La trágica historia de la desaparición del autor de "El Eternauta" y sus cuatro hijas

En diálogo con Infobae, las autoras de la flamante biografía “Los Oesterheld” hablaron sobre la vida del renombrado historietista Héctor Oesterheld y el fatídico desenlace de su familia durante la última dictadura

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"A veces, la historia de un país descarga toda su violencia contra una familia. Esa fue la fatalidad que signó la vida del célebre historietista Héctor Oesterheld, sus cuatro hijas, sus tres yernos y dos de sus cuatro nietos, secuestrados y desaparecidos durante la última dictadura", cuenta la contratapa del libro, que en su portada muestra a la familia completa, cuando las historietas, los cuentos de ciencia ficción y los juegos infantiles colmaban sus días.

Poco se conoce —o difundió— sobre lo que antecedió a la desaparición del creador de El Eternauta, una de las historietas argentinas clásicas por excelencia, la de sus cuatro hijas y sus yernos. "¿Cómo fue que el guionista reconocido en el mundo se convirtió en correo de Montoneros? ¿Qué llevó a sus hijas, alumnas destacadas de colegios bilingüe de élite, a involucrarse en el trabajo de base y la lucha revolucionaria?", son los interrogantes impuestos sobre un fondo negro que, tras cinco años de investigación y 200 entrevistas, las autoras responden.

En el estudio de Infobae, Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami, escritoras del libro que recupera la intimidad de la familia a la que le fue arrebatada la vida, contaron cómo fue la investigación que desarrollaron a lo largo de cinco años y detalles sobre las más de 200 entrevistas que las cruzó con familiares, compañeros de militancia y testigos de los últimos tiempos de Oesterheld y su gente.

"Es la reconstrucción de muchos personajes, de las cuatro chicas desaparecidas, de Héctor, de las parejas de las chicas y, además, de los compañeros de militancia. Porque el libro abre muchas vías para poder entender, primero, una época (los setenta), por otro, por qué estas chicas, que tenían una vida cultural super intensa, entran a militar como muchos otros jóvenes de su época. Cuando te metés en ese terreno tenés que reconstruir cómo eran las características de la militancia…", dijo Nicolini. Con esas características se refiere a los ideales que llevaron a las destacadas estudiantes a involucrarse en el trabajo y lucha revolucionaria que marcó no solo a su generación, sino que fue bisagra en la historia argentina.

Estela, Beatriz, Marina y Diana de pequeñas junto a sus padres, Elsa y Héctor Oesterheld. Marina (18) y Diana (24) estaban embarazadas. Beatriz tenía 19 años y Beatriz, 25.
Estela, Beatriz, Marina y Diana de pequeñas junto a sus padres, Elsa y Héctor Oesterheld. Marina (18) y Diana (24) estaban embarazadas. Beatriz tenía 19 años y Beatriz, 25.

Dar a conocer una historia real

La idea de recuperar la historia de esta familia surgió casi de casualidad, pero se convirtió en una pieza necesaria para armar el rompecabezas de lo que antecedió a la desaparición de uno de los grandes creadores de la literatura nacional y sus seres queridos. "Con una amiga nos pusimos a hablar de las biografías familiares y que en la Argentina no están muy transitadas, y mi amiga dijo que nunca se contó la historia de los Oesterheld. Y quedó ahí. Por esas casualidades conocí a los nietos, nos enteramos que la editorial Sudamericana estaba interesada en el tema, luego se sumó Alicia", recordó Nicolini, que se embarcó en esas vidas asumiendo que había información. No era así, por lo que debieron cambiar el rumbo e ir directamente a las fuentes. "Cuando nos dimos cuenta de que había que entrevistar a tanta gente, de hecho entrevistamos a 200 personas, tomó otra dimensión la historia y el libro", añadió.

Al comenzar a andar el terreno que aún no les era familiar supieron que las pequeñas de esas fotos que ilustran el libro habían desaparecido, que dos estaban embarazadas y que sus maridos e hijos no llegaron a formar parte de ningún álbum de recuerdos. Ese fue el mayor impacto. "Nos centramos y enfocamos mucho en las chicas, en la reconstrucción de todo, pero nos centramos entre el 71 y el 77 cuando Héctor y las chicas militaban".

