Italia, nuevamente de luto por un terremoto

Italia tiene una columna dorsal montañosa, los Apeninos, que desde tiempos inmemoriales es cuna de terremotos.

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La cadena montañosa de los Apeninos atraviesa casi toda Italia a lo largo y es causa de frecuentes movimientos sísmicos (REUTERS)
La cadena montañosa de los Apeninos atraviesa casi toda Italia a lo largo y es causa de frecuentes movimientos sísmicos (REUTERS)

Italia tiene una columna dorsal montañosa, los Apeninos, que desde tiempos inmemoriales es cuna de terremotos. Tiene una actividad sísmica ya registrada en la Edad Media, en los anales de los conventos, cuando como "castigo divino" les recordaba a los pobladores que debían guardar el temor a Dios y no olvidarlo con tanta frecuencia.

Hoy sin duda las interpretaciones son otras pero la actividad sísmica no ha cambiado de intensidad o frecuencia.

En la madrugada del 24 de agosto a las 3.30 sin temblores previos, comenzó un terremoto que llegó a 6,2 (6,9 es la máxima intensidad) en la escala de Richter con un hipocentro a 4km y que duró 15 interminables segundos.

Este terremoto tiene complicaciones y réplicas, de menor intensidad, que continuarán haciendo daño hasta muchos días después.

Italia: el terremoto del 24 de agosto ya ha causado decenas de víctimas (EFE)
Italia: el terremoto del 24 de agosto ya ha causado decenas de víctimas (EFE)

Los Apeninos recorren Italia de Norte a Sur separando el Tirreno del Adriático y partiendo literalmente la península en dos partes.

El terremoto que describo ocurrió en la zona centro de Italia, involucrando tres regiones: Le Marche, Umbria, Lazzio y hasta el momento, tres localidades de cada una de ellas: Amatrice (2730 hab) Norcia (4798 hab) Accumoli (735 hab) Arquata Del Tronto (1302hab), entre otras.

Cercanas a Perugia, Ascoli Piceno (donde Argentina jugó la última copa Davis), L'Aquila (hubo un terremoto en el 2009 con cientos de muertos), Rieti; ciudades muy importantes de la península.

Todas estas localidades se encuentran a una distancia entre 120 y 150 km de Roma, ligeramente hacia el Noreste.

Cada una de las localidades de montaña afectadas, situadas a unos 600 metros por encima del nivel del mar, suelen ser centros turísticos para los romanos que escapan de la capital en agosto, por el calor del verano.

Se trata de estructuras medievales, edificadas a su vez sobre restos del Imperio Romano; es claro que no tienen construcción antisísmica, de allí que cada vez que ocurre un fenómeno de este tipo se derrumba casi todo.

Como es el caso de Amatrice, donde la mitad del pueblo quedó literalmente destruido, salvo la iglesia de San Agustín (medieval también), casi intacta. El 27 de agosto, de cada año, se celebra la fiesta de ese santo.

La localidad de Amatrice, en un cincuenta por ciento destruida por el terremoto, conserva su iglesia (EFE)
La localidad de Amatrice, en un cincuenta por ciento destruida por el terremoto, conserva su iglesia (EFE)

Hoy por el terremoto, por las decenas de víctimas que dejó como saldo y por el milagro de su Iglesia, pero en realidad desde siempre Amatrice es muy conocida en toda Italia. Allí se elaboró por primera vez la salsa all'amatriciana, mucho pero mucho tiempo atrás, en el medioevo, cuando sus campesinos, usando productos estrictamente locales (tocino, tomate, queso), "inventaron" esta salsa y la exportaron al mundo entero.

Hoy Amatrice está de luto; toda Italia lo está.

Sólo rogamos a Dios, tal como lo hizo hace pocos minutos el Santo Padre, que no haya más víctimas y que el pueblo italiano, como siempre ha hecho, el de la península y el que vive fuera de ella (la Otra Italia), manifiesten una vez más esa solidaridad que es parte de su genética.