Los autos tienen ruedas, faros, puertas, ventanas, pedales, asientos, un volante. Y tienen personalidad, carácter, imagen. Cuando un artista juega a quitar elementos tangibles de la estructura física de un automóvil tipo, permanece el contenido abstracto de su materia. Algunos modelos son tan icónicos que sobreviven a la ausencia de algunas de sus partes: conservan su idiosincrasia. Lo reveló el artista francés Soufyane con su serie "La tête dans le cul", que sería, en su traducción literal, "la cabeza en el culo", aunque el verdadero significado sería "desde delante hacia atrás" o "desde el frontal a la trasera". El juego de palabras representa, en definitiva, el espíritu del ejercicio de diseño.
Soufyane los abrevió. Los hizo de dos ruedas. Les rebanó las puertas, la parte central, eliminó dos tercios del vehículo. Los resultados son adorables: vistas laterales y cenitales de autos con mística, reconocibles. Los compactó para dejarles las ruedas delanteras, los voladizos frontales y traseros, y en ocasiones los capots. Una selección de quince modelos se dividen entre clásicos y contemporáneos desafían la sabiduría de aquellos que se jactan de saber todo de autos.