La CGT sumó a la Iglesia al debate por la reforma laboral

El triunvirato que conduce la central obrera se reunió con la Conferencia Episcopal y le expresó su preocupación por la situación social y los planes del Gobierno

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La reunión de la directiva de la CGT con los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina. (Telám)
La reunión de la directiva de la CGT con los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina. (Telám)

En busca de aliados ante una posible reforma laboral, la Confederación General del Trabajo (CGT) se reunió con la Iglesia Católica y le pidió que forme parte de la mesa de discusión con el Gobierno. En un encuentro que duró 45 minutos, la conducción de la central obrera expresó su preocupación por la situación social en el país y los planes que podría impulsar el Poder Ejecutivo en el mundo del trabajo, tras las elecciones legislativas de octubre.

Los triunviros de la CGT Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña; y Pablo Moyano, entre otros dirigentes gremiales de la entidad sindical fueron recibidos en la sede episcopal del barrio porteño de Retiro por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, y el secretario general del organismo eclesiástico, monseñor Carlos Malfa.

Durante la reunión, los dirigentes sindicales "plantearon la situación social del país y su preocupación frente a los posibles proyectos de reforma de las leyes laborales luego de las elecciones de octubre próximo".

En este sentido, los obispos instaron a la CGT a "continuar el diálogo entre los diversos sectores involucrados en la problemática" y reiteraron la disponibilidad de la Iglesia acompañar "ese camino como espacio de encuentro", según consignó la agencia DyN. Y si bien se mostraron inclinados a interceder en las tratativas con el Gobierno, desde la Iglesia Católica dejaron en claro que esos espacios deben ser convocados "por las instancias constituidas del Estado nacional".

Por otro lado, Arancedo y Malfa subrayaron la necesidad de "consolidar la unidad del movimiento obrero fortaleciendo el diálogo interno en función de la búsqueda del bien común y la defensa de los intereses de los trabajadores", y destacaron la apertura de la CGT en el trabajo conjunto con los movimientos sociales.

Pablo Moyano, en el centro del encuentro. A su derecha, el triunviro Juan Carlos Schmid, mientras que a su ubica Roberto Fernández, de la UTA. (Telám)
Pablo Moyano, en el centro del encuentro. A su derecha, el triunviro Juan Carlos Schmid, mientras que a su ubica Roberto Fernández, de la UTA. (Telám)

Luego de días de tensión por la detención del secretario general de la Uocra-La Plata, Juan Pablo "Pata" Medina, la cúpula episcopal subrayó que el papel de la tarea dirigencial como "necesaria para la organización de la sociedad, apelando a la dimensión ejemplar que ésta debe tener".

Por último, recordó que la tarea esencial de la Iglesia es "el acompañamiento y atención de los pobres, por lo que siempre será una voz que acompañe y obre en favor de los más necesitados, lo cual es una exigencia del Evangelio que el papa Francisco ha querido resaltar mediante la convocatoria a la Jornada Mundial de los Pobres".

La CGT ya se había reunido con representantes de la Iglesia católica el 14 de septiembre último, ocasión en que mantuvo una cita con la Pastoral Social para analizar la situación económica y social del país, la posibilidad de una reforma laboral y la intención de la "recuperación del diálogo".

La ronda de reuniones con el movimiento obrero no termina allí. El próximo jueves, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Jorge Casaretto, se reunirá a su turno con los secretarios generales de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, y de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, en la sede de la central conducida por el candidato a diputado nacional de "Unidad Ciudadana" por la Provincia de Buenos Aires. El encuentro estará enfocado en "una agenda marcada por la crisis económica y la conflictividad social que golpea al país", manifestaron las entidades sindicales.

Luego de la última movilización de la CGT a Plaza de Mayo en agosto pasado, el triunvirato decidió disminuir la confrontación con el Gobierno y desactivar un "plan de lucha" que se iniciaría en septiembre. Dos causas confluyeron para adoptar esa resolución. Por un lado, la represalia inmediata que tomó el presidente Mauricio Macri de echar a dos funcionarios de buena relación con el movimiento obrero. Por el otro, los buenos resultados electorales que obtuvo Cambiemos en las PASO en todo el país, pero fundamentalmente contra Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires, en la que apenas la ex mandataria superó a Esteban Bullrich por un escueto margen de 0,20 puntos.

Sin embargo, desde la CGT mantienen una postura defensiva con respecto a las reformas que puede impulsar Mauricio Macri después de octubre. Si bien el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, aclaró que no habría ninguna reforma "a la Brasil" y sin la venia de los sindicalistas, desde el mundo obrero insisten con su temor de que los cambios se impongan de hecho y sean gravosos para los intereses de los trabajadores. En paralelo, el Poder Ejecutivo avanza en las reformas de los convenios colectivos por sector, como es el rubro petrolero o textil.

En medio de esta discusión, el Gobierno desde hace meses viene registrando un repunte en varios números de la economía que, si bien se acerca, aún no logra empatar el terreno perdido desde 2015. Ayer, datos oficiales detectaron que el empleo formal en el sector privado aumentó en julio 1,1 por ciento respecto de igual mes del año anterior, de la mano del sector de la construcción y las obras públicas. En julio pasado, en total hubo 6.200.400 de trabajadores asalariados privados registrados; en igual mes a 2015, había 6.223.400 trabajadores en blanco.

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