La poesía argentina tiene futuro

El Festival Internacional de Poesía de Rosario organizó una residencia para escritores jóvenes de entre 18 y 26 años.

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La poeta rosarina Georgina Grasso en la primera noche de la residencia
La poeta rosarina Georgina Grasso en la primera noche de la residencia

Rosario. Enviado especial. Por primera vez en sus 25 años de historia, el Festival Internacional de Poesía de Rosario (FIPR) organizó una residencia para jóvenes poetas de entre 18 y 26 años, provenientes de Argentina y países limítrofes. Durante una semana cargada de workshops, encuentros con autores consagrados, debates y lecturas públicas, los 20 poetas —6 extranjeros y 14 argentinos— estuvieron en contacto con los materiales e intereses de la creación actual. Es muy interesante la apuesta por el futuro del FIPR, ya que la gran mayoría de los convocados no había nacido en la primera —y ya mítica— edición del festival, en 1992.

Ernesto Inouye, integrante del equipo organizador, contó que recibieron más de 600 postulaciones para participar en la residencia. Además de un breve cv y una serie de poemas, muchos concursantes incluyeron links a blogs y videos de YouTube donde aparecían recitando. Inouye dice que la primera selección dejó a 80 candidatos superlativos. Y de ahí debieron trabajar muchísimo para alcanzar el número mágico de 20. Los criterios de selección fueron no sólo estéticos sino también geográficos: el objetivo fue el de armar una red que abarcara la extensión del país.

Residencia del FIPR
Residencia del FIPR

Aunque parezca tedioso, vale leer la lista completa de nuevas voces: son los que van a ocupar estantes de las librerías y van a participar en lecturas, festivales, ferias. Van a ser quienes nos conecten con una nueva sensibilidad. Ellos son: Ailen Paolillo (Ciudad Evita), Elías Leiro (La Tablada), Guadalupe Thogersen (Bahía Blanca), Ignacio Maroun (Bahía Blanca), Georgina Grasso (Rosario), Martina Sierra (Pergamino), Martín Pfaffen (Rosario), Ariel Aguirre (Santa Fe), Rita Chiabo (Rafaela), Sofía Storani (Santa Fe), Julián Miana (Santiago del Estero), Sofía de la Vega (San Miguel de Tucumán), Martín Moyano (Córdoba) y Marlene Ayala (San Luis).

Con estéticas tan distintas como potentes, comparten una cierta exploración por la intimidad y la identidad y se los nota influenciados —algunos con mayor intensidad que a otros— por la generación de los "poetas de los 90", como Gabriela Bejerman, Cecilia Pavón, Santiago Llach, Sergio Raimondi, entre otros.

Ignacio Maroun
Ignacio Maroun

El bahiense Ignacio Maroun (22 años) dice que fue justamente la lectura de Poesía Civil, de Raimondi, lo que lo llevó a escribir. Sus poemas comparten la mirada urbana de Raimondi atravesada por la contemporaneidad de las tecnologías digitales: "Sería muy difícil usar un material con el cual no convivo día a día", dice. "Eso está relacionado con las maneras de sentir, pero también con las formas que determinan estos materiales: escribir en un celular tiene como correlato la brevedad o la concisión".

En la lectura de cierre, Julián Miana (25 años) leyó un poema pop en el que volvía a su infancia, cuando volvía de la escuela con su madre apurándose para llegar a ver Dragon Ball Z en la tele. Pero a no confundirse: no hay ingenuidad en Miana: "La política me atraviesa absolutamente", dice. "Yo no escribo bajando línea, pero la política está muy presente. Creo en imprimir un posicionamiento a través de lo que uno escribe y en manifestar abiertamente, por fuera del texto, las posiciones políticas que uno asume."

Julián Miana, de Santiago del Estero
Julián Miana, de Santiago del Estero

Georgina Grasso es una de las poetas más jóvenes de la residencia. Con apenas 20 años, acaba de ganar una mención en un concurso de la Editorial Municipal de Rosario. Grasso, sin embargo, reconoce que aún está dando sus primeros pasos en busca de un estilo propio. "Mi poesía está en constante cambio", dice. Como sus compañeros, ella también explora por territorios alternativos: "Mis poemas salen de la experiencia y el recuerdo y a partir de ahí agrego otras cosas que consumo, como películas, series y la ciencia ficción".

La búsqueda del FIPR parece haber rendido: los jóvenes escritores tienen la intención de continuar en contacto y presentar una antología poética. La poesía argentina tiene futuro.

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