"Me conviene, no me conviene", es el mantra del momento entre los que se autoperciben como peronistas en el territorio bonaerense. No deshojan la margarita, porque esa flor es de otro palo y siempre estuvo en la vereda de enfrente.
A un mes del cierre de las listas, la indefinición de CFK sumerge a muchos en el desconcierto. En algo coinciden pese a todo. La consigna que los guía es sobrevivir, conservar, retener lo que se tiene, territorio o banca. Algunos son más flexibles que otros. No tienen prurito ni remilgo, van con el Frente para la Victoria a como dé lugar. La recompensa para ellos no tardó en llegar. Puede que no haya billetera, pero hay amor. CFK recibió en su casa a Mario Secco, de Ensenada, y Jorge Ferraresi, de Avellaneda, los jefes comunales que sin chistar se fumaron la selfie de la discordia. Para los otros, al menos por ahora, pasa el frío.
Después del juego de escape que ensayaron el martes, quedaron en lista de espera. Según Secco, Cristina está "más allá del bien o del mal", pero no le gustó nada que el grupete que huyó del encuentro le sacara el cuerpo a otros compañeros "que sufrieron un desgaste" en su paso por el poder (léase Boudou, D'Elía, Sabbatella y Mariotto). Cris manifestó su molestia. Defendió a los infumables y, fiel a su estilo, aplicó rigor. Los desgastados patalearon.
D'Elía hizo uso y abuso de las redes sociales y su propio programa de radio. "Vayanse con Randazzo, no los necesitamos para ganar" toreó el hombre del partido Miles. "Si fuera por ellos, vetarían a Cristina. Porque a la que no quieren es a ella y si la quieren, es por un puñado de votos". "No necesitamos de estos forros para ganar" concluyó.
La dama que se autoexcluyó es requerida a presentarse. Son muchos los que resisten la lapicera en manos de Máximo, La Cámpora y los suyos o, peor aún, de Fernando Espinoza y su delfina Verónica Magario. Los del Grupo Esmeralda, Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Juan Pablo de Jesús desesperan en la cola para despejar sus incertidumbres. Los apremia saber si la ex Presidente se presenta o no a la PASO, donde ya está instalado su desafiante ex ministro. Si ella se anota, ellos acompañan. Caso contrario, parecen dispuestos a cruzar de vereda.
Randazzo sigue sin hablar. Apenas murmura. Dijo que se siente "obligado a presentarse" en el contexto de una charla, convenientemente grabada en un celular y subida a las redes, con el padre Pepe, durante una visita a Villa La Cárcova, en José León Suárez. Todo tan doméstico como marketinero. El cura villero no tardó en reaccionar. En una carta a su feligresía, y los medios, definió a la situación como confusa y dijo que desde su parroquia "no apoyan a ningún candidato". Los precipitados posteos del intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, mostrando en video la intimidad del encuentro, irritaron a Pepe di Paola. "El que se quema con leche, cuando ve la vaca, llora". El episodio rememoró la embestida del sciolismo sobre su sacristía en plena campaña 2015. Esta vez prefirió curarse en salud.
Juanchi Zabaleta, intendente de Hurlingham, habla por Randazzo. Para él, no hay tutía. Se presentan a las PASO. Ellos no salen a pescar en la misma laguna que el gobierno nacional. Esa es tarea que le dejan a Sergio Massa. Ellos se juegan el todo por el todo en unas PASO con el kirchnerismo y sus colectoras. Por ahora, sigue siendo Cristina la que parte y reparte. Los ansiosos tendrán que bancar.