Establecieron que el asesino presionó el cuello de la víctima hasta lesionar sus dos arterias carótidas y que probablemente utilizó alguna tela para presionar la boca y la nariz de la mujer y así evitar que gritara. Al parecer su objetivo lo consiguió, porque de acuerdo con las declaraciones de sus hijos y los vecinos, no se escuchó nada.

También se comprobó que en la casa no faltaba nada, no había ninguna ventana o puerta forzada y los sensores de movimiento de la mansión no fueron activados. No había señales de un enfrentamiento. Esto hace suponer que el asesino conocía a la víctima. A partir de estos datos es que la fiscal de la causa María Laura Cristini, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N° 2 de Ituzaingó, ordenó investigar al entorno de "Taty".

Fue así que la funcionaria judicial hizo que los familiares y la empleada se sometan a exámenes médicos forenses para determinar si alguno tiene lesiones compatibles con una eventual pelea.

El último en verla con vida fue su hijo Omar, con quien vivía en la casa. Según dijo el joven, la noche anterior al crimen se fue a dormir a lo de su novia y por eso no estaba en el lugar y la hora del asesinato. Por esto es que la fiscal Cristini pidió analizar 15 horas de grabaciones de una cámara de seguridad, partiendo desde el punto en que el hijo aseguró que salió de la mansión.

Una vez que se supo que a Valente la mataron, la fiscal recaratuló el expediente por "homicidio" y ordenó una serie de medidas. Entre varias cosas, se preservaron las manos de la víctima para buscar rastros de piel del asesino bajo sus uñas. Pidió también a la Policía que se volviera a peritar la mansión.

La víctima murió alrededor de las 6 de la mañana del sábado. La mujer aún tenía puesto su pijama cuando la encontraron al borde de la pileta y además las luces de la vivienda permanecían encendidas. Esto hace suponer que la mataron cuando aún era de noche.

Cristini, ante la falta de elementos en la escena del crimen, comenzó a armar un perfil de la víctima basada en los testimonios de amigos y familiares. Se analizó su actividad en las redes sociales y según se corroboró, Valente tenía un perfil de Facebook con muchas fotos y videos con sus dos hijos, su ex y sus nietos.

Una herencia como móvil

María Teresa estudió Ciencias Económicas en la Universidad de Buenos Aires. Se casó con Pedro Omar Geraige, aunque se supo que este año se habían separado. Trascendió que por este hecho, la mujer había sufrido de depresión e intentó suicidarse. Según se supo, muchos en su entorno no sabían aún de la separación y tampoco hablaron de peleas ni de violencia de género. Su ex ya estaba en pareja con otra mujer.

A lo largo del matrimonio, la pareja compartió al menos dos sociedades comerciales: GERVSAL SRL , dedicada al rubro gastronómico; y GER Brothers SRL.

Su familia manejaba dos grandes restaurantes en Ituzaingó, llamados "Punta Leloir" y "Punta Límite". Además fue presidente de la Unión Comercial Industrial y Afines de Ituzaingó (UCIADI). Este buen pasar económico hace sospechar a los investigadores que el motivo del crimen esté vinculado a una posible herencia o a esas relaciones comerciales.