Leonardo Gotleyb: “El transbordador de La Boca es nuestro Coloso de Rodas”

“Después del naufragio viene la reconstrucción”, dice el artista chaqueño, hoy vecino del barrio de Quinquela Martín, antes de inaugurar su muestra de grabados inspirados en el icónico puente Nicolás Avellaneda

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Leonardo Gotleyb ha concebido esta exposición –"El Transbordador, arqueología de un naufragio. Xilografías" como un homenaje al barrio que lo vio llegar, "como un inmigrante más". "Su olor, su paisaje, su gente, me hicieron sentir como uno más de los estibadores de un barco de Benito, bajo el cielo tiznado por el humo, trasegando mercancía en la Vuelta de Rocha", escribe Gotleyb en el catálogo de la muestra.

Una inauguración que contribuye a poner de relieve la planeada restauración del transbordador que pronto volverá a funcionar para disfrute de quienes visiten La Boca.

En cierta forma, la obra de este artista, nacido en Resistencia, pero que vive y trabaja en Buenos Aires, de nutrida trayectoria -más de cien bienales, 16 premios internacionales-, ya prefiguraba el encuentro con "el hombre de hierro, el Transbordador", esa silueta, sobreviviente, e indisociable de la perspectiva de La Boca. Es que hace ya muchos años que el paisaje urbano, sus entrañas o sus ruinas, son el eje de la obra de este trabajador incansable que es Gotleyb -grabador, expositor, jurado, docente y curador y asesor artístico del gobierno de su provincia.

Leonardo Gotleyb en su taller en La Boca (foto de Eduardo Grossman)
Leonardo Gotleyb en su taller en La Boca (foto de Eduardo Grossman)

La muestra se inaugura este sábado 5 de agosto a las 13 horas (estará abierta hasta el domingo 27 de agosto) en  la sala Sívori del Museo Benito Quinquela Martín (Av. Pedro de Mendoza 1835, de martes a viernes de 10 a 18; sábados, domingos y feriados de 11:15 a 18 hs).

— ¿Esta muestra está inspirada en el transbordador o la restauración del transbordador en tu obra?

— Es una exposición de mis últimos cinco años de producción. Es un homenaje al mal llamado puente Nicolás Avellaneda, que en realidad es un transbordador. Y así se titula la muestra: "El transbordador, arqueología de un naufragio." Es una cosa así como dramática ¿no? "Arqueología de un naufragio." Pero a todo eso me fue llevando el hecho de vivir en el lugar que me dio inspiración para esta exposición.

Nace esta obra tan llena de estructura de hierro cuando me encuentro con la embajada destruida, la herida expuesta de un edificio

— Casi toda tu obra está inspirada en la arquitectura urbana o en sus ruinas.

— Sí, mi obra tiene varias lecturas. Tiene que ver con el paisaje industrial, urbano. También con el paisaje post industrial, porque cuando te adentrás en la obra empezás a ver algunos edificios que podrían estar en construcción o deteriorándose poco a poco y perdiendo su valor, su fuerza y su estructura. Yo comencé a trabajar en el año 1992, con esta serie de las estructuras y del hormigón y del paisaje urbano. En 1992 se conjugan tres elementos muy fuertes en la producción de mi obra: se cumplen 10 años de que dejo el Chaco y me mudo a Buenos Aires, a esta selva de hierro, de paisaje urbano, de construcción. Eso para mí marcó un ciclo. En el 92 también muere mi padre. Fue la primera experiencia de una pérdida tan cercana y tan profunda. Y un tercer elemento, trágico, fue el atentado a la embajada de Israel. Entonces, el 92 me produjo muchos cambios, muchos estímulos y mucho pensamiento acerca de mi vida y de mi obra. Y directamente nace esta obra tan llena de estructura de hierro cuando me encuentro con la embajada destruida, la herida expuesta de un edificio que mostraba su gran hecatombe, su desgracia, y los testigos, que eran esos hierros, no podían hablar. Tanto que aún hoy no se sabe quiénes fueron realmente los culpables de este atentado. Entonces mi primera obra se llama "Testigos silenciosos" y habla de esta herida expuesta, de estos hierros mostrando la tragedia humana en nuestro país, en el corazón de Buenos Aires; testigos incapaces de describir lo que había sucedido.

“Carto-Grafía”, Leonardo Gotleyb
“Carto-Grafía”, Leonardo Gotleyb

— Tu técnica es la xilografía siempre, el grabado en madera.

— Así es. Toda mi obra está realizada en xilografía. Es una técnica muy antigua, una técnica medieval y muy noble. Noble no solamente por la ejecución sino también por su pasado. Yo la asocio muchísimo al libro. Cuando se empieza a volcar el conocimiento y el pensamiento de la humanidad en un texto escrito y en algún material registrable, los libros eran copiados manualmente por los escribas, por los amanuenses, y toda una Biblia, un pensamiento filosófico o tratados de medicina eran escritos a mano. Cuando aparece la xilografía en el año 1.300 aproximadamente -en Occidente, porque en Oriente sucedió 600 años antes-, la xilografía viene a ser como el gran descubrimiento. Viene a reemplazar la mano del escriba y se convierte en la imprenta de la época.

