Negociaciones secretas y pasos al costado en un radicalismo que buscará influir más en Cambiemos

Después de varias reuniones, el gobernador mendocino Alfredo Cornejo fue consagrado por unanimidad como nuevo presidente de la UCR.

Compartir
Compartir articulo
(Nicolás Stulberg)
(Nicolás Stulberg)

Cuando esta mañana el gobernador de Mendoza pisó Aeroparque no tenía idea de que por la tarde sería electo, por unanimidad, presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical. Fue Enrique 'Coti' Nosiglia uno de los que selló el acuerdo entre los dos sectores en pugna. El otro fue el jujeño Gerardo Morales que junto con su par mendocino estaban urgidos por irse al Congreso de la Nación adonde el Gobierno había convocado a gobernadores, ministros  y diputados para intentar aprobar el lunes la reforma previsional.

Antes del mediodía el radical César Martucci se fue desde el Savoy en la avenida Callao hasta la sede del Comité Nacional en la calle Alsina. En el hotel se juntaron los que respaldaban a Federico Storani, representante de la vertiente más crítica, sin ser rupturista, de la alianza con Cambiemos. Martucci llevó el mensaje al ala más acuerdista con el Gobierno: José Corral, presidente hasta esa hora; Morales, Cornejo y los jefes de los bloques en el Congreso. El mensaje de Storani, que a esa hora juntaba unos 40 votos, poco menos de la mitad de los delegados al Comité Nacional, fue que si insistían con la candidatura del diputado José Cano, tucumano y ex titular del Plan Belgrano Norte, iban a ir a la confrontación y en ese caso el que ganaba conduciría el partido con casi la mitad de los radicales relegados. Cano ya venía pensando en que el radicalismo tenía que ir por la unidad en un momento difícil para el país, pero nadie cedía. Entonces Martucci, que comparte la pasión por Boca con Nosiglia, llamó desde su celular al operador y delegado de la Capital y le pasó la comunicación a Morales. Uno y otro acordaron verse enseguida y Nosiglia también se fue del Savoy al Comité Nacional. El resto del trabajo lo hicieron entre el propio Cano y Corral: convencer a Cornejo que tenía que aceptar porque el sector storanista vetaba al tucumano por considerarlo "el candidato de Marcos Peña".

Un rato más tarde también Storani se fue al Comité Nacional, en cuyo primer piso se encerró con el chaqueño Angel Rozas, jefe del bloque de la UCR en el Senado; con Corral, Nosiglia, Morales, Cornejo y Luis Naidenoff, jefe del interbloque de Cambiemos en el Senado. El mendocino, que a su vez había propuesto hace tiempo que el sucesor de Corral fuera Cano terminó cediendo con una sola condición: que en la mesa lo acompañaran los radicales de mayor responsabilidad y representación. Entonces se acordó que además de él como presidente, las vicepresidencias se repartieran entre Morales, Ricardo Colombi (a quien aún llaman gobernador aunque lo sucedió Gustavo Valdés) y Storani. Para Cano quedó una de las secretarías y para Enrique Nosiglia la estratégica Comisión de Acción Política que tendrá a su cargo definiciones estratégicas.

(Nicolás Stulberg)
(Nicolás Stulberg)

El paso al costado de Storani y de Cano y la aceptación de los gobernadores de integrar una mesa que les demandará un esfuerzo extra al que ya tienen al frente de su gestión tiene varios significados. El primero, todos comparten las responsabilidades y los costos. Morales al hablar antes de la votación (que fue una formalidad ya que estaba todo acordado) le pidió disculpas al presidente saliente José Corral "por haberte dejado solo" y por las críticas. Otros no coincidieron, aunque no lo dijeron. El jujeño prometió a Cornejo que ni él, ni Storani, ni Colombi lo iban a dejar solo con la conducción de un partido que tiene fuertes debates pero que pidieron darlos puertas adentro. Eso sí, tuvo que hacerle un gesto a las mujeres que le  reclamaban a los gritos paridad y les ofreció su lugar, lo que finalmente no ocurrió.

El gran tema, sin embargo, es que con Storani como vicepresidente la UCR se prepara para reclamar más "influencia" (fue un sustantivo mencionado en cada discurso) en las decisiones de Cambiemos, especialmente, como dijo el bonaerense, "cuando haya cuestiones que raspen los valores del ADN radical". Pidió lealtad pero también "mayor institucionalidad en Cambiemos y tener una agenda". Incluso señaló las dificultades de defender a un candidato que no nombró pero que al cuestionarlo fue evidente que se refería a Esteban Bullrich, hoy senador por Buenos Aires. Fue explícito y dijo que "no se puede decir que hemos hecho cuadras de asfalto y metido preso a un pibe chorro porque no es comparable y es un fracaso social" o "comparar el Ni una menos con el aborto", entre otras frases de Bullrich en campaña.

(Nicolás Stulberg)
(Nicolás Stulberg)

Sin nombrarla, hubo alusiones a Elisa Carrió. "No vamos a hacer como hacen otros socios que salen a sacar ventaja afuera" dijo Morales, contundente y también advirtió que "damos el debate adentro, no gritando en la calle". Incluso fue el más ferviente defensor de decisiones del Gobierno nacional al señalar que "no hay que tener miedo con este debate (por la reforma jubilatoria) porque le están mintiendo a los jubilados, no pierden", además de decir que por primera vez en un pacto "no pierden las provincias".

(Nicolás Stulberg)
(Nicolás Stulberg)

Una vez que hablaron Rozas, Storani y Morales, se sometió a votación la lista de consenso y a pesar de los gritos femeninos se votó por unanimidad. Entonces sí la nueva conducción se sentó en la mesa con mantel rojo en la planta baja del Comité Nacional y habló Cornejo. "Cuando uno hace un frente concede pero no vamos a ceder por la armonía social, por el desarrollo, por las libertades individuales", reivindicó algunos planteos históricos de la UCR y remarcó que "queremos fortalecer políticas para influir en Cambiemos y en la Argentina". "Buscar que Cambiemos crezca, que seamos más Cambiemos que nunca, que mantengamos nuestra identidad" fueron objetivos que delineó "porque Cambiemos es la esperanza de la Argentina".

Reinvindicar la identidad y territorialidad del radicalismo y apostar a ganar más provincias en las próximas elecciones, fueron varias de las coincidencias entre los discursos tanto de aquellos a los que identifican como más o menos "amarillos".