Esta columna de opinión fue publicada originalmente en inglés en The Bubble.
Tal como el presidente Mauricio Macri les dijo a empresarios japoneses durante su viaje oficial a Japón, en mayo de este año: "Es difícil encontrar otro país en el mundo con el potencial de crecimiento que tiene Argentina". Argentina está mejorando su clima de negocios rápida y profundamente. Desde adoptar medidas claves para eliminar restricciones al comercio e intercambio, llegar a un acuerdo sobre la deuda con los holdouts, mientras Argentina regresaba a los mercados financieros internacionales con niveles récord de demanda, hasta publicar estadísticas confiables y desarrollar una estrategia económica con el objetivo de generar mayor transparencia en el área pública.
Un nuevo marco regulatorio favorece a la actividad económica al extender el acceso al financiamiento, simplificar los regímenes de importación, reducir impuestos e introducir reembolsos a la exportación, entre otras cosas. El año pasado, el Congreso aprobó la ley de pequeña y mediana empresa (pyme), que reduce impuestos y provee más acceso a créditos que ayudan a las pymes a crear empleo.
La ley de emprendedores, aprobada en marzo de este año, permite crear una empresa en 24 horas, entre otros beneficios. La ley de participación público-privada (PPP), aprobada en noviembre de 2016, es un paso adelante para traer a los inversores internacionales más cerca de las oportunidades que surgen de proyectos que requieren grandes inversiones, tales como los de infraestructura.
La economía crece a un 3% anual. Las exportaciones han tomado velocidad. Las inversiones en equipos duraderos están en niveles históricos, mientras que el consumo se ha mostrado en tendencia positiva en 2017. De acuerdo con datos recientes de la Unión Industrial Argentina, el 80% de los sectores de fabricación muestra un crecimiento significativo.
Todo esto se ha logrado mientras, a la vez, se mantenía un diálogo fructífero con los partidos políticos opositores, lo que ha sido fundamental para el Gobierno a la hora de implementar sus políticas. Las medidas adoptadas dentro del país se conjugan con una Argentina que retoma una posición de líder en el escenario internacional. Nuestro país ha impulsado relaciones económicas y de comercio con sus vecinos y sus socios tradicionales. Promueve alianzas con el Mercosur y se acerca a la Alianza del Pacífico. Argentina, junto con sus compañeros de bloque, le ha propuesto a Japón comenzar negociaciones para un acuerdo entre ese país y el Mercosur.
Argentina también se encuentra activa en el desarrollo de un sistema de comercio multilateral. Este mes, es sede de la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio. En 2018, asumirá la responsabilidad de ser sede y líder de la Cumbre de los líderes del G20. Estas condiciones contribuyen a reforzar el salto cualitativo que se ha acordado en la relación bilateral entre Argentina y Japón.
En noviembre del año pasado, ambos países se convirtieron en socios estratégicos cuando el primer ministro Shinzō Abe visitó Buenos Aires, 57 años después de la última visita oficial de un premier japonés. En mayo, el presidente Macri visitó Japón, 19 años después de la última visita presidencial a Japón, acompañado por seis ministros responsables del área de economía y 70 empresarios. Las visitas recíprocas se dieron en un plazo de seis meses, un evento único en las relaciones bilaterales. Se realizaron tres foros económicos. Más de 500 ejecutivos japoneses asistieron al último realizado en Tokio, presidido por el presidente Macri, quien también se reunió con CEO y presidentes de las empresas japonesas más importantes interesadas en invertir en Argentina.
Los logros significativos son: el establecimiento de un mecanismo de consulta política más fortalecido, la designación de un representante permanente de la Organización de Comercio Exterior de Japón en Argentina, la reapertura de crédito para el sector público del Banco de Japón para la Cooperación Internacional luego de 20 años, un acuerdo importante en las negociaciones por el Tratado Bilateral de Inversiones y la reactivación de negociaciones sanitarias por carne y frutas frescas.
La profundidad de esta transformación no escapa a la atención de los inversores japoneses, especialmente empresas japonesas presentes en el Mercosur y enfocadas al comercio de productos, servicios y tecnologías desarrolladas en Argentina para los mercados regionales y globales. En los últimos 18 meses el número de empresas japonesas en Argentina escaló a 74 y se han activado inversiones japonesas por 1300 millones de dólares en 2017, de acuerdo con registros japoneses.
Es más, Argentina y Japón están llevando adelante grandes eventos internacionales que demuestran una visión compartida de los temas mundiales. Argentina ha sido escogida recientemente para ser sede de la Exposición Internacional de 2023 en Buenos Aires y hay fuertes expectativas de que Osaka sea escogida como sede de la Expo 2025. Los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018 se desarrollarán en Buenos Aires, seguidos por los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio, en 2020. El G20 también genera un lazo especial, ya que la presidencia de Argentina será seguida por la de Japón, en 2019.
Argentina y Japón celebran en 2018 el 120 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. La amistad comenzó en 1898. Hoy hay una asociación estratégica en pleno desarrollo. Provee un nuevo marco para que los lazos de inversión, políticos, económicos y comerciales que se profundizan se unan a los lazos tradicionales entre la gente de Argentina y Japón.
El momento es ahora para una relación Argentina-Japón.
El autor es embajador de Argentina en Japón.