Pranshu no es un niño ordinario, de hecho se tarta de una personalidad bastante famosa. Esto se debe, al menos de acuerdo a la gente de su ciudad natal, ¡a que es un dios! Pranshu nació con una enfermedad que hace que su frente se hinche, lo que tiene como consecuencia que sus ojos se vean profundos y angostos. Su apariencia ha hecho que la gente local crea que es no es un niño normal como cualquier otro.
La triste realidad es que la mayor parte de los niños que nacen con alguna deformidad facial son rechazados, a veces incluso por sus propias familias. Pero su rostro es tan especial, que provocó una reacción totalmente opuesta.
Desde que era muy pequeño, la gente comenzó a darse cuenta de su cara era muy similar a la de Ganesha, un dios hindú con la cabeza de un elefante.
Cuando el niño tenía tan solo un año, sus padres lo llevaron al doctor para descubrir por qué su cara se estaba deformando de maneras tan irregulares. Luego de una serie de exámenes, aún no podían determinar exactamente qué era lo que lo había causado. Los doctores asumieron que Pranshu había sido expuesto a algún tipo de polución que causaba ese defecto de nacimiento, lo que también afectó a otras partes de su cuerpo, haciendo imposible que pudiera caminar de manera adecuada.
Actualmente, a los seis años, Pranshu está muy orgulloso de su apariencia y no le gustaría verse de ninguna otra forma. "Me hace feliz y no quiero cambiar nada. Amo mi cabeza gigante"aseguró el niño.
La alegría de Pranshu con su apariencia probablemente tiene que ver con el hecho de que el resto de la gente de su comunidad lo acepta y venera.
Muchos creen firmemente que es la reencarnación de Ganesha y se sienten honrados de inclinarse frente a él para que esta pequeña divinidad toque sus cabezas. Todos los días sale a la calle y bendice a aquellos que vienen a visitarlo.
El padre de Pranshu, quine gana alrededor de cinco dólares al díatambién está convencido de que su hijo es un dios: "Yo también le rindo culto… su cuerpo completo se ve como el de Ganesha. Él nos bendice a todos y sus sueños se hacen realidad. En la escuela, la gente lo recibe con flores todos los días".
Cada mañana, el padre lo lleva al colegio en bicicleta. Cuando entra a su sala de clases, encorvado y tambaleando, nadie se ríe. "Me veo como Ganesha y la gente ni siquiera sabe mi nombre real. En la escuela, los profesores me veneran también. Mis amigos no me molestan, porque creen que soy el Señor Ganesha", dice Pranshu.
A pesar de su enfermedad, este pequeño es visto como la reencarnación de un dios, además de ser admirado e integrado en la comunidad. Y no solo eso, sino que además se ama a sí mismo y se siente bien con la forma en que se ve. Solo podemos desear que las cosas continúen saliendo bien para este pequeño dios, y que el celebrar las diferencias se transforme en un ejemplo que inspire a los demás a hacer lo mismo.