Gran parte de la investigación que desarrollaron pudo llevarse a cabo gracias a los testimonios de compañeros de militancia que conocían la vida de ellas y de Héctor. "Se conocían con nombre de guerra. No sabían mucho de su vida privada por cuestiones de seguridad, por si a alguno lo secuestraban", cuenta Beltrami. "Ese sistema, por un lado, nos complicó y, por otro, nos amplió el campo porque se fueron formando diferentes redes de personas que se conocían entre sí y otros que volvían a encontrarse después de 30 o 40 años. Algunos creían que habían desaparecido. De hecho Fernando —uno de los nietos sobrevivientes— encontró a su madrina y no sabía que la tenía. Fue un proceso rico, largo, arduo, pero interesante para construir los perfiles de todos", señaló.

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Teníamos la foto de cuatro chicas hermosas de Béccar o las de Héctor como autor de El Eternauta y la tragedia final, pero ¿en el medio qué pasó?

Decidieron hacer hincapié en la vida de esas jóvenes antes de convertirse en militantes y deshojar la margarita de sus intereses más profundos y de aquellos ideales que allí estaban esperando a cobrar forma. "Teníamos la foto de las cuatro chicas hermosas de Béccar o las de Héctor como autor de El Eternauta y la tragedia final. Pero ¿en el medio qué pasó? Hay un montón de hechos y lo que nos interesaba era la vida cotidian".

"Al entrevistar a tantas personas uno acude a esa memoria selectiva de cada uno de ellos y en general la memoria recuerda cosas insólitas, detalles y ahí podes hacer un mapa de lo cotidiano. De las cuatro chicas logramos reconstruir detalles íntimos, de sus compañeros, parejas, de quién se enamoraban, de quién no. Cómo eran sus personalidades… Creo que eso es lo que da mucha riqueza al libro. Vamos a lo personal de cada uno y no lo reconstruimos desde la época en general, que es lo que puede pasar en los libros de historia", explicaron. El objetivo primero, aseguró Beltrami, era "darle encarnadura a esas personas que muchas veces quedan como frizadas en una foto, en esa juventud de militancia que, entre lo trágico y la pena que da eso y el misterio, tratamos de recuperar esas historias".

Una familia que dejó marcas en mucha gente

Héctor Oesterheld fue secuestrado por las Fuerzas Armadas el 27 de abril de 1977, en La Plata. Antes, desde la clandestinidad terminó su obra cumbre, El Eternauta. Para entonces sus cuatro hijas también habían sido desaparecidas.
Héctor Oesterheld fue secuestrado por las Fuerzas Armadas el 27 de abril de 1977, en La Plata. Antes, desde la clandestinidad terminó su obra cumbre, El Eternauta. Para entonces sus cuatro hijas también habían sido desaparecidas.

Todos sabían el final. La reconstrucción de la historia tuvo la inevitable carga de tristeza por saber que diez miembros de una sola familia habían desaparecido. Las historias que Héctor contaba en sus comics causaban furia en quienes habían comenzado a escribir la etapa más oscura de la Argentina. Pero los que lo conocieron no tuvieron más que buenos recuerdos para compartir con las autoras. "Fueron una familia que había dejado una marca importante en mucha gente, en casi todos los que lo conocieron. Eran interesantes, muy agradables, buena gente, inteligentes", concluyó Beltrami luego de indagar a fondo esas vidas. "La idea era, también, recuperarlos vivos, armar lo más vital que tenían, darles cuerpo desde otro lugar y ahí se matizó con otras emociones, risa humor, entrega…".

"Además —continuó Nicolini— hay algo particular que es la figura de Héctor Oesterheld. Muchos de los que entrevistamos crecieron leyendo esas historietas, pero también conocían el apellido de antes, era parte de su propia formación y había un vínculo emocional fuertísimo. Había gente que lo encontró militando y ya lo conocía de antes. Era alguien famoso, entonces, al verlo les dejaba una marca". Pero él mismo dejó sus heridas en su composición. "En El Eternauta II pueden reconocer que ahí está María, que es un personaje y que es su hija que ya había desaparecido. Y él la pone ahí y se pone a él como personaje. Entonces el libro, de algún modo, ayuda a decodificar algunas cosas que él empezaba a poner de su historieta cuando esta dejó de ser una cuestión de aventura… Después cuando empezó con la militancia en prensa de Montoneros incorporó un montón de los conceptos en esa historieta… Siempre tuvo a la historieta como una herramienta política, de educación, no era simplemente un hobbie", finalizó Nicolini.

Portada de “Los Oesterheld”, de Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami (Sudamericana).
Portada de “Los Oesterheld”, de Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami (Sudamericana).