Otro testimonio complica a César Milani

En la causa en la que se investiga el enriquecimiento ilícito de César Santos del Corazón de Jesús Milani, quien fuera el todopoderoso jefe del Ejército durante dos años del último mandato presidencial de Cristina Fernández de Kirchner, se sumó un testimonio que torna cada vez más comprometida su situación judicial.

Los jueces y fiscales a cargo de casos de corrupción suelen decir que para los imputados es muy difícil "arreglar" una situación que sucedió mucho tiempo antes de que se inicie la causa judicial. Porque eso implica conseguir papeles y testigos que avalen la coartada. Traducido: no es fácil tapar un agujero que fue hecho mucho tiempo atrás. Algunos lo logran. Otros no.

Ese parece ser el caso de Milani en cuanto a la compra de su casa de La Horqueta, San Isidro, en el lejano 2010, cuando el general era el mandamás de Inteligencia del Ejército y estaba a tres años de llegar al máximo sitial de la fuerza.

Cuando asumió como jefe del Ejército fue denunciado por enriquecimiento ilícito. Entonces hubo que salir a buscar un modo de justificar unos 200.000 dólares que le sirvieron para pagar la casa en La Horqueta.

El aumento patrimonial de Milani fue denunciado en 2013 y la solución fue la de hallar un prestamista en el pasado. Y el mejor que se le ocurrió a Milani fue el capitán retirado, veterano de Malvinas y amigo del general desde hace más de 40 años: Eduardo Barreiro. Allá en 2013 Barreiro todavía no estaba detenido como en la actualidad por haber cometido crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. Milani también está investigado por algo similar.

Ni Milani ni Barreiro asentaron aquel préstamo en sus declaraciones juradas impositivas. En las declaraciones juradas de Barreiro tampoco estaba reflejado que poseyera esos 200.000 dólares que dice haberle prestado a Milani.

La causa judicial en manos del juez Daniel Rafecas y del fiscal Jorge Di Lello fue objeto de presiones llegadas desde lo más alto del kirchnerismo para evitar el inexorable avance mientras Milani estaba al frente del Ejército. Con su pase a retiro y el cambio de gobierno, el expediente avanzó.

En el edificio de Comodoro Py aseguran que en los próximos días el juez del caso –cuando regrese de su viaje al Vaticano- se encaminará hacia la definición de la situación procesal de Milani.

El general fue indagado y en la puerta del edificio de Comodoro Py volvió a manifestar su apoyo al "Proyecto Nacional y Popular" y culpó a Héctor Magnetto, CEO de Clarín, por sus padecimientos judiciales.

Pero los investigadores del caso tienen otra mirada. Peritos de la Corte Suprema de Justicia determinaron que el general no tiene cómo justificar su crecimiento patrimonial. Especialmente en lo referido a la compra de la casa en La Horqueta. Los peritos determinaron que el préstamo de "mutuo" que firmaron Milani y Barreiro -para justificar 200.000 dólares-no puede ser considerado verdadero.

En su indagatoria Milani pidió que declararan varios integrantes del Ejército que en diciembre de 2009, medio año antes de la compra de la casa en La Horqueta, asistieron a un brindis en el séptimo piso del Edificio Libertador, sede de Inteligencia de la fuerza. Varios testigos dijeron recordar que Milani, meses antes de la adquisición de la casa, brindó por la amistad y le agradeció a Barreiro. Uno de los que testimoniaron en ese sentido fue una especie de secretario del general quien -sin embargo- no recordó que Barreiro llevara consigo un "bolso chico" aquella noche de diciembre de 2009. Es que, según dijeron tanto Barreiro como Milani, fue en "un bolso chico" que el ahora detenido por crímenes de lesa humanidad, le llevó los 200.000 dólares en efectivo al general.

Explicaron ante Rafecas tanto Barreiro como el general Milani que para saldar el préstamo -considerado falso por los peritos- el general le vendió su departamento en Belgrano a su prestamista.

Es decir que en diciembre de 2009 Milani recibió el "bolso chico", en junio de 2010 compró la casa de La Horqueta y en noviembre de aquel año le vendió -según dijo- su departamento a Barreiro y con ello pagó su deuda.

La semana pasada hubo un testimonio que volvió a poner en duda el armado del relato -como lo califican los investigadores- que hicieron Milani y Barreiro. Declaró ante Rafecas la dueña de la inmobiliaria Belga, del barrio de Belgrano, que tuvo en venta el departamento de Milani.

Dio un dato -respaldado por la papelería de la inmobiliaria- que confirma la sospecha de los investigadores sobre la construcción de la operación para intentar justificar el préstamo.

Según la información que la dueña de la inmobiliaria aportó al expediente, confirmada a Infobae por fuentes judiciales, Milani puso en venta su departamento recién en septiembre de 2010, tres meses después de la compra de la casa en San Isidro. Y el departamento estuvo entre los que ofrecía la inmobiliaria hasta junio de 2011. Algo bastante extraño porque teóricamente en noviembre de 2010 Barreiro y Milani firmaron una escritura para la venta del departamento y otra para la cancelación del mutuo. Los investigadores se preguntan cómo fue que hasta junio de 2011 el departamento estuvo en venta si en noviembre ya se había vendido. A esa pregunta se le agrega otra: por qué Milani siguió pagando las expensas del mismo departamento hasta entrado el 2011 si el dueño era Barreiro desde noviembre de 2010.

La respuesta seguramente llegará cuando el juez Rafecas determine si procesa o sobresee a Milani por el delito de enriquecimiento ilícito. Algo que sucederá en las próximas semanas.