Sólo el peronismo es capaz de revivir a los mismos muñecos cada vez que empieza una campaña

No importa si el país está cada vez peor luego de sus sucesivos gobiernos. Ellos se las arreglan para volver y explicarnos de qué manera arreglarlo. Ahora, renovados con Cristina, Randazzo y Massa

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Chucky, el muñeco maldito narra la historia del feroz asesino Charles Lee Ray quien, herido de muerte y acorralado por la Policía, decide traspasar su alma a la del juguete de moda. La historia del peronismo es bastante parecida: herido de muerte y acorralado por la realidad, traspasa su alma al candidato siguiente con tal de mantenerse en el poder. No importa si el país está cada vez peor luego de sus sucesivos gobiernos. No importa la cara que tenga el candidato. Sea quien sea, vuelve para explicarnos de qué manera arreglarlo. Como si nada. La saga que marcó a generaciones de argentinos durante más de 70 años quiere revancha. ¿Otra vez? Sí, otra vez. En homenaje a su regreso, repasemos sus anteriores iteraciones.

Chucky 1 (1946)
La primera presidencia de Perón fue un éxito de taquilla. El Banco Central desbordaba de oro luego de la Segunda Guerra Mundial, entonces creó el Estado de Bienestar, que consistió en repartir bicicletas y pan dulce a cuatro manos. Para controlar a los más humildes, impulsó el sindicalismo. Para controlar a los amigos, nacionalizó la economía. Para controlar a los intelectuales, sancionó el voto femenino y la enseñanza pública gratuita. Para controlar a los nacionalistas, enfrentó a EE.UU. Para controlar a la propia tropa, disolvió los partidos que lo llevaron al poder y creó el Partido Peronista del que él mismo fue el primer afiliado.

Chucky 2 (1952)
Las segundas partes nunca son buenas y ésta no fue la excepción. Como producto de las políticas populistas de la primera presidencia, los trabajadores perdieron poder adquisitivo, aparecieron las huelgas, las traiciones internas, la Iglesia Católica que lo había apoyado hasta ese momento lo enfrentó, muere su fiel compañera Evita y en 1955 la trama da un giro total: pasa de una película autobiográfica a una bélica. Los opositores bombardean Plaza de Mayo, mueren 300 personas y lo sacan del poder con un golpe de Estado.

El exilio de Chucky (1955-1972)
Tras su derrocamiento, Perón emprende una road movie. Primero va a Paraguay, luego a Panamá y así pasa por Nicaragua, Venezuela, República Dominicana, hasta que finalmente se instala en España. En su ausencia surge la Resistencia peronista, cuyo objetivo era la convocatoria a elecciones libres para retornar al poder y así seguir empobreciendo a los trabajadores. Porque una cosa es que lo haga el peronismo y otra muy distinta es que lo haga uno de afuera. Los pobres son un invento peronista. Ojo.

El tío de Chucky (1973)
Durante la Resistencia, Héctor Cámpora, alias el Tío e inspirador de la agrupación del mismo nombre que en un futuro llegaría al poder a lo Frank Underwood (es decir, sin ganar una sola elección), fue designado por el propio Perón para presentarse como candidato testimonial. Su presidencia duró 49 días, superando en 48 a Federico Pinedo, lo cual no está nada mal si lo vemos a la distancia. Su renuncia facilitó la vuelta del General que triunfó con el 62 % de los votos.

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La novia de Chucky (1974)
Antes de morir, Perón escribió una de ciencia ficción que rozaba lo paranormal: gobernaría Isabelita, la primera Presidente mujer de la historia con apenas 42 años y un título de dactilógrafa, asesorada por un brujo llamado José López Rega. La sacaron de cartelera abruptamente el 24 de marzo del '76 y pusieron una de terror llamada Proceso de Reorganización Nacional.

Chucky lo hizo (1989-1999)
Carlos futbolista. Carlos basquetbolista. Carlos conductor de Tiempo Nuevo. Carlos privatizador. Carlos 1 a 1. Carlos manejando una Ferrari. Carlos bailando tango en la Casa Blanca. Carlos Saúl. El "turco". Algunos lo recordarán como el gran estadista. Otros como a un traidor. Todos, como el que dejó sin sentido el "combatiendo al capital" de la marcha. Con 86 años se presenta como senador por La Rioja porque la gente lo alienta a seguir.

La clonación de Chucky (Diciembre 2001)
"Los peronistas somos como los gatos, cuando parece que nos estamos peleando es que nos estamos reproduciendo". ¿Qué mejor frase para describir la tragicómica sucesión de saqueos, estado de sitio y cacerolazos mientras desfilaban cinco presidentes peronistas en una semana? Épico.

El Chucky bonaerense (2002)
Eduardo Duhalde incendió la provincia de Buenos Aires varias veces e igual la gente lo siguió votando. A pesar de eso, la historia le tendrá un lugar reservado, cuando los libros recuerden que se hizo cargo de un incendio aún mayor: el del país. Un incendio provocado por los mismos peronistas de la provincia de Buenos Aires, por eso llegó a apagarlo con cara de "sólo un peronista puede solucionar ésto". Fellini no lo hubiera escrito mejor.

Chucky la batalla final (2003-2015)
Hasta que llegamos al gobierno más largo de la historia argentina, incluso más que las tres presidencias juntas de Perón. ¿Cómo lo lograron los Kirchner? La ecuación es muy simple: luz, gas y fútbol para todos, aunque fajos de la reserva federal de los Estados Unidos para unos pocos. No nos engañemos; lo suyo no es ideológico sino mera especulación. Canjearon la necesidad de los más necesitados para cubrir su falta de poder. Lo hicieron con los Derechos Humanos, con la cultura, con la Justicia, con los jóvenes, con los más humildes. Aunque entendieron que todo tenía un límite, ya que si se le daban rienda suelta a esa masa crítica de gente corrían el riesgo de transformarla en algo llamado clase media. Esos seres detestables que tienen la mala costumbre de educarse y pensar, capaces de armar un partido, ir a elecciones, votar por un cambio, ganar, bancarse lo que significa dar vuelta un sistema que atrasa 70 años y soñar un país distinto.  Ah…¿está pasando eso? Entonces se van a poner divertidas estas elecciones.