"Como científico hay que salir y ver el mundo"

La doctora Dinorah Friedmann-Morvinski es profesora adjunta en la Universidad de Tel Aviv. Luego de recibirse de licenciada en Bioquímica en Uruguay, realizó un master en Biotecnología en Universidad de Jerusalén, el doctorado en Inmunología en Instituto Weizmann, Israel y un posgrado en el Instituto Salk de San Diego, Estados Unidos. Publicó varios papers, uno de ellos en la revista "Science". De paso por Buenos Aires, habló con Infobae sobre su vida, su trabajo y experiencias

-Contanos un poco sobre tu historia ¿Cómo es que la niña uruguaya se convierte en científica destacada en Estados Unidos e Israel?

Yo empecé en mi "paisito", que es Uruguay. Ahí me recibí de licenciada en Bioquímica. Si bien la formación fue excelente, ya en ese momento me sentía limitada. Veía los laboratorios en los que hacía mis pasantías… y sabía que la meca de la ciencia estaba en los Estados Unidos, en Europa, en Israel. Entonces sentía la necesidad de salir y ver qué pasaba afuera. Decidí irme a Israel a hacer mi maestría y doctorado en el Instituto Weizmann. Ahí lo vi más claro que nunca: si nosotros queremos formamos en la Academia, en la Universidad, tenemos que salir afuera, necesitamos ver el mundo, generar contacto, ver las nuevas tecnologías y luego sí, volver (como hice yo con Israel) y traer eso aprendido, ponerlo a disposición de otros. Con esa idea me fui a Estados Unidos.

-¿Tuviste que hacer muchos sacrificios y esfuerzos para estar hoy "jugando en primera" como científica?

Muchos me dicen "te pasaste todo el tiempo estudiando" y es verdad. Pero no sólo estudio, también hago investigación. Disfruto lo que hago en cada una de esas etapas. Es un trabajo, porque yo recibí una beca, así que es como un sueldo por estudiar e investigar. Cuando me levanto todos los días, realmente siento una fuerte pasión por ir a trabajar. Así llegué el punto en el que estoy hoy, que tengo mi propio laboratorio de investigación en Tel Aviv.

-¿Qué sentiste cuando 'viste el mundo'? ¿Cómo te transformó?

Te cambia. Uno ve la tecnología y la infraestructura, los aparatos, cómo avanzan las nuevas tecnologías que se convierten en más herramientas que nos ayudan a lograr cosas importantes. Cuando hablo con mis mentores y ellos me cuentan cómo se hacían las cosas antes, no puedo imaginarme trabajando sin la tecnología que tengo ahora en mis manos. Además, en los institutos en donde yo estuve, era común poder sentarme a tomar un café con un Premio Nobel. Tenés opciones de escuchar a gente increíble, de ir a charlas científicas de disertantes a los que estudiaste en los libros. Es una experiencia muy enriquecedora que uno tiene que absorber a fondo y luego llevarla al sitio en el que vas a generar tu laboratorio para transmitir esos conocimientos y experiencias. Hoy soy profesora de Biología Molecular y puedo contarles a mis alumnos que el descubrimiento que les estoy ensañando fue hecho por una persona con la que tuve el privilegio de poder compartir un almuerzo. Entonces les cuento estas vivencias y creo que es importante para que ellos vean que no es algo inalcanzable inhumano, sino que se trata de personas reales, como ellos y como yo.

-"Alcanzable" pero con esfuerzo, con estudio y con pasión…

Sí, como todo en la vida ¿o no? … No voy a mentir: hay que estudiar y tiene que estar ese bichito adentro de la curiosidad y de la pasión, que en mi estaba y eso me empujaba cada vez más adelante. También creo que es producto de la ambición positiva, que creo que tengo y que tienen muchas personas en otras ocupaciones. Es el querer ser siempre un poco mejor de lo que uno es.

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-¿Creés que ser mujer te hizo las cosas más difíciles? Tenés una familia y sos mamá de tres hijos ¿Cómo lograste conjugar la vida laboral con la familiar?

Creo que sigue estando ese dogma, ese estereotipo de que la mujer tiene que quedarse en casa. Como dijiste, tengo una familia, tengo tres hijos, pero creo el secreto está en que yo tuve la suerte de encontrar una pareja que hace el 50% de las cosas conmigo, a la par. Por eso puedo estar acá en Buenos Aires para participar del Innovation Day que organizan los Amigos de la Universidad de Tel Aviv, mientras mi marido se ocupa de nuestros hijos en Israel. Eso es muy importante, tener un compañero que te apoye. Si querés hacer carrera está en uno mismo tratar de hacer un balance de su vida y lograr que esté todo bien.

-¿Qué sentís que te quedó de uruguaya, de latina, que le aporta un plus a tu vida profesional, que te hace diferente al resto?

En Israel específicamente: los modales. El ser correcto, tocar la puerta antes de entrar a una oficina, ellos no lo hacen. Eso a mí me quedó y veo que suma. Además, tengo la ventaja de los idiomas. Hablo español porque es mi lengua nativa, hablo hebreo porque vivo en Israel y mi marido es israelí y hablo inglés porque es el lenguaje de la ciencia. Pero el español me da opciones como estar hoy acá representando a mi ciencia y tratando de transmitirla en español. En Estados Unidos estuve en San Diego, California, al lado de México. Me manejaba mucho con gente en español. Quienes cuidaban los ratoncitos con los que yo trabajo, hablaban en español, eso me deba otro tipo de relación con ellos y otro plus ante mis colegas que hablaban en inglés con ellos. Son pequeñas cosas pero que ayudan, y mucho.

-¿Te gusta fomentar en los chicos la inquietud por la ciencia, incentivarlos a salir al mundo, como hiciste vos?

Sí. Ayer fui a la escuela donde hice mi bachillerato. Tuve una charla con chicos que están en edad de decidir qué van a hacer y les decía esto, les mostraba mi camino. Yo empecé en la misma escuela que ellos, estudié en Uruguay y llegué al lugar en el que estoy hoy. Es importante que sepan que se puede estudiar, crecer y también volver a Uruguay. Me sorprendí de cuánto cambio todo desde mi época. Estuve en el Instituto Pasteur de Montevideo y en el Clemente Estable y quedé fascinada con la infraestructura que hay hoy. Los mismos instrumentos con lo que trabajo en Israel y con los que trabajé en San Diego están en estos centros uruguayos. Así que la posibilidad está. Hay desventajas en cuanto a los fondos para investigación que siguen estando muy lejos de los que manejamos en EE. UU y Europa. Pero se puede. Ese 'gap', esa brecha que existían antes ahora se ha reducido enormemente y dentro de poco la vamos a poder cerrar definitivamente.