La izquierda en la cancha: ¿una nueva etapa?

El acto del sábado en Atlanta permitirá consolidar un frente único de la izquierda, con independencia del Gobierno y los partidos tradicionales

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La larga marcha de la izquierda argentina podría alcanzar un nuevo peldaño en el camino que se trazó. Este sábado, los principales referentes políticos y sindicales de ese sector político se reúnen en un acto en la cancha de Atlanta, en el barrio de Villa Crespo, mediante una convocatoria del Frente de Izquierda, la coalición anticapitalista que ostenta una bancada parlamentaria nacional e importantes representaciones sindicales en el movimiento obrero y entre las organizaciones sociales. La fuerza, integrada por el Partido Obrero, el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y la Izquierda Socialista (IS), confrontará el horizonte de sus expectativas con una realidad que le podría ser favorable. Pero que siempre es mejor ubicar en el campo de la comprobación fáctica que en el espacio de los deseos.

Desde hace tres décadas que la izquierda no hace actos en canchas de fútbol. El último lo realizó el Movimiento al Socialismo (MAS), que se encontraba, a mediados de la década del ochenta, en ascenso e hizo uno en el estadio de Ferro. Luego, los noventa cambiaron la situación. Si bien la izquierda protagonizó luchas fundamentales en aquella década y la siguiente —como baluarte del movimiento piquetero o al frente de las movilizaciones de 2001 y 2002—, no se constituyó en un factor de reagrupamiento político como el que marcó su ascenso, de la mano de la constitución del Frente de Izquierda, que la convirtió de una izquierda extraparlamentaria a la expresión de la clase obrera, en términos históricos, en el Congreso y que mostró su penetración en los sindicatos y las fábricas.

Desde aquel 2011, el Frente de Izquierda alcanzó participación en ocho parlamentos regionales, además de los cuatro curules de su bancada nacional en el Congreso. No sólo esto, sino que, durante los grandes paros generales contra el Gobierno kirchnerista, los partidos de izquierda y sus activistas lograron lugares centrales en sus desarrollos. Se trataba del reflejo del desarrollo en los gremios centrales por parte del clasismo, que tuvo su pico este año, cuando Alejandro Crespo —uno de los oradores de Atlanta y militante del Partido Obrero— fue elegido secretario general del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (Sutna), el gremio del neumático. Por primera vez desde la década de los cuarenta del siglo pasado, el sindicalismo clasista ganaba una elección en un gremio nacional industrial central. El episodio es el punto más alto de toda una reorganización en las fábricas y los lugares de trabajo al margen y contra las direcciones sindicales tradicionales, totalmente plegadas a una tregua con el Gobierno de Mauricio Macri pese a los tarifazos, la confiscación salarial y la inflación.

Este ascenso de la izquierda en los sindicatos y las iniciativas como la oposición al dietazo que se querían aumentar los diputados —que tuvo que ser revertido debido a la denuncia del diputado Néstor Pitrola— se contrapone a cierto inmovilismo que provocó que el Frente de Izquierda no se transformara en un puntal de la oposición al macrismo —o al kirchnerismo gobernante en las provincias. No hubo acciones conjuntas de los tres partidos, al punto de que uno de los partidos que lo integran —el PTS— decidió romper el tradicional acto del Día de los Trabajadores para hacer un evento en solitario. Tal partido había sido cuestionado por su acercamiento al kirchnerismo en reiteradas oportunidades. El acto del sábado en Atlanta permitirá consolidar un frente único de la izquierda, con independencia del Gobierno y los partidos tradicionales. No se debe perder de vista que un avance de la fisonomización masiva de tal frente único se podría constituir en un avance, y que el internismo y la disputa interna arbitraria (pero no así el balance de los diferentes accionares) podrían jugar en contra de los intereses generales, históricos, de los sectores laboriosos.

Se podría tratar de un momento de inflexión mediante al corporización física de una izquierda que se postula no sólo como la verdadera oposición a los ajustadores del Gobierno nacional, o sus replicantes del Frente para la Victoria en las provincias, sino que podría dar un salto político en torno a los intereses que la guían, que no son otros que avanzar en el camino hacia el gobierno de la clase social que crea la riqueza mediante su trabajo. En función de esta perspectiva, hay una cita en Atlanta, en un día pronosticado de sol primaveral. Habrá que ir a ver.