Festival de Pinamar: vivir la película propia

Todavía quedan varios días para asistir a la 13a edición del festival, que proyecta más de 100 filmes de diversos orígenes. La gente se arma sus propios programas.

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(Giovanni Sacchetto)
(Giovanni Sacchetto)

El Festival de Cine Pantalla Pinamar comenzó el sábado, con más de 100 filmes para ver -de países como Australia, Serbia, Rumania, Dinamarca, Finlandia, Suecia, Noruega, España, Francia y Argentina-, estrellas invitadas, estrenos mundiales y exposiciones pero cada uno vive su propia película en la semana que dura el encuentro cinematográfico, que este año va por su décimo tercera edición.

Rosa y Miguel son de Rosario, llevan 8 años en pareja tras la separación de ella y la viudez de él. Ambos están jubilados y un sobrino les prestó su casa de Pinamar para pasar unos días. A los dos les encanta el cine y en su ciudad son habitués de "El Cairo". Compraron 4 talonarios de 10 entradas por $200 cada uno y tienen planeado ver 3 películas por día.

"A las 11.30 vamos a la función de la sección 'Francia al mediodía', después almorzamos, nos tomamos unos mates en la playa y, a eso de las 18 o 19, estamos otra vez en el cine. Volvemos a la casa para cenar y a las 23.30 de nuevo al cine. La estamos pasando increíble y las únicas discusiones que tenemos son sobre las películas", dice Rosa sonriente y con una grilla de programación marcada con lapicera roja donde tiene las que ya seleccionó para ver.

Miguel adora el cine argentino y salió llorando de la sala con el estreno del documental Sandrini, realizado por su hija Sandra, que recorre vida y obra de uno de los actores más populares del espectáculo argentino.

Sandrini es protagonista de un documental que lleva por título su apellido. Fue filmado por su hija
Sandrini es protagonista de un documental que lleva por título su apellido. Fue filmado por su hija

"Ver esas escenas de La casa grande o Chingolo fue como volver a la infancia cuando iba a la matiné y Sandrini era el único actor que me hacía reír y llorar al mismo tiempo. Esta vez me pasó lo mismo y salí moqueando", dice Miguel con los ojos vidriosos.

Beatriz es de Pinamar y le gustan "las películas de amor". Cuando llega el Festival se queda en la puerta del cine esperando el ingreso de las estrellas para pedirles una foto. "Me saqué con Graciela Borges, que está espléndida, y otra con Oscar Martínez".

Con la película que mejor la pasó hasta ahora fue con la griega Domingo sombrío, de Manoussos Manoussakis -que se encuentra como invitado en Pinamar-. "La historia de amor entre un cristiano y una chica judía en medio de la ocupación nazi es maravillosa y además la música me encantó", dice Beatriz.

 

Otras miradas

 

Jaime y Dayna son colombianos y están estudiando la carrera de dirección de cine en La Plata. Como futuros cineastas tienen el ojo más afinado y vinieron en busca de cine europeo. "La francesa Elle de Paul Verhoeven (que se estrena este jueves) fue la primera que vimos el sábado de la inauguración. Fue una tensión permanente porque pasan cosas todo el tiempo y luego nos pasamos dos horas hablando de la película", cuenta con su acento paisa Jaime, quien antes había estado en la proyección de cortometrajes de la Escuela de Cine de Madrid".

Dayna quedó encantada con la rumana La graduación (con estreno previsto para el 30 de marzo), dirigida por Cristian Mungiu, que ganó el premio al Mejor Director en el último Festival de Cannes. "Es un cine nuevo para nosotros y la película termina generando un dilema moral e impotencia por esa chica violada y obligada por su padre a rendir para lograr una beca tras esa situación traumática. En algún punto uno se siente un poco identificado con ese tipo de historias", dice.

En la lista de los colombianos para lo que resta de la semana figuran algunas especiales como la austro-alemana Toni Erdmann (Maren Ade), elegida por el Parlamento europeo como mejor film 2016; la dinamarquesa de suspenso Tierra minada (Martin Zandvliet) y la israelí Entre dos mundos (Miya Hatav), que es todo un llamado a la paz.

Beto es pescador y se ataja: "Yo no entiendo nada de cine, preguntále a ella" y señala a su hija. "A mi papá le gustan las películas de acción y lo traje a ver la australiana Matar amando (Sotiris Dounoukos) en la que una chica asesina a su novio envenenándolo y ahí se despliega una trama policial interesante. Al final se enganchó y capaz que ahora lo convenzo de ver Carne propia (Alberto Romero), un documental que cuenta la historia de la carne argentina".

 

Afiches que son la historia

 

Los hermanos Juanca y Fredy De la Torre supieron tener un cine en Tandil y de aquellos años guardan los afiches de las películas que pasaron por su sala. En las distintas ediciones de Pantalla Pinamar han expuesto parte de su colección, que supera los 6.000 afiches.

Esta vez, por la celebración de los 80 años de los Estudios Cinecittá, inaugurados por Benito Mussolini en 1937, montaron en el Hotel del Bosque una exposición que recuerda las películas filmadas en los sets que le valieran a Roma el rebautizo de "Hollywood sobre el Tíber".

Con sus afiches, los hermanos De la Torre han expuesto en San Sebastián, Vigo, Biarritz, Chicago, Colombia y La Habana. "Sólo nos falta Cannes", bromea Fredy que sale de una sala del cine Oasis -donde se realizan las proyecciones- y se mete en otra.

Según palabras de Carlos Morelli, director del Festival, esta "exposición está montada con el criterio de informar fundamentalmente desde ese tesoro nostálgico que a ninguno de nosotros nos debe abandonar jamás".

La 13° edición de Pantalla Pinamar está apenas por la mitad. El sol acompaña por las mañanas y el cine alumbra el resto del día. En la lista de las buenas películas para ver aún quedan filmes como la sueca Esta es mi sangre (Amanda Kernell); la franco alemana Frantz (Francois Ozon) y la italiana Por siempre jóvenes (Fausto Brizzi) que clausurará la muestra el sábado.

Un festival de cine es un momento para vivir de película en película, para soñar un final distinto, para ponerse del lado del bueno o del malo. Un festival como Pantalla Pinamar es para respirar el mismo aire que los pinos y vivir la película propia.

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