El precio del boleto de subterráneos, centro de una polémica en los últimos días, tiene distintos costos en las principales ciudades del mundo, pero en una comparación, el porteño es más barato que el de Santiago de Chile y México DF, y el de Londres o Berlín.
Actualmente, en Buenos Aires el subte cuesta $ 4,50, el equivalente a 30 centavos de dólar. En Nueva York, el costo U$S 2,75 ($41.75); en Berlín, 2,70 euros ($ 47,25); en Londres, 6,50 libras esterlinas ($147,55); en Moscú, 32 rublos ($7,50); en Tokio, 170 yen ($ 25), y en Paris, U$S 2,05 ($31,12).
En países de la región, el subte de Santiago de Chile aumentó el 15 de febrero último a U$S 1, 11 centavos ($16, 60), México DF, U$S 0,26 pesos ($3,98), y en San Pablo, U$S 0,82 ($12,36).
En las distintas ciudades citadas hay particularidades, como por ejemplo que Tokio es una de las ciudades más caras del mundo, pero el transporte público es barato por la política del gobierno de fomentar el uso del transporte público.
La jueza Elena Liberatori, quien suspendió el aumento de la tarifa del subte, advirtió que la empresa Metrovías "no tiene las cuentas en orden", mientras el presidente de Sbase, Juan Pablo Piccardo, dijo que "es absolutamente falso" por lo que apeló esa decisión judicial.
La magistrada y el responsable de la empresa estatal porteña polemizaron tras la orden judicial de frenar el aumento que llevaba la tarifa de la red de subterráneos de 4,50 a 7,50 pesos, y en medio de la volanteada y ruidazo que los metrodelegados realizaron hoy contra el "tarifazo" en las estaciones del subte.
Fuentes de la empresa Sbase dijeron que este miércoles ya se presentó la apelación ante Liberatori y señalaron que si la jueza no hace lugar al pedido recurrirán a la Cámara de Apelaciones del Fuero Contencioso y Administrativo porteño.
"Estoy basándome en un informe de la Auditoría General de la Ciudad y también en algo que dijo el Ente Único Regulador de Servicios Públicos, que concluyen que Metrovías no tiene las cuentas en orden, no tiene los papeles al día", sostuvo la jueza Liberatori.
En declaraciones a Radio Nacional, Liberatori le sugirió a Piccardo que "demuestre" que el informe en el que basó su resolución "no tiene razón, que Metrovías hace muy bien las cosas y que necesita una tarifa de 7,50 pesos".
Asimismo, puntualizó que el Ente Unico Regulador concluyó que "la tarifa técnica era incorrecta", porque surgía "de un cálculo en el que se dividió por 250 millones de pasajeros en lugar de 272 millones de pasajeros".
Liberatori fundamentó también su fallo en cuestionamientos que hicieron legisladores porteños y la Auditoría de la Ciudad que marcaron que Sbase incluyó el cálculo de la tarifa técnica ítems que no debía.
"El canon (gastos de mantenimiento, infraestructura, compra de material rodante y su depreciación) lo tiene que pagar el concesionario, no los usuarios", dijo, y agregó: "Tenemos que verificar que el número (del boleto) sea $ 7,50. Con las dudas que hay no debería aplicarse ahora el aumento".
"Que Piccardo le conteste a la auditoria, no a mí. Mezcla peras con manzanas al comparar nuestro subte con el de Chile. Él es un ingeniero industrial", respondió con ironía la magistrada. En tanto, Piccardo insistió en atribuirle intencionalidad política al fallo que ordena suspender el incremento en la tarifa del subte.
La jueza Elena Liberatori, quien suspendió el aumento de la tarifa del subte, advirtió que la empresa Metrovías “no tiene las cuentas en orden”
En declaraciones radiales en respuesta a la jueza Liberatori, Piccardo consideró "una aberración y absolutamente falso" sostener que la tarifa técnica fue "mal calculada" por la administración de Horacio Rodríguez Larreta. Asimismo, advirtió que el freno judicial a los aumentos en el subte "atenta contra el servicio y la seguridad de los usuarios".
"La política que tuvo el kirchnerismo de viajar gratis durante diez años tuvo su efecto culmine con el accidente de Once", enfatizó el funcionario porteño al referirse al accidente ferroviario del 22 de febrero de 2012 en el que murieron 51 personas.
"Justamente, por no incluir gastos de mantenimiento en los costos, se terminó como se terminó", sostuvo. "Nuestra política ferroviaria es diametralmente opuesta a la del kirchnerismo: queremos invertir, darle seguridad a la gente, mejorar la calidad del servicio y hacer que la gente elija el viaje como una opción y no como una condena, que es lo que propone el otro sistema", completó.