— Claro, es como un sello…

— Sí. En realidad lo que hacemos es una matriz, que en el caso de la xilografía es de madera -cuando hablamos de grabado siempre es importante tener en cuenta el material-. Esa madera está tallada, horadada, dibujada con una punta que agrede el material, que genera un surco. Estos surcos van siendo retirados por la fuerza del grabador, del artista, y luego se entinta con un rodillo y se imprime sobre un papel. Por ello yo lo asocio mucho al libro porque la xilografía fue la primera imprenta. Posibilitó la democratización del conocimiento hasta el año 1450 con la aparición de la imprenta de Gutenberg…

El grabado es un arte que permite llegar a muchísima gente

— De tipos móviles.

— De tipos móviles. Y allí se va como desprendiendo de esa carga de la industria de la imprenta para convertirse poco a poco en un arte en sí mismo.

(Lucía Rivera)
(Lucía Rivera)

— La xilografía habilita varias impresiones de un mismo cuadro.

— Claro. Tenemos que definir al grabado como un original múltiple. Una obra puede tener varias estampas y todas son originales. Cada una es numerada. En mi caso yo trabajo con series de entre quince y veinticinco estampas y entonces se van numerando 1/15, 2/15 hasta 15/15 y de esta manera tenemos una edición de una gráfica. Es una peculiaridad del grabado que es un arte y a la vez te permite llegar a muchísima gente. Y también está asociado a las grandes causas políticas.

— A afiches y carteles.

— Exacto, el grabado se usaba muchísimo en los pósters y en las sátiras políticas. Para ciertas publicaciones la xilografía era una gran aliada, porque no solamente era sencillo trabajar con el cliché, con esa matriz, sino que también ese blanco y negro y esa línea tan especial, tan característica de la madera, le daba un carácter a la imagen, y se la da hoy.

— En tu obra hay mucho blanco y negro, por momentos evoca la fotografía…

— Es como la herencia de la vieja tradición gráfica del grabado. Pero creo que los grises que uno coloca en realidad son vibraciones de los colores.

“Transbordador”, Leonardo Gotleyb
“Transbordador”, Leonardo Gotleyb
Son obras inspiradas en la estética y en la ingeniería de este coloso

— ¿Qué se podrá ver en esta muestra?

— La muestra consta de 25 xilografías hechas en los últimos cinco años a partir del transbordador fundamentalmente. Inspiradas en la estética y en la ingeniería de este coloso. Además, habrá una fuente, una fuente de agua clásica, barroca, hecha en hierro de la construcción pero sin cemento, sin argamasa…  

— O sea se ve la estructura.

— Se ve la estructura, casi a imagen y semejanza de mis propias obras, y tiene una instalación de un video, la propia fuente es una video instalación, con una pantalla arrojada al agua. Agua del Riachuelo, sucia, contaminada. La idea de la fuente, que yo llamé "La fuente de los deseos", es que a través de la fuente y del deseo del artista, el agua salga a través de su canal convertida en agua pura y limpia, capaz de ser bebida, capaz de ser nutriente…

— Bueno, si logramos limpiar el Riachuelo habremos dado un gran paso como argentinos porque es una deuda eterna.

— Bueno, esta obra mía habla de esto, de mi deseo de limpiar el Riachuelo, de que esa deuda que tenemos con nuestro río se pueda saldar. Es mi aporte a través de esta muestra.

“Niebla del Riachuelo”, Leonardo Gotleyb
“Niebla del Riachuelo”, Leonardo Gotleyb

— ¿En qué momento surge la conexión con el paisaje de La Boca?

— Siempre asocio la producción artística con las experiencias personales. Las cosas no nos suceden gratuitamente y todo eso de alguna manera va gestando una imagen, a veces más rápido, a veces más lentamente. Yo me mudé a La Boca y adopté ese barrio como mío. Un barrio icónico, histórico, lleno de artistas, unos artistas muy especiales, trabajadores. Se habla mucho del artista obrero. Es el caso de Quinquela, que cargaba bolsas en los barcos, de (Miguel) Diomede, de (Fortunato) Lacámera; eran electricistas, albañiles, y todos grandes artistas. La Boca era un lugar maravilloso por el fervor que había a través del puerto. Y allí estaba lo que se llamó la escuela de arte de La Boca: un montón de artistas pintando con mucho cariño por su barrio. Y a mí me pasó lo mismo, es contagioso.

— ¿Y el transbordador?

— Bueno, cuando subo a la terraza a colgar la ropa, veo el puente. O mejor dicho el transbordador Nicolás Avellaneda. De alguna manera es una suerte de faro. Yo lo llamo nuestro Coloso de Rodas… (risas) Y también digo que el transbordador es nuestra Torre Eiffel.

Nosotros tenemos nuestra Eiffel, tanto, igual o mucho más linda. Se le da la espalda, se la niega, y allí está con una estética y una construcción muy similar

— Que se salvó de la destrucción, porque estuvieron a punto de desguazarlo.

