Después de tanto choque de palabras, la pregunta es: "¿Quién o quiénes han atropellado las ideas?" Atravesamos la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación, describía Charles Dickens en Historia de dos ciudades. Ciento cincuenta y ocho años después, protagonizamos el mismo oxímoron: avanzamos retrocediendo. Nunca la ciencia posibilitó tanto para extender la vida, sin embargo, la desnutrición mata y discapacita tanto como cuando estaba en sus albores. Nunca la tecnología permitió tanto para el enriquecimiento del conocimiento, sin embargo, en cualquiera de las villas de nuestra Argentina encontramos jóvenes que reducen su mundo a 300 palabras. Eso sí, sin verbos, sólo hablan en presente. Ni saben ni les interesa conjugar en pasado —¡si sólo les trajo dolor!— y el futuro es una lotería para la que no compraron billete. Nunca la política tuvo a su alcance tanto para asegurar lo elemental, sin embargo Argentina, productora mundial de alimentos, tiene un 30% de su población, 12 millones, con graves problemas de nutrición.
Sin justicia no hay futuro. Sin justicia no hay país.
A una semana del reportaje idóneo del periodista Luis Novaresio a Cristina Kirchner, quedan en claro algunos ítems. El proyecto de CFK termina en ella, no en el peronismo. De lo contrario, debió haber tenido la grandeza de quedarse en su casa. La ex Presidente sabe que es un tapón de cinco millones de votos serviles a Mauricio Macri. También sabe que hiere la vida política argentina al obstaculizar el reordenamiento del peronismo, fuerza política insoslayable. En el citado reportaje trabajó durante dos horas para retener los votos conseguidos en las PASO, a riesgo tal vez de complicarse en el caso de que algún juez decidiera interrogarla sobre sus dichos. Algunos analistas interpretaron que tras sus palabras aparecía la aspiración de CFK 2019. Imposible. En ningún momento se manifestó sobre diez políticas equivocadas. Sobre diez políticas que no pudo o no supo protagonizar. Sobre diez políticas que le quedaron en agenda. Imprescindible para una ex Presidente con dos mandatos y supuestas pretensiones de un tercero.
Sin justicia no hay futuro. Sin justicia no hay país.
Vuelvo a Dickens y tomo aquello de "era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos". La complejidad en la mutación del accionar político busca su forma, permitiendo a veces la confusión de los ciudadanos, quienes sienten que pueden prescindir de toda expresión ideológicamente organizada y pasar a ser gestores y protagonistas de sus destinos. La política, aún luego del impacto de la tecnología mediática, no ha encontrado la manera de llegar masivamente, reemplazando el accionar de los partidos políticos y dejando sentado que la política se hace en forma colectiva y a través de representantes. La oferta política no ha encontrado aún el método eficaz para cautivar al ciudadano.
Resulta muy interesante un trabajo dado a conocer por la consultora OPSM tras una encuesta a nivel nacional que monitorea la relación del ciudadano argentino con la política y la economía. El 64% de los encuestados (1200 casos en todo el país) aprueba la gestión del presidente Macri, pero el 80% no está de acuerdo, con distintas efusividades, con su política económica. Es decir, no quiere el pasado, apoya al presente, si bien expresa que económicamente estaba mejor con el Gobierno anterior.
Este Gobierno tiene la oportunidad, no la convicción, de cambiar su rumbo económico. Para que una política económica sea abarcativa, no sirven los promedios. Es verdad que la obra pública genera trabajo. Que hay sectores del agro a los que les va muy bien. Pero las políticas sectoriales sin un plan integral de reactivación de economías regionales, por ejemplo, no derramarán y sólo serán parte de una estadística. Vota la gente, no el promedio estadístico.
La CGT se reunió con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, para intentar coincidir en una agenda de trabajo, que a su vez se presentará ante el CCC que se realizará el 3 de octubre en la Fraternidad. Reconocen los resultados del 22 de agosto, pero su contacto con los problemas sociales les señala como prioridad los reclamos pendientes ante las dificultades que padece una amplia franja de la sociedad que, inclusive respaldando al Gobierno, no llega a fin de mes, no tiene empleo o es precario, e incluso en algunos casos comen raleado.
La ausencia de un peronismo que aún tiene su liderazgo vacante imposibilita un pacto político tradicional. No obstante, hay dos sectores, más allá de la CGT, fundamentales, que deberían ser convocados para negociar acuerdos. En el Congreso la representatividad está clara y si el Gobierno tiene voluntad de acordar leyes fundamentales como ocurrió en el primer año de gobierno, la disponibilidad está. Imposible que no encuentren puntos de acuerdo Miguel Ángel Pichetto y Emilio Monzó.
Desde el punto de vista político-económico, el Gobierno debería invitar a los equipos con experiencia y seriedad que atravesaron las grandes tormentas argentinas de este siglo. Para estos fines ningún sector del peronismo podrá sentirse disgustado si el convocado es Roberto Lavagna.
Once años de la desaparición de Jorge Julio López, casi tres años del cada vez más probable asesinato del fiscal Nisman y cincuenta días de la desaparición de Santiago Maldonado. En Rosario, seis años de la desaparición y muerte de Paula Perassi, sus padres sólo piden por sus huesos aún desaparecidos.
Sin justicia no hay futuro. Sin justicia no hay país.