El nacimiento de una nueva identidad cultural

Aquel 17 de octubre de 1945 fue el resultado de un pueblo que venía golpeando, fue el punto de encuentro de ciudadanos y trabajadores de distintas corrientes políticas

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El 17 de octubre de 1945 constituye el nacimiento formal de una nueva época en la historia argentina. Ese día, la lealtad del pueblo ocupó masiva y pacíficamente la Plaza de Mayo para exigir la libertad del coronel Juan Domingo Perón, que padecía su encarcelamiento en la isla Martín García. Perón fue rescatado por la movilización popular, en la que tuvieron un papel protagónico la clase trabajadora y la juventud que hizo suyos los ideales de soberanía política, independencia económica y justicia social para todos los argentinos.

Una necesidad que surgía ante el avance de las nuevas formas que adoptaban la colonialidad y la penetración extranjera, asociadas a las élites y las oligarquías criollas. Fue una movilización espontánea, contestataria y trabajadora, una resistencia patricia que estallaba ante la injustica y la opresión. Estaba naciendo una identidad cultural: una nueva patria del sur.

El peronismo fue un movimiento patriótico y al mismo tiempo revolución social. Esto es inseparable. Perón da vuelta la historia del país y termina con el "no se puede".

Con su gran mirada estratégica, Perón toma medidas fundamentales para el desarrollo soberano del país: hace volar el primer jet de América Latina; realiza una revolución en salud con Ramón Carrillo; lanza los planes siderúrgico, aeronáutico y nuclear; nacionaliza el Banco Central, el comercio exterior y recupera los recursos naturales.

Esta gesta es una página de la historia que trasciende las etiquetas partidarias. Fue la decisión de las masas trabajadoras de cruzar el Riachuelo, romper las vallas, ocupar la Plaza de Mayo, como símbolo de que desde ese momento los trabajadores iban a disputar la Argentina.

Aquel 17 de octubre de 1945 fue el resultado de un pueblo que venía golpeando, fue el punto de encuentro de ciudadanos y trabajadores de distintas corrientes políticas. Fue el encuentro de una nueva identidad política que buscaba la igualdad y la justicia social. Perón y sus descamisados son el miedo de la oligarquía militar. La movilización de los trabajadores invadió la aristocrática Buenos Aires y logró su liberación. Desde el balcón de la Casa Rosada, Perón los convocó a unirse para rescatar la patria.

Hoy nos gobierna la ley financiera de José Alfredo Martínez de Hoz, que pone el crédito público al servicio de las multinacionales, en lugar de ir en ayuda de la empresa argentina. Hay que pensar en aquellas medidas de Perón con las que nacionalizó el crédito bancario y reflotar en el ámbito latinoamericano la importante iniciativa del Banco del Sur, en lugar de honrar las deudas fraudulentas.

Necesitamos honrar la memoria del gran estadista, restituir sus verdades esenciales. Más allá de los cambios en el país y en el mundo, su proyecto está vigente como alternativa al bipartidismo neocolonial: "Concibiendo a nuestra Argentina como una democracia plena de justicia social y en consecuencia, concibe el gobierno con la forma representativa, republicana, federal y social. Social por su forma de ser, por sus objetivos y por su estilo de funcionamiento" (Perón, 01/05/1974).

Tenemos que honrar el recuerdo de aquella inolvidable gesta de 1945 que culminó en el nacimiento del Día de la Lealtad.