Daniel Rafecas se anotó en un concurso mientras las denuncias en su contra no prosperan

Un sector del Gobierno lo tiene en la mira hace tiempo, aunque no lo diga públicamente. No le perdonan el cierre (luego revocado) de la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la ex presidenta Cristina Kirchner y otras personas por encubrimiento. El radicalismo también acumula viejos rencores, por su actuación en la causa de los sobornos en el Senado. Con todo, las denuncias contra el juez federal Daniel Rafecas ante el Consejo de la Magistratura por ahora no prosperan. En ese contexto, trascendió que el magistrado decidió presentarse en un concurso. La noticia generó especulaciones dentro del Gobierno y en Comodoro Py. Cerca del magistrado negaron enfáticamente que su decisión esté vinculada con las denuncias en su contra.

Rafecas se postuló para el cargo de defensor general ante la Corte Suprema. Hay tres vacantes disponibles, aunque el proceso recién podría arrojar definiciones durante 2018. Con 30 años en la Justicia, y 13 como juez federal, el magistrado apunta a una "nueva etapa" en su carrera y a "profundizar" su especialización en causas sobre derechos humanos. "La decisión estaba tomada hace un año", contaron en su entorno.

La filtración de la noticia coincide con una buena noticia para el juez. Esta mañana, tres empleados de su juzgado declararon a su favor en la causa que se investiga la adulteración de los libros contables de Hotesur mientras el expediente estuvo a su cargo.

Una empleada, Carolina Elias, dijo ante la comisión de Acusación del Consejo que los libros fueron aportados por Romina Mercado, entonces presidenta de Hotesur, ante el juzgado de Río Gallegos, luego de los allanamientos ordenados por el juez Claudio Bonadio, y luego fueron directamente a un depósito de la Prefectura donde se guardaron todas las pruebas de esa causa. En ese momento se hizo un acta de recepción.

La misma empleada también relató, siempre según fuentes del Consejo, que ella misma acompañó personalmente al abogado de Cristina Kirchner, Carlos Beraldi, a la fotocopiadora de tribunales cuando la defensa pidió hacer copias.

Otro de los empleados de Rafecas, Adrián Rivera Solari, destacó que las irregularidades en los libros quedaron asentadas en un acta cuando los mismos se devolvieron al depósito. ¿Cuáles eran esas irregularidades? Los documentos tenía enmiendas, tachaduras, borrones con liquid paper y hasta sobrescrituras.

Rafecas además tiene abierta una denuncia del diputado Waldo Wolff por su actuación en la denuncia del fiscal Alberto Nisman. Si el Gobierno decide avanzar con el juicio político de Rafecas, seguramente apelará a ese expediente, que tiene como consejero instructor al senador radical Angel Rozas.

Un dato, entre los firmantes de la cuestionada solicitada del año pasado que pedía su destitución, además de Wolff estaba la diputada Elisa Carrió.

En los últimos meses, Rafecas desestimó varias denuncias contra funcionarios de primera línea del Gobierno (el caso de las Lebac y el el Memorándum de entendimiento con Qatar son los mejores ejemplos). Y mantiene una buena relación personal con el ministro de Justicia Germán Garavano. Los vaivenes de la política definirán si le alcanza para salir de la "lista negra".