Aumentan los riesgos de más emisiones contaminantes

Es cierto que abundan las declaraciones y los discursos, pero lamentablemente la realidad es que las emisiones de gases de efecto invernadero no disminuirán en el futuro, a pesar del buen pero insuficiente avance en las nuevas energías limpias

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En una nota reciente expresábamos que no había sido una buena noticia la suministrada por la NASA, quien nos hizo saber que enero del 2017 fue el tercer mes de enero más caluroso en los últimos 137 años, desde las primeras mediciones de registros de  temperatura modernos. La temperatura de enero 2017 fue casi un grado más calurosa que el promedio de todos los eneros desde 1951 hasta 1980. El consenso científico explica este aumento de la temperatura y estos hechos dañinos para nuestra vida en la Tierra por lo nocivo de los gases de efecto invernadero provocados por la utilización de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), fenómeno agravado por la deforestación y algunas prácticas agrícolas.

El Acuerdo de París, celebrado en diciembre del 2015 por 196 naciones, es decir, prácticamente todas, aspiraba a reducir sustancialmente estas emisiones contaminantes para preservar nuestro planeta. Lo mismo ocurrió en diciembre del 2016 en la reunión de Marrakech. Es cierto que abundan las declaraciones y los discursos, pero lamentablemente la realidad es que las emisiones de gases de efecto invernadero no disminuirán en el futuro, a pesar del buen pero insuficiente avance en las nuevas energías limpias, como lo indican las proyecciones energéticas para los próximos 20 años que se acaban de presentar (BP-2017 Energy Outlook).

Las proyecciones energéticas basadas en un análisis de la realidad y de las decisiones estratégicas en curso en el escenario mundial indican que dentro de 20 años los humanos estaríamos emitiendo un 13% más de gases contaminantes que hoy. El lector se puede preguntar: "¿Y esto es importante?". La respuesta es sí, es muy importante y grave, ya que este aumento pone en riesgo las condiciones climáticas del planeta. Si queremos no cruzar la barrera crítica de un aumento de la temperatura que supere los dos grados centígrados, las emisiones contaminantes deberían caer un 30%, no trepar 13 por ciento. Como se observa, la diferencia es demasiado grande entre lo que estamos haciendo y lo que deberíamos hacer.

Donald Trump durante la campaña electoral había expresado: "El cambio climático es un concepto creado por los chinos para perjudicar a Estados Unidos". Si durante su mandato presidencial de cuatro años Estados Unidos debilita aún más los insuficientes esfuerzos comprometidos en las Naciones Unidas para abatir las emisiones contaminantes, corremos el riesgo de que en el futuro sea muy difícil evitar grandes alteraciones climáticas con efectos perjudiciales. No se puede mirar hacia otro lado y no tener en cuenta lo que viene ocurriendo en los últimos años en el planeta: el nivel del mar está creciendo, aumentan las olas de calor, las inundaciones, las sequías y los incendios forestales, se alteran los patrones de las lluvias, se achican los glaciares y disminuye la cobertura de nieve que alimenta ríos muy importantes.

Por todo esto es urgente concretar acuerdos internacionales eficaces en el ámbito de Naciones Unidas. Recordar que, según el libro del Génesis, la Tierra nos ha sido dada para "labrarla y cuidarla", no para degradarla.