Carlos Rosenkrantz: "José Luis Romero merece un lugar en el panteón de los intelectuales argentinos"

El hoy juez de la Corte Suprema quiso estar presente en el lanzamiento, en la Universidad de San Andrés de la que fue rector por muchos años, del sitio web que albergará las obras completas del prestigioso historiador

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El ex rector de UdeSA, hoy juez de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, en el lanzamiento del sitio José Luis Romero – Obras Completas (Alberto Raggio)
El ex rector de UdeSA, hoy juez de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, en el lanzamiento del sitio José Luis Romero – Obras Completas (Alberto Raggio)

Este archivo digital dedicado a la obra de José Luis Romero funcionará como herramienta de trabajo y memorial (en el sentido de sitio conmemorativo) al mismo tiempo, según expresó en el acto de lanzamiento el historiador Fernando Devoto, uno de los integrantes –junto con sus colegas José Emilio Burucúa, Carlos Astarita, Adrián Gorelik y Horacio Tarcus– del panel que asesoró a los directores del proyecto: el historiador Luis Alberto Romero (hijo de José Luis Romero) y Nicolás Quiroga.

Devoto aseguró que "nuevas generaciones formularán nuevas preguntas" a los textos de Romero porque ", como definió Ítalo Calvino, un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir".

El historiador José Luis Romero (1909-1977)
El historiador José Luis Romero (1909-1977)

También definió a Romero como un "intelectual comprometido con la vida pública de Argentina" y al respecto destacó un discurso del historiador sobre el rol de la Universidad en el cual éste defendía una formación generalista frente a una concepción más profesionalista. "Romero cuestiona a quienes afirman con ironía que la lectura de Shakespeare o Platón no contribuía a formar un buen agrónomo, cuando en realidad, un buen agrónomo, como un buen médico o arquitecto, sólo puede hacerse con un hombre de buena y correcta formación integral", sostuvo Devoto.

El acto de presentación del portal tuvo lugar esta semana en la sede central de la Universidad de San Andrés (UdeSA). El objetivo del sitio es poner a disposición del público los escritos de José Luis Romero y una edición crítica de sus obras completas. Además, incluye su biografía, fotos, entrevistas y correspondencia, así como testimonios de terceros sobre su obra y su personalidad. Una de las rarezas que puede encontrarse en la página son las transcripciones de radioteatros históricos que redactó Romero, como muestra de su versatilidad.

De izq a der: Fernando Devoto, José Emilio Burucúa y Luis Alberto Romero (Alberto Raggio)
De izq a der: Fernando Devoto, José Emilio Burucúa y Luis Alberto Romero (Alberto Raggio)

El sitio está patrocinado por el Programa Interuniversitario de Historia Política y por la Universidad de San Andrés, a la cual la familia de Romero ha donado también el archivo personal del historiador.

"Romero impuso un giro en Argentina y Sudamérica al abordaje de la historiografía europea", dijo José Emilio Burucúa, profesor que dejó memorable recuerdo de su paso por la cátedra de Historia Moderna en la UBA, hoy dedicado a la investigación en Historia del Arte.

Burucúa destacó a Romero casi como un precursor, desde la periferia, de algunos de los temas esenciales de la historiografía europea: "Su pregunta por la burguesía como actor social, sobre el despertar de esta clase en la sociedad medieval tripartita fueron luego desarrolladas por (George) Duby. El sitio me ayudó a verificar que ya en 1950 Romero había llamado la atención sobre la conocida frase de Adalberto de Naon, 'los que oran, los que luchan y los que laboran'. Romero estudia a la burguesía como clase disruptiva de este orden tripartito. Sus estudios sobre la mentalidad burguesa pueden incluirse en la constelación de grandes autores que reflexionaron sobre esto".

El historiador Luis Alberto Romero presenta el portal dedicado a la obra de su padre. A su izq. Nicolás Quiroga. A su derecha, Eduardo Zimmermann (Alberto Raggio)
El historiador Luis Alberto Romero presenta el portal dedicado a la obra de su padre. A su izq. Nicolás Quiroga. A su derecha, Eduardo Zimmermann (Alberto Raggio)

Finalmente, destacó una virtud apreciada por todos los que han leído a Romero: "La fascinación de su discurso y su prosa, la elegancia de esta escritura que hacía que fuera una delicia leerlo".

Podríamos agregar: su prodigiosa capacidad de síntesis que le permitió por ejemplo brindar en un libro de bolsillo un retrato global, coherente y muy atractivo de la larga Edad Media… Al respecto, Luis Alberto Romero destacó que en la web podrán consultarse también los esquemas de trabajo de su padre, que eran como "la primera versión" de lo que luego volcaba en sus "admirables síntesis". Un interesante aporte, ya que permitirá apreciar un método de trabajo.

Este libro de Romero es un ejemplo de su prodigiosa capacidad de síntesis
Este libro de Romero es un ejemplo de su prodigiosa capacidad de síntesis

"De no ser por Nicolás Quiroga, no se me hubiera ocurrido que era posible transformar el sueño familiar de unas obras completas en esto que, a partir del año 2011, y gracias a la Universidad de San Andrés y su entonces rector, Carlos Rosenkrantz, pasó de ser un sitio low cost a este ambicioso portal", dijo Luis Alberto Romero, en referencia al desarrollador de este sitio, al que definió como "un emprendimiento abierto, con muchas posibilidades de desarrollo". Las Obras Completas online no incluirán los libros que aún están en edición. Sí estará La Revolución burguesa en el mundo feudal, obra que además está siendo traducida al inglés.

