La herencia económica de Obama

Luis Palma Cané

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A lo largo de su campaña el actual presidente de los Estados Unidos, con su ya clásica verborragia, afirmó que la economía que dejaba Barack Obama era "un desastre" (sic). ¿Es esto así? ¿O se trata, una vez más, de las falsedades que en reiteradas veces ha incurrido Trump sin probar con datos sus afirmaciones o, lo que es más grave aún, recurriendo a "datos alternativos" que no se condicen con la realidad?

Para responder esta pregunta será necesario analizar los indicadores macroeconómicos correspondientes al período 2009-2017, no sin antes recordar que, a la fecha en que Obama tomó la administración, los Estados Unidos se enfrentaban a una durísima crisis (gran recesión), la mayor registrada luego de la depresión de la década del 30.

 

-Nivel de actividad económica

La crisis en cuestión, que tuvo una vigencia de dos años (2008-2009), produjo en dicho período una caída acumulada del PBI del 3,1 por ciento. A partir del 2010, y merced a las políticas fiscales y monetarias de estímulo de la administración demócrata, se sucedieron diez años de crecimiento ininterrumpido a una tasa promedio anual del 2,3%. Al cierre del 2016 se alcanzó un PBI de 17 billones de dólares, un 17% mayor que el correspondiente al 2009.

 

-Nivel de empleo

La gran recesión generó una pérdida acumulada del orden de los ocho millones de empleos; llevó la tasa de desocupación a un máximo de 10,3% a mediados del 2010. A partir de allí, los mayores niveles de actividad que se produjeron dieron lugar a un incremento sostenido de la demanda laboral. Hasta fin del 2016 se crearon 12 millones de nuevos empleos; la tasa de desempleo llegó al mínimo actual del 4,7%, prácticamente de pleno empleo. Asimismo, durante el último semestre del 2016, la creación de nuevos puestos de trabajo ascendió a un promedio del orden de los 180 mil mensuales. Otro dato no menor: a lo largo del último año del mandato, los salarios por hora aumentaron casi el 3%; el mejor registro desde el 2001.

 

-Política monetaria

A la fecha de asunción del mando, la tasa de referencia de la Fed ya estaba en su mínimo histórico del cero por ciento. Al no tener margen para reducirla, y por iniciativa del entonces presidente de la entidad monetaria Ben Bernanke, se implementó una audaz medida de estímulo: el "relajamiento cuantitativo" (inyección de dinero por parte de la Fed mediante compra de bonos en el mercado secundario), programa que, en tres etapas (2008, 2010 y 2012), más que cuadruplicó la base monetaria. Tal inyección de dinero fue muy positiva: aumentó el crédito y bajó, a fines de junio del 2016, la tasa de 10 años a un mínimo del 1,5 por ciento.

 

-Política fiscal

Para salir de la crisis, al comienzo de su administración Obama no sólo aplicó la política monetaria mencionada en el punto anterior sino que, además, la acompañó con una agresiva política fiscal que, lógicamente, en una primera etapa aumentó el déficit a casi seis puntos del producto. La regla aplicada fue: "Primero crecer, luego ajustar". Tuvo éxito: el crecimiento del período del 17% permitió bajar a la fecha el déficit a alrededor del 2,5% del PBI.

 

-Niveles de precios

A comienzos del 2009 la economía en recesión enfrentaba un serio peligro de caer en deflación. Merced a las políticas fiscales y monetarias de estímulo aplicadas, se logró evitarla. A la fecha llegó a niveles del 1,6% anual, próximos al objetivo de la Fed del dos por ciento.

 

-Confianza

Dado que dos terceras partes del PBI se generan a través del consumo, es de vital importancia analizar la evolución del índice de confianza publicado por el Conference Board. Pues bien, al inicio del período, dicho indicador (1985 = 100) había caído a un mínimo de 37 puntos; volvió a 100 a mediados del 2014 y, a la fecha, orilla un valor de 115 puntos.

 

-Wall Street

En mayo del 2009, en plena virulencia de la recesión, el índice S&P 500 alcanzó un mínimo de 800 puntos. A la fecha, se aproxima a un valor máximo histórico de 2.330, vale decir una mejora del orden del doscientos por ciento.

 

-Salud

Luego de arduas gestiones, el presidente Obama implementó un programa, popularmente denominado Obamacare, que permitió acceder a planes de salud a casi veinte millones de personas hasta ese entonces desprovistas de cobertura. El actual presidente ha cuestionado el programa y, durante la campaña ha prometido su eliminación.

 

La anterior descripción de la evolución de los indicadores macroeconómicos a lo largo de la anterior administración (2009/2017) permite afirmar que la declaración de Donald Trump en el sentido de que el escenario económico que dejaba Obama era "un desastre" no se corresponde con la realidad. Más aún, a juicio de quien esto escribe, la gestión del anterior presidente demócrata merece encasillarse dentro de las mejores de los últimos tiempos.

 

El autor es economista.