“La Tablada fue el último episodio de las guerrillas de los 70”

Así lo afirmó en InfobaeTV el coronel retirado Julio Ruarte, quien escribió un libro sobre el ataque de Gorriarán Merlo y sus camaradas en pleno gobierno de Alfonsín

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El ataque a los cuarteles del Ejército en La Tablada, en pleno gobierno constitucional del radical Raúl Alfonsín, fue "el último episodio de las guerrillas de los setenta", tanto por el estilo como por la formación de la mayoría de los combatientes encabezados por Enrique Gorriarán Merlo, ex jefe del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).

Así lo señaló el coronel retirado Julio Ruarte, autor del libro "La Tablada, un ataque para recordar", que describe cómo fue el operativo militar para impedir que sean tomados los cuarteles del Ejército.

"El ataque se inició con una mentira. Ellos dijeron luego que habían querido parar un golpe de Estado de los ´carapintadas', pero en realidad ellos iniciaron el ataque tirando panfletos que decían: Somos el Ejército carapintada de Seineldin y Rico. Más que evitar un golpe de Estado parece que los que querían dar el golpe de Estado eran ellos", afirmó Ruarte en una entrevista en Infobae TV.

"Fue un ataque al estilo de las guerrillas de los setenta. Querían sacar armas y tanques de los cuarteles y obtener el apoyo popular, pero no lo consiguieron porque lo que decían era una mentira y porque al ataque lo empezaron ellos", agregó.

El ataque se inició en la madrugada del 23 de enero de 1989; los combates se prolongaron durante más de un día. El 24 de enero por la noche, el presidente Alfonsín pronunció un discurso por radio y televisión en el que calificó el hecho como "un acto subversivo" y a los atacantes como "personeros de la muerte".

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Murieron nueve militares, entre ellos cuatro jóvenes de 19 años que cumplían con el servicio militar, que era obligatorio por ley. Entre ellos, Roberto Tadeo Taddía, que fue el primero en caer, en la Guardia, y fue liquidado cuando había quedado desarmado. También murió un comisario de la Policía Bonaerense. Entre militares y policías hubo 73 heridos.

Precisamente, Ruarte escribió el libro en honor a uno de los muertos, el teniente primero Ricardo Rolón, que era su amigo y había estado en su fiesta de casamiento. Entre los atacantes, hubo 28 muertos.

Gorriarán Merlo y sus camaradas detenidos fueron juzgados y condenados a prisión con penas que fueron entre los 10 años y la reclusión perpetua.
Sin embargo, sucesivas conmutaciones de penas e indultos fueron liberando a todos los detenidos.

"Eso, que ninguno cumpliera su pena, me dejó, en lo personal, un sabor amargo. Hoy están todos libres. Fue un ataque en democracia; sin ninguna posibilidad de que se vuelva a etapas anteriores, encontramos a un grupo de personas que deciden atacar un cuartel. Sin ninguna posibilidad de éxito", describió.

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