Un seminario para alertar sobre la amenaza del terrorismo nuclear

¿Qué pasaría si alguna de las casi 16.000 cabezas nucleares cayera en manos de ISIS? Reporte, debate y recomendaciones

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Irma Arguello, fundadora y CEO de al Fundación NPSGlobal
Irma Arguello, fundadora y CEO de al Fundación NPSGlobal

Hay 24 países que tienen materiales nucleares de distinta peligrosidad almacenados en instalaciones con diferentes grados de seguridad. Ningún país en posesión de armas nucleares o de materiales utilizables para tal fin puede garantizar su completa protección contra el terrorismo o el contrabando nuclear. ¿Qué pasaría si alguna de las 15.350 cabezas nucleares cayera en manos de ISIS o Boko Haram?

La pregunta se la hizo la física Irma Argüello, fundadora y CEO de la Fundación NPSGlobal y secretaría de la Red de Líderes de América Latina y el Caribe al presentar "Terror Desatado", un reporte con la evaluación de los impactos globales y nacionales de un atentado del terrorismo nuclear, ante un grupo de expertos que se reunió en el salón Manuel Belgrano de la Cancillería argentina.

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"Vivimos en un mundo de creciente inseguridad, señaló Argüello, en el que los acuerdos que respaldaron la estabilidad global durante la post Guerra Fría están dando lugar a desconfianza y hostilidad". Y recalcó: "ningún país en posesión de armas nucleares o de materiales utilizables para fabricar estas armas puede garantizar su completa protección contra el terrorismo o el contrabando nuclear".

A modo de ejemplo, el estudio plantea las secuelas directas de una pequeña bomba con una potencia quince veces menor que la arrojada en Hiroshima, y mucho menos sofisticada detonada en cualquier capital del mundo desarrollado, que podría causar más de 20.000 muertos y alrededor de 57.000 heridos, además de la destrucción de edificios en un radio de 500 metros y con una expansión de la onda radiactiva de 850 metros.

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El informe también da cuenta de las otras consecuencias que provocaría, algunas de ellas serían la caída del 2% del PBI mundial en los dos años siguientes al ataque, una crisis de magnitud similar a la crisis financiera global de 2008, con disminución del comercio internacional del 4% y una caída de la inversión extranjera directa en los países en desarrollo y en los menos desarrollados, además de un aumento del desempleo y la pobreza del 4% después del ataque en todos los países.

La presentación estuvo a cargo del subsecretario de Relaciones Exteriores, Gustavo Zlauvinen, quien destacó que "si las fuentes radioactivas caen en manos de grupos terroristas, pueden ser utilizadas para actos de terror y destrucción, lo que nos debe conducir a mejorar las medidas de protección física nuclear, sobre todo después del 11 de setiembre de 2001, que mostraron la aparición de un nuevo tipo de terrorismo".

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Por su parte, el ex ministro de Defensa y también de Economía, Ricardo López Murphy, dijo: "Si nos encontráramos ante un estallido como el descrito en el informe, el impacto inicial sería inmenso, similar al de la última crisis financiera y fiscal, donde unas 30 millones de personas caerían en situación de extrema pobreza".

Otros integrantes del panel fueron Mariano Bartolomé, Juan Battaleme, Alfredo Gutiérrez Giraul y Emilio Buis, quienes insistieron en la idea de que es importante que los gobiernos tienen en cuenta cuán cercano a sus intereses nacionales es el lograr que dicho atentado nunca suceda, ya que todos, sin excepción, se verían afectados.

Por el lado del Gobierno estuvo presente el subsecretario de Energía Nuclear, Julian Gadano, quien reconoció que la deuda pendiente que el Estado tiene en relación a temas nucleares, al tiempo que comentó: "Estamos trabajando para entrenar a la Gendarmería, responsable de la seguridad nuclear para proteger áreas sensibles".

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El cierre estuvo a cargo del periodista Daniel Santoro, quien resaltó que "Argentina no tiene un fiscal especializado en políticas internacionales, es decir, no estamos preparados desde lo jurídico para legislar sobre terrorismo". Además, pidió a los funcionarios y expertos que entrenen a los periodistas "sobre temas nucleares para no caer en el comentario espontáneo vacío de contenido por falta de conocimiento en la materia".

Entre las recomendaciones, el reporte propone desarrollar nuevos acuerdos internacionales para fortalecer el sistema global de seguridad nuclear, apuntando a buscar la protección total contra robo, tráfico ilícito y sabotaje de los materiales utilizables de todos los activos nucleares. Por otro lado, reconocer los arsenales nucleares en todo el mundo como "una fuente de riesgo" y "la eliminación de las armas nucleares como la forma definitiva de reducir a su mínima expresión" dichos riesgos.

Fotos: Adrián Escandar