Cada moto, cada obra. Ducati renovó su museo para celebrar su 90º aniversario con una única premisa: retratar, exponer cada moto como si fuese una obra de arte. La reestructuración lograda del establecimiento artístico ubicado en Bolonia, Italia, desplegó un paisaje de 27 vehículos, de los cuales 15 son nuevas piezas de exposición.
El museo se emplaza anexado a la fábrica de la mítica automotriz, en Borgo Panigale. El nuevo concepto en su apertura pretendió contar una historia desde un enfoque más representativo de una identidad acabada, pulida, con el estilo, la sofisticación y el rendimiento como sello distintivo. El renovado diseño enseña las propiedades elegantes de cada unidad, resaltadas por las formas y los colores de una dedicada instalación. El blanco y el minimalismo dominan una escena pensada para relegar atención y contribuir a la emotividad del producto.
El museo encuentra tres elementos fundamentales de la prestigiosa firma italiana: su historia, sus carreras y su ADN aplicado en sus creaciones más representativas. "Consideramos que cada moto sea un elemento de diseño, una obra de arte que, hoy en día, mostramos con orgullo en esta nueva galería", anunció el jefe del Centro de Diseño de la marca, Andrea Ferraresi. El principal valor del museo es amplificar la resonancia de Ducati al mundo de las motos y dimensionar su esencia por fuera de su historia, laureada por las competiciones ganadas. Esta peregrinación obligatoria para todos los amantes del motor integra ahora los modelos de serie más representativos de la firma.
In 1979 Ducati starts the production of the Ducati 500 SL Pantah, the first Ducati two-cilinders. #TBT pic.twitter.com/iH630Lgi7e
— Ducati Motor (@DucatiMotor) 21 de julio de 2016
La recepción mantiene su espacio de muestra con el catálogo 2016, acompañado por un moral que denota los principios de Ducati ajenos al mundo del motor: lucen radios, cámaras, proyectores, calculadoras, máquinas de afeitar, todos productos que la compañía desarrolló entre 1926 y 1946.
Bajo ese nuevo diseño, el museo prescinde de algunas motos de competición en detrimento de ejemplares icónicos producidos en serie. Las campeonas del mundo y las ganadoras de importantes carreras brillan en al anillo central, ambientado por una luz tenue y una gama de colores con reminiscencias al pasado de gloria. En las cinco salas rectangulares y secundarias que se conectan con el gran espacio central, se distinguen las motos de calle más emblemáticas de Ducati. Cada ambiente realza las creaciones de su época: los inicios, la década del 60, la del 70, la del 90 y la actualidad. Ducati Cucciolo, Siluro, GT, Pantah, 851, 916, Monster, Desmosedici o Superleggera conviven con la 250 Desmo GP, TT-1, 888 Polen, 999 Hodgson o D16 Stoner. La firma aprovechó su cumpleaños para lanzar una edición limitada de 500 unidades de la 1299 Panigale S Anniversario.
Las motos de competición se mantuvieron erguidas gracias a que algunos motores, fuera de sus chasis, actuaron como tutores. Los modelos de serie recibieron algún detalle artístico alusivo a su contexto sociocultural sobre la pared que las delimitaba. La sala de trofeos también rejuveneció su imagen. Se conservaron los más trascendentales, que le hicieron espacio a una línea de evolución representada por cinco motos de carrera, desde los '70 hasta hoy.
La apertura del museo coincidió con la finalización del World Ducati Week (WDW), un evento magnánimo dedicado a sus fanáticos organizado por la misma compañía con una periodicidad bianual desde 1998. Una vez finalizada la cita, los más de 81.000 Ducatistas de más de 66 países se maravillaron con el nuevo diseño de un museo que retrata, expone cada moto como si fuese una obra de arte.