María Luján Rey: "Que Cristina Kirchner desconozca el fallo judicial es faltarle el respeto a la sociedad entera"

María Lujan Rey no contiene el enojo con la ex presidenta Cristina Kirchner por haber dicho públicamente en una entrevista en Crónica TV que la culpa de la tragedia de Once no la tuvo el Estado sino el maquinista. "Me genera la misma bronca que sentía en 2012 cuando escuchaba no solo a ella sino a todo su séquito de funcionarios señalar al maquinista como el único responsable". La mamá de Lucas Menghini, una de las víctimas de Once, recuerda que hubo un fallo con 21 condenados y en el que, si bien Marcos Córdoba tuvo una responsabilidad, fue la menor. "Lo de la ex presidenta es desconocer un fallo de la justicia, faltarle el respeto a las instituciones, a la sociedad entera y a los familiares".

En diálogo con Infobae, María Luján Rey recordó a su hijo Lucas, habló del juicio contra Julio De Vido, del estado de los trenes y de su incansable lucha para salir adelante y que se haga justicia.

¿Qué no te deja dormir?

La verdad es que duermo. Ya no hay cosas que me desvelen. A veces escucho cuando dicen "que se haga justicia para que tenga un poco de paz, para que las víctimas descansen en paz" y yo estoy convencida de que mi hijo, al que le encantaba dormir, debe estar descansando muy en paz y si no lo hace es porque no quiere. Porque él fue un buen tipo, porque no hizo nada malo, porque fue un ser noble y no tendría por qué no estar en paz. Y yo siento paz conmigo porque siento que estoy haciendo lo que está a mi alcance.

Cuando Cristina Kirchner dijo que la culpa de la tragedia de Once era del maquinista y no del Estado. ¿Qué sentiste?

Me genera mucha bronca. La misma que en 2012 cuando escuchaba no solo a la ex presidenta sino a todo su séquito de funcionarios señalar al maquinista como el único responsable. 21 ya fueron condenados, las condenas van desde los 9 años hasta los 3.  Córdoba tuvo una responsabilidad pero fue la menor. Fue el último eslabón. Que la ex presidenta desconozca un fallo judicial genera mucha bronca porque ya no es un intento por defenderse o contraponer su teoría a lo que sosteníamos los familiares; es desconocer un fallo de la justicia, faltarle el respeto a las instituciones, a la sociedad entera y a los familiares fundamentalmente.

Elegiste no hablar con ella pero si te la cruzaras, ¿le dirías algo? 

Yo espero no cruzármela. Pero hoy acá, pensando la situación hipotética, no le diría nada. Ella mío no es nada. En algún momento fue presidente de todos y las explicaciones se las debe a todos.

Está De Vido finalmente en el banquillo de los acusados, algo histórico. Más allá de la causa, ¿qué sensaciones tuviste ese primer día en el que él estaba sentado ahí?

Lo primero fue un gran orgullo por los familiares, que mantuvimos la lucha. Verlo ahí sentado y que no se pueda dar vuelta. Que se tiene que cuidar para no cruzarse con ninguno de los familiares… Para mí De Vido es un cobarde y lo dije siempre. Tal es así, que sigue igual que la ex presidenta responsabilizando solo al motorman y hasta tiene la caradurez de salir a decir que él es el más dolido con todo esto.

¿Alcanza con De Vido?

Las responsabilidades políticas y las responsabilidades penales se dirimen en lugares diferentes. Y en los tribunales y a través de estos juicios nosotros estamos logrando condenar a los responsables penales de la tragedia. Para eso se necesitaron recabar las pruebas para que hoy De Vido esté cuando fue el gran ausente del primer proceso. Pero las responsabilidades políticas se dirimen en las urnas y confiamos en que la sociedad en algún momento tenga la madurez necesaria para repudiar enérgicamente a los corruptos y dejar de sentarlos en lugares de privilegio. No importa de qué partido sean. La corrupción mata y nos atraviesa transversalmente como sociedad.

Hoy viniste en tren hasta acá, ¿cómo se viaja hoy?

Se viaja en trenes chinos nuevos. Quiero decir que, pese a que ya tienen tres años, están limpios, los usuarios los cuidan y no los bandalizan como nos quería hacer creer el ministro de la "revolución ferroviaria" -en alusión a Florencio Randazzo-, que decía los trenes estaban así porque éramos los usuarios los que los rompíamos. Pero hoy se viaja lento porque estos trenes no pueden desarrollar velocidad, porque las vías no fueron renovadas, porque los sistemas de señalamiento tienen cien años, porque no hay sistema de frenos automáticos que eviten otra tragedia; porque la "revolución" era poner plasmas en los trenes viejos, plotear trenes podridos, hacer estaciones renovadas, pero no realmente las obras necesarias. Los familiares confiamos en que en algún momento las obras que se han comenzado se terminen. Y que obras tan grandes como el soterramiento no sean una vez más utilizadas para negocios espurios.

¿Cómo se transforma el dolor y la bronca de una tragedia en algo positivo, en las acciones que decidiste y elegiste tomar?

En el mismo momento en que me informaron que Lucas estaba arriba del tren sin vida entendí que no iba a dejar nunca de ser la mamá de Lucas pero que iba a tener que ser una mamá distinta porque mi hijo ahora no iba a estar conmigo. Pero supe también en ese momento que soy la mamá de Lara, y Lara estaba atravesando un dolor tremendo de ya no tener a su hermano. Y cómo mamá tenía la obligación de sostenerla. Lara hoy es grande, pero yo creo que la manera que tengo para protegerla es hacer lo que estoy haciendo. Es hacer lo posible para que nuestro país sea un lugar mejor y para que en nuestro país no sea un riesgo subirse a un tren. Yo soy responsable de la vida de Lucas y no de su muerte. Y quiero mantener esa tranquilidad hasta el último de mis días y la única manera es haciendo lo que esté a mi alcance. No quiere decir que no duela, no quiere decir que no llore.

Once nos pasó a todos, pero ¿aprendimos como sociedad?

En gran parte sí, pero a veces creo que somos muy cómodos.  A veces me pasa que me dicen: "Sigan no aflojen". Y está buenísimo; pero a veces me da ganas de decir: "Yo sigo. Yo no aflojo pero vos acompañá desde otro lugar". Un esfuercito más. Sí creo que hemos aprendido que la tragedia de Once ha dejado más que claro que la corrupción nos mata. Y no fue sólo en el tren. Nos mata en la ciudad que se inunda en La Plata, en el edificio que explota en Rosario, en cada una de las rutas que no se hicieron y no se señalizaron. Pero, lamentablemente, muchos terminan aprendiendo cuando les toca estar de este lado y eso es lo que da mucha tristeza. Yo sé que uno aprende de la experiencia, pero siempre digo qué importante sería si pudiéramos tomar la experiencia de otros para aprender. Porque todo lo que yo aprendí en estos 5 años y medio es con el costo de no tener a Lucas y la verdad que no es un costo que le recomiende a nadie.

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