Winter is coming: el frío clima electoral a 10 días de las PASO

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Como en el gran número de las democracias occidentales, la decisión de los "indecisos" va a definir las elecciones. En solo 10 días este escenario electoral tendrá un primer esclarecimiento, pero su efecto será efímero y no será más que la antesala para iniciar una nueva campaña. Comienza el camino hacia octubre.

A pesar de estar en la recta final de un primer proceso electoral, el clima aún no se percibe. Cabe plantearse si existe realmente dicho clima, o si no es más que la percepción de quienes le dedicamos gran parte de nuestro día a la política. Está claro que nadie despierta por la mañana y en vez de poner una canción en Spotify o encender la radio, escucha un discurso político. Las charlas de ascensor o durante la hora del almuerzo en los ámbitos laborales, están más pendientes de la nueva temporada de Game of Thrones o lo pintoresco de que Internet entre al país por un cable subacuático que ingresa por las Toninas.

Una duda sobrevuela siempre las campañas: los votantes, ¿prestan interés a las noticias políticas? Los estudios nos dan, como suele ocurrir, algo de claridad al respecto. Como apuntan Boczkowski y Mitchelstein (La Brecha de las noticias), la fijación de agenda por parte de los medios varía según el contexto, limitándose en los periodos de actividad política normal (es decir en momentos no electorales). Ocurre que los temas que son importantes para los medios o los periodistas, no son ocasionalmente los importantes para los electores. Además, es peor el desencuentro entre los temas de interés de unos y de otros cuando el formato no es el que más seduce a las audiencias. En otras palabras, quizás el problema no es lo que decimos o lo que queremos decir, sino cómo lo decimos.

La cuestión es siempre la misma. Dentro de una sociedad que le dedica más tiempo a los reality shows o al mundo del espectáculo que a los noticieros o debates políticos: ¿cómo hablamos de política sin aburrir? La costumbre de entretener y de divertimos constantemente hace que sea más difícil que la audiencia pueda "conectar" con un candidato político, si dicha comunicación no representa algún tipo de gratificación para ellos. En otras palabras "¿qué gano yo por escucharlo a este candidato?". El humor se vuelve, en este sentido, un aliado virtuoso. La capacidad de no aburrir (o mejor dicho, de divertir) junto con el esfuerzo de hacer visible conceptos complejos (por ejemplo con elementos visuales, actuaciones, infografías, etc.) suelen dar buenos resultados.

Cabe destacar la apuesta de muchos candidatos al humor, como táctica para comunicar un mensaje de campaña. En las últimas horas Tombolini presentó "tira de asado", un spot que apela al humor para contar su opinión sobre la economía del país bajo el concepto de que "la plata no alcanza". Otros, por el contrario, utilizaron elementos conocidos (canciones, figuras públicas, etc.) para intentar generar esta conexión entre el candidato y la audiencia: la candidata Lilian Marolo y su jingle asociando su apellido a la marca de alimentos.