— Así es. Lamentablemente aquí se tiene poco criterio con…

— Con el patrimonio.

— Con la parte edilicia, con la conservación. Porque el transbordador es una obra magnífica, emplazada en la ciudad en 1914, tiene una diferencia con la Torre Eiffel de sólo 15 años. Si la Torre Eiffel, que también tuvo sus detractores en Francia, luego se convirtió en el ícono y la imagen que todos quieren ver en París, y esa torre te bendice desde ese lugar de maravilla de la ingeniería y de la arquitectura, nosotros tenemos la nuestra, que es tanto, igual o mucho más linda. Y se le da la espalda, se la niega, y allí está con una estética y una construcción muy similar.

— ¿Cómo funcionaba y para qué se lo usaba?

— El transbordador llevaba gente del barrio de La Boca hacia la Isla Maciel. Cruzaba el Riachuelo. En esa época había muchas fábricas. Estamos hablando de principios del siglo XX. Era una zona portuaria, de trabajo y de muchísimas fábricas y todo el Sur era muy importante. Entonces había una necesidad enorme de transportar personas, obreros hacia las fábricas, y también mercadería. Era una suerte de vagón que se elevaba y se transportaba hacia el otro lado por una especie de linga, de vía, y bajaba en la otra orilla.

“Acorazado”, Leonardo Gotleyb
“Acorazado”, Leonardo Gotleyb

— Funcionó hasta el año 64.

— Así es. Y mi muestra es un homenaje al transbordador Nicolás Avellaneda. Además de verlo por mi terraza, camino mucho La Boca, ando en bicicleta, corro, hago ejercicio y llevo a todos mis amigos a conocer nuestro río. Vivir a tres cuadras del río es algo increíble. Y no solamente tenemos un río sino que allí también está erguido nuestro Coloso de Rodas, con un pie en cada orilla del Riachuelo. Tanto lo miré, tanto lo vi, que empecé a sentirlo parte de mi obra. Y de hecho, antes de verlo, también puedo decir que toda esa estructura de hierro, ese trabajo de ingeniería, ya estaba impregnando, ya era parte de mi obra. Yo comencé a trabajar hace muchos años con esa estética de la ingeniería y de la arquitectura de ese paisaje industrial que ahora era muy fácil asociar a la estética del transbordador. Y luego de transitar, de enamorarme de este paisaje de La Boca, comencé a trabajar sin dudar con la imagen del transbordador, sin proponérmelo. Fue natural.

— ¿El transbordador se construyó acá?

— Lo construyó acá una empresa inglesa que se llamaba Ferrocarriles del Sud que era las constructora de las terminales de los trenes, de las vías férreas. En 1948 la expropia y la nacionaliza Perón.

Sólo existen ocho transbordadores como éste en el mundo

— ¿En qué consiste la restauración que está en marcha?

— Se está trabajando intensamente en la restauración del transbordador. La idea respaldada por intereses tanto oficiales como privados es volver a ponerlo en funcionamiento. Restaurarlo, ponerlo en valor y destinarlo a un uso turístico. Sólo existen ocho en el mundo y tres funcionan. Hoy, para cruzar a la Isla Maciel, si no se tiene auto, hay que ir…

— En bote (Risas).

— Sí, sí, en bote.

— Para completar la ambientación, la muestra es en el museo Quinquela Martín, corazón de La Boca. Y muy lindo museo.

— Es una belleza de museo. Yo lo visito mucho, conozco a su director, (Víctor Fernández) que es un gran trabajador del arte. Además, se siente la presencia de Quinquela.

Arqueología urbana IX – herramientas y espejo – Leonardo Gotleyb
Arqueología urbana IX – herramientas y espejo – Leonardo Gotleyb

— Sí, hay que decir para quienes no lo saben, que es la casa del pintor, en el edificio donde funciona la escuela que él creó y donó. Y además del Museo, se puede visitar la casa de Quinquela, que está puesta como cuando él vivía alli.

— Sí, allí se puede ver su prensa, porque Quinquela también hacía grabado. Están las obras de las que él no quiso desprenderse…

— También la colección que había formado, muchas obras de otros autores.

— Sí, es una gran colección. Para aquel que quiera disfrutar del arte, y en especial los jóvenes y los estudiantes de arte, creo que el Quinquela es el primer museo que deberían visitar. Porque es muy amable, tiene escala humana. Y no sólo por su patrimonio, que es muy bello, no sólo porque van a poder ver las mejores obras de Quinquela, sino también, por ejemplo, una colección insólita que él atesoraba de mascarones de proa. El museo tiene una sala permanente y otra de muestras temporales, la Sala Sívori, que albergará mi exposición.

— A partir de este sábado…

— Sí, la inauguración es este sábado, 5 de agosto, a las 13 horas, y va a estar hasta fin de agosto.

La colección de mascarones de proa de Quinquela Martín
La colección de mascarones de proa de Quinquela Martín

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