Presentación del portal José Luis Romero – Obras Completas en la Universidad de San Andrés (Alberto Raggio)
Presentación del portal José Luis Romero – Obras Completas en la Universidad de San Andrés (Alberto Raggio)

El aludido Rosenkrantz demostró su apego al proyecto haciéndose presente en el acto de lanzamiento en la sede de la Universidad de San Andrés a cuyo frente estuvo desde el año 2008 y que dejó al ser nombrado juez de la Corte Suprema de Justicia. "Esta es mi última oportunidad de hablar en público", bromeó, antes de asegurar que Romero merece "un lugar en el panteón de los intelectuales argentinos junto a Palacios, Korn, Jorge Sábato, Gino Germani…"

"Los argentinos admiramos a pocas personalidades. Quizás por nuestra neurosis, nos cuesta encontrar en el pasado gente de la cual enorgullecerse. Este es un primer paso", dijo Rosenkrantz.

La edición de los textos estuvo a cargo de la filóloga Gimena del Río quien destacó que se trata de mucho más que una simple digitalización, ya que el material está procesado y dotado de herramientas que facilitan y potencian su uso por parte de investigadores, estudiantes y público en general.

En el acto hubo especiales palabras de agradecimiento al sponsor del proyecto, Luis Roque Otero Monsegur, patrono y benefactor de la Universidad.

El portal destinado a la obra del reconocido historiador
El portal destinado a la obra del reconocido historiador

Entre los asistentes, se encontraban también el actual rector de UdeSA, Roberto Bouzas, así como Daniel Alexander, Jorge Forteza y Flavia Fiorucci, todos ellos miembros del Consejo de Administración de la Fundación Universidad San Andrés (Fudesa); además Lila Caimari, Roy Hora y Sergio Serulnikov, profesores e investigadores de UdeSA; Eduardo Orteu, ex Presidente de Fudesa y Lucas Grosman, Director del Departamento de Derecho de la Universidad.

El panel de expositores fue moderado por Eduardo Zimmermann, ex rector y actual director del Departamento de Humanidades.

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Sebastián Dates, director de Desarrollo Institucional de UdeSA, el politólogo Juan Carlos Torre, y Flavia Fiorucci, graduada y consejera de UdeSA (Alberto Raggio)

Finalmente, para quienes piensen que la obra de Romero sólo habla del pasado, va este extracto de su respuesta a una encuesta de la revista Crisis de diciembre de 1973 acerca de la enseñanza de la historia en nuestro país.

Si se tratara de condensar en una frase mi respuesta, bastaría decir que la historia se enseña muy mal en todos los grados de la enseñanza. Pero me apresuro a agregar que la culpa no es de los maestros y los profesores: es de la ciencia histórica misma, cuya estructura epistemológica y cuyas peculiaridades generales plantean problemas graves y casi insolubles.

El primero y más grave es que, a diferencia de la botánica o la física, la historia se enseña con una intención muy marcada. Esta intencionalidad puede ser genérica, pero a veces es también específica y se relaciona con problemas políticos, tanto en el sentido más extenso de la palabra —y más noble—, como en el más estrecho y con frecuencia más mezquino. Tanto en la escuela primaria como en la secundaria la historia no se enseña como una ciencia sino como una disciplina destinada a crear, o a fortalecer, o a negar una imagen del pasado que conviene a la orientación predominante en el presente. Y esto ha ocurrido siempre, porque la historia es la conciencia viva de la humanidad y de cada una de sus comunidades, y nadie podría prescindir de su apoyo para defender su propia imagen y su propio proyecto de vida. Esto se hace más claro en la enseñanza primaria, porque las nociones son más elementales y, en consecuencia, más descarnadas; de modo que todo adquiere un valor simbólico fundado en un simplismo intencional. Desde este punto de vista, tanto da una orientación como otra. Quizás el único consejo que podría darse —muy difícil de seguir, por lo demás— sería tratar de internalizar el principio de que pertenece a la tradición del país todo lo que el país ha hecho, sin exclusiones, y que conviene ser moderado en la división maniquea entre buenos y malos.

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Qué es pensar históricamente, es cosa difícil de explicar en pocas líneas. Pero aun a riesgo de caer en un simplismo, yo diría que consiste principalmente en acostumbrar a examinar el revés de la trama. Es importante que se enuncien los hechos políticos, y no me niego a que se repitan de memoria, aunque sea un mecanismo odioso. Pero pasa como con las declinaciones latinas: hay que saberlas aun cuando su aprendizaje resulte el mejor sistema para odiar el latín. Lo importante es que se le dé al adolescente algo más: algo que lo incite a buscar qué hay detrás del puro episodio. Esto supone que los profesores y los autores de textos partan del principio de que el análisis histórico debe referirse a procesos y no a hechos.

Este planteo no es difícil de lograr en la escuela secundaria, y menos ahora, en que el grado de politización es grande, los medios masivos de información muy eficaces —quizá demasiado— y los temas de la historia social y económica relativamente difundidos. Saber que la política no es sino el epifenómeno de planos más profundos de la vida histórica, es cosa a la que puede llegar sin mucha dificultad un adolescente de hoy. Y llegar a comprender que los episodios espectaculares de la historia no pueden comprenderse sin entroncarlos en lentos y oscuros procesos subterráneos que se refieren a la vida de las sociedades, a su organización económica y a su creación cultural, es cosa a la que puede ayudar un buen profesor sin requerir de sus discípulos un excesivo esfuerzo de abstracción.

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La historia es comprensión, y su enseñanza debe proporcionar los elementos para alcanzarla. Con eso se modera el riesgo inevitable del maniqueísmo.

(El texto completo puede verse aquí)