Macri busca oxígeno político

A no pocos radicales se les encrespa la cabellera al recordar su tronco nacional y popular y la etapa en que fueron representantes de la causa de los desposeídos

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Mientras el PRO pone todas sus expectativas en que el viaje del presidente Mauricio Macri a España le devuelva oxígeno político tras una semana no apta para cardíacos, los radicales socios en la victoria del 2015 se preparan para poner los puntos sobre las íes en un gobierno del que participan pero se enteran de sus acciones por los diarios. Elisa Carrió —ex UCR, actual Coalición Cívica— ya lo hizo. Villa Giardino los congregará viernes y sábado. En lo formal no faltarán tres mesas redondas: la política, la de relaciones internacionales, la de economía. Esta última con la presencia no menor de Alfonso Prat-Gay, eyectado del Ministerio de Economía por no someterse al esquema de obediencia debida, del trío consejero y protector del presidente Macri. Dentro del radicalismo a grandes rasgos cohabitan tres sectores: los que integran el Gobierno, aunque también hay matices, ya que dicen que no es lo mismo Gerardo Morales que Oscar Aguad; el sector de los que critican con la no disimulada aspiración de obtener cargos; y el tercero, los abocados a la defensa partidaria con errores y riesgo.

Mañana miércoles el sector de la UCR que tiene como uno de sus protagonistas al doctor Juan Manuel Casella dará a conocer un documento en el cual, sin ánimo de división ni fractura, tendrá como eje la defensa institucional partidaria. Aunque suene extraño en esta época en la cual lo que se pondera y se mide es lo que cotizan en votos las personas, este documento plantea la defensa de los principios históricos de la UCR y la necesidad de la representatividad de los actores activos. Es decir, hoy cuando se expresan Ernesto Sanz o Mario Negri no hablan por la UCR, sólo son apreciaciones a título personal y sin la responsabilidad de dar explicaciones luego a sus correligionarios. Este sector más principista es el que más puja de los tres antes mencionados para resucitar la vida y la opinión partidaria. Se escucha decir: "¿Qué opinión ha manifestado orgánicamente la UCR sobre Donald Trump? ¿Cuál es la posición fijada orgánicamente por la UCR ante la compleja situación política que atraviesa nuestro principal socio del Mercosur, Brasil?". Las diferencias con el PRO claramente aparecen ante lo que consideran una gran insensibilidad social y posturas antagónicas en temas claves como derechos humanos (creen que Juan José Gómez Centurión representa el pensamiento real del Gobierno) y el caso Correo Argentino.

Otro sector más pragmático intentará mostrar músculos en Villa Giardino en momentos en que el gabinete nacional exhibe una gran flaqueza a la hora de hombres y mujeres con espalda política. Recordar que el 67% del gabinete del presidente Macri está compuesto por hombres que vienen de empresas privadas cuyo mayor logro es haber maximizado su rentabilidad. A no pocos radicales se les encrespa la cabellera al recordar su tronco nacional y popular y la etapa en que fueron representantes de la causa de los desposeídos.

Sectores del radicalismo siguen atentamente el Gobierno de María Eugenia Vidal. Claramente advierten que tiene "pintado" un vice proveniente de la UCR. Pero el arreglo político fue, es y (temen) será con Sergio Massa. Este monitoreo es una alerta amarilla dado que creen que los consejos de Emilio Monzó de incorporar peronistas al gabinete no han quedado absolutamente descartados.

Donde el radicalismo se encolumna con opiniones explícitas o en silencio es a la hora del desprecio que cree que el Gobierno siente por la política. Dado que una vez más Macri elegirá para este 2017 como consejero, pensador y ejecutor de los tiempos electorales a Jaime Durán Barba. Algunos lo suavizan diciendo: "Sólo es una diferencia de métodos" y otros radicales contestan: "De método no, de concepción ideológica y política".

Al peronismo no le va mucho mejor. Cristina Kirchner es fortaleza y obstáculo al mismo tiempo. Quedan claras dos cosas: si el peronismo no gana en el 2017, es muy probable que Cambiemos empiece a encontrar resortes del poder que le permitan perdurar. Un ejemplo de ello es el socialismo santafesino. Miguel del Sel lo recordará mientras viva. Lo segundo es que la ex presidente Cristina de Kirchner tiene un caudal de votos que le permite salvar al cristinismo, pero hundir al peronismo. Un ejemplo fue la frustrada cumbre del peronismo bonaerense en Santa Teresita.

Sergio Massa se recuesta cada vez más en Margarita Stolbizer, quien como bien define Jorge Asís "en vez de guiarla hacia el calor de la mayoría, Stolbizer lo arrastra hacia la dignidad de la minoría".

Cuando el planteo político tiene como eslogan frases como "yo o el abismo", "nosotros o el pasado", es porque la cartera de logros políticos está empobrecida y la de proyectos, vacía.

Hace tiempo insisto en la necesidad de una gran coincidencia sobre temas puntuales que permitan con el tiempo transformarse en políticas de Estado. Como no hay espacio para una concertación con actores de probidad política, debiesen sentarse igual cada uno con su mancha de origen y en vez de espetarse sus pecados, avanzar igual a lo que esta Argentina con una sociedad cada vez más empobrecida, dividida y desesperanzada necesita.