El asesinato de un chico de 14 años terminó con la casa del sospechoso incendiada y un autobomba apedreado

A principios de octubre, 17 personas fueron detenidas y miles de dosis de droga fueron secuestradas después de una serie de allanamientos en el barrio Villa Springfield, en la localidad quilmeña de Bernal. Una semana después, Héctor, un chico de 14 años, apareció muerto a pocos metros de una de las entradas al barrio. Había sido degollado.

Sus amigos y familiares culparon a una banda narco que habría ordenado el asesinato de Héctor para marcar territorio. Decidieron no esperar a que las fuerzas de seguridad empezaran la investigación, fueron a la casa de quien creían era el sospechoso, y la prendieron fuego.

Cuando los bomberos voluntarios de Bernal recibieron el llamado de alerta y se dirigieron a Villa Springfield, los familiares y amigos de Héctor no sólo no los dejaron hacer su trabajo, sino que además los atacaron con piedras y otros objetos. Dos bomberos resultaron levemente heridos, y el parabrisas del autobomba quedó destruido.

En su página de Facebook, la Asociación Bomberos Voluntarios de Bernal realizó su descargo:

Según fuentes de la investigación, hay una persona detenida acusada del crimen. Pero según trascendió, el asesinato habría sido cometido por más de un hombre, por lo que familiares y amigos del joven asesinado marcharon para pedir justicia.

Graciela Rodríguez, la mamá del adolescente, dijo que "me arrancaron el corazón, no me importa si me matan. Mi hijo no se merecía que lo maten como a un perro. Hay mucha gente conmigo". "Los tipos hacen lo que quieren con las criaturas. Vengo pidiendo ayuda hace meses para sacarlo del paco a mi nieto y nadie apareció", agregó Rodríguez.

La madre de Héctor también hizo referencia a los imputados en la causa: "Los detenidos sí andan en la venta de droga, se cansan de arruinar a las criaturas. Hay un detenido hasta el momento. Me dieron los resultados de la autopsia que confirmó que lo mato más de uno. Mi hijo era muy compañero conmigo".