Ofrecieron dinero a cambio de ir al gimnasio regularmente ¿adivinas qué pasó?

Por Stephanie Kanowitz

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¿Alguna vez has pensado: "tú no me podrías pagar lo suficiente para ir al gimnasio"? No estás solo.

Cuando los investigadores ofrecieron a los nuevos miembros de un gimnasio una tarjeta regalo por valor de USD 30 (el costo de un mes) si se comprometían a ir nueve veces en seis semanas, la asistencia solo aumentó ligeramente, según el estudio ¿Pueden los incentivos financieros a establecer nuevos hábitos? realizado por la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos.

El informe, realizado durante ocho meses, analizó 836 nuevos miembros de un gimnasio privado del medio oeste en un grupo de control y en otros tres grupos con distintos incentivos. En promedio, los participantes dijeron que planeaban hacer ejercicio tres veces a la semana. Además, el 43 por ciento afirmó que solo se había ejercitado un día o menos por semana durante el año anterior.

"La esperanza habría sido que, gracias a eso, podrías captar a algunas personas y hacer que siguieran en el gimnasio durante más tiempo. Estos programas de incentivos aumentaron ligeramente la frecuencia con la que la gente fue, pero solo por una visita, pero luego no tuvo un impacto duradero", remarca Justin Sydnor, uno de los autores de la investigación y profesor de la Universidad de Wisconsin en Madison.

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Una suma mayor de dinero no habría sido determinante. El hecho de duplicar el premio de USD 30 a USD 60 "realmente no mejoró la trayectoria y eso nos hace pensar que los aumentos adicionales no harían mucho".

"Creo que gran parte de ese optimismo está enraizado en el hecho que las personas se unen a los gimnasios en un momento de máxima motivación", como el día de Año Nuevo o en un cumpleaños, tal y como apunta Sydnor. "En un momento de máxima motivación, nos apuntamos a los gimnasios, gastamos dinero, participamos en un montón de cosas pensando que nuestro futuro será motivado de una forma similar. Pero entonces el reto de aparecer en el gimnasio cuando estás ocupado, cuando el clima no es bueno, te sientes cansado o tienes otros compromisos sociales, es algo que no anticipamos bien".

Las formas más eficaces pueden basarse en la intervención social, como reunirse con un amigo o un entrenador en el gimnasio. O ponerte un recordatorio para ir. Equinox Fitness ha estado probando una característica de chatbot dentro de su aplicación. Cuando los nuevos miembros descargan la aplicación, el robot les pregunta sobre sus intereses y sus metas de fitness, así como también los días y las horas que pretenden ir al gimnasio. A través de un sistema de inteligencia artificial, la operadora virtual recomienda clases basadas en las respuestas de los usuarios y les envía mensajes de texto cuando no han ido al gimnasio durante un tiempo. Esa plataforma estará disponible para todos los miembros a partir de otoño.

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"Ese tipo de toques a través de la aplicación es lo que está cambiando el comportamiento de los usuarios. Las personas que están pasando por la experiencia del chatbot están viendo que su compromiso aumenta un 40 por ciento en las semanas posteriores respecto a las personas que no lo hacen", subraya Samir Desai, director de tecnología de Equinox.

Los gimnasios temáticos que se centran en uno o en pocos ejercicios pueden ser más exitosos a la hora de ayudar a las personas a crear hábitos. "Los lugares que son más tipo boutique, donde hay más una dinámica de grupo, es mucho mejor para la adherencia al ejercicio", comenta Todd Miller, director del Laboratorio de Control de Peso y Rendimiento Humano de la Universidad George Washington. "Es la experiencia, es el vínculo que tienes con otras personas de la clase, esas cosas parece que son importantes para la retención".

Las relaciones pueden comenzar en el gimnasio e ir más allá, según cuenta Scott Breault, director de marketing de Pure Barre. "Tú fomentas un sentido de comunidad dentro de un ambiente de gimnasio y si la comunidad es fuerte no van a querer dejarlo. Ellos ven a la misma gente cuando van, se conectan después, hablan a través de las redes sociales y preguntan: "oye ¿cuándo vas a clase?" o "¿vas hoy al gimnasio?". Así que se convierte en mucho más que unas simples cuatro paredes y algunos equipos e instructores. Es algo que se convierte en una parte vital de tu vida y te mantiene feliz", manifiesta el directivo.

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Para algunas personas, sin embargo, puede que el ejercicio regular nunca se convierta en un hábito. Según Sydnor, algunas personas pueden ser propensas a convertirse en adictas al ejercicio mientras que otras jamás desarrollarán esa pasión. "Es un debate abierto", puntualiza.