Daniel Zalazar, el psicópata femicida que casi comete filicidio

Daniel Zalazar Quiroga, de 31 años, no volverá a ser el mismo. La plena incertidumbre de saber quién era antes para entender, si es que se puede comprender, quién es ahora -ante la mirada de una sociedad inmersa en una profunda angustia- está latente.

Ayer domingo asesinó con un arma blanca de manera brutal a tres mujeres de su familia: su ex pareja, Claudia Lorena Arias; luego a la tía y a la abuela de la joven. También en la misma escena del crimen hirió gravemente a su hija de 11 meses y a un menor de 11 años; ambos, internados en grave estado.

"Por suerte cada vez estos casos nos conmueven más y aparece esa sana angustia social. Se nos hace tan difícil metabolizar o simbolizar acontecimientos como el triple crimen de Mendoza, porque cuando el odio aparece a caudales tan salvajes, cuando la crueldad se presenta de manera tan directa, casi como un estallido de pulsión de muerte absolutamente dirigida, se nos hace muy difícil pensarlo. Entonces se presenta la angustia, porque uno no puede simbolizar algo de la realidad", explicó a Infobae el psicólogo Gervasio Díaz Castelli.

Zalazar es señalado por sus vecinos como un hombre común, un tipo tranquilo. Oriundo de la provincia de Santa Cruz, sin antecedentes ni episodios previos de violencia, mantuvo una corta pero intensa relación de noviazgo con Claudia Arias, fruto de la cual nació Mía. Un rato de taekwondo -su gran pasión- y una vida con una tranquilidad asombrosa en el barrio Trapiche de la ciudad de Mendoza.

"No podemos hablar de emoción violenta. La persona estaba ubicada en tiempo y espacio, había una planificación de la acción. Lamentablemente la sustancia del odio y la crueldad está en los seres humanos. Me gustaría que así no sea, pero es así. Me parece muy peligroso que nosotros siempre estemos llevando la crueldad y el maltrato o destrato a la emoción violenta", describió Díaz Castelli.

El especialista agregó: "Aquí hay un estallido de odio en su estado acaso más puro. En el mundo existe lo que psicólogos y psiquiatras llamamos psicópatas, personas que gozan y disfrutan del dolor del otro. Cuesta comprenderlo, pero hay mucha gente que funciona de esa manera. La psicopatía es un modo de ser. Dejemos de pensar en la psicopatía como una enfermedad porque si no, vamos a estar haciendo psicologismo, justificando la crueldad y el maltrato entre los hombres".

El psicópata que buscó el filicidio

"En la historia de la criminología pocas personas rompen la barrera de atentar contra un niño. En muchísimos casos de filicidio, esa barrera de atentar, lastimar y herir a un niño no aparece. Aquí hubo una ruptura de lo que se llama el contrato social. No hubo ningún freno ni fenómeno de inhibición de la violencia. Lamentablemente, esa sustancia del odio cuando está en una persona y esta cruza un límite (y con menores), no nos dejemos envolver por la situación", dijo el psicólogo.

El fiicidio es un delito que consiste en atentar contra la vida y que es cometido por la madre o el padre hacia un menor e hijo propio. El término deriva del latín filius, que significa "hijo".

"Tenemos tres nenes, se habló de filicidio pero no se habló de estas víctimas colaterales que están siendo agredidos. ¿Significa que haber recibido esa agresión en la primera infancia los condena de por vida, a sufrir o reproducir la violencia? No, porque tenemos el amor. Y lo que nos repara de la crueldad y el maltrato entre los seres humanos. Lamentablemente el odio entre los seres humanos existe, pero también el amor, que todo lo repara", concluyó Díaz Castelli.

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