Es hora de despertar

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Gente querida, hay todo tipo de preguntas mundanas, y también están aquellas que suelen desfilar por nuestra mente, en ocasiones, las preguntas del alma.

¿Qué les esta sucediendo con esto? ¿Cuánto tiempo de introspección se permiten a diario?

¿Tienen con quien compartir diálogos más profundos que los meros temas de la calle?

El consenso de los grandes difusores, a lo largo de la historia, se refiere a ese punto en que nada importa más en la vida cotidiana que resolver ciertos vacíos que la parte material no puede llenar.

¿Están teniendo una vida feliz? ¿Qué se entiende por una vida dichosa?

¿En su vida hay tensión o distensión? ¿En sus relaciones con sus seres cercanos, ustedes pueden fluir de forma espontánea? ¿Tienen miedo al accionar de los otros? ¿Los quieren manipular? ¿Sienten que los controlan y presionan?

¿O quizás la situación es la opuesta, son ustedes grandes manipuladores que intentan cortar la libertad de los demás, disfrazándose de corderitos abusados?

Estas son las grandes preguntas del alma.

Pautas claras: Cuando se despiertan a la mañana, ¿Lo hacen con gratitud profunda por haberse despertado, ya que cuando alguien se va a dormir a la noche, no sabe si se despierta a la mañana siguiente?

Muy poca gente agradece por el nuevo día. La mayoría inicia la carrera por la rutina diaria sin darse tiempo de percibir de quién depende ese cuerpo que corre.

¿Quién es el morador de la energía vital? ¿Quién permite que estén leyendo esto en estos momentos, y captándolo, y quizás saliendo de la ignorancia y entrando en el autoconocimiento?

Abrazos inmensos. Feliz día, cada día de sus vidas.