¿Cuáles son las diez efectivas medidas que puedes tomar para disminuir el estrés en los viajes?

Por Kate Silver

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El estrés de viajar es suficiente como para que te preguntes si la escapada realmente vale la pena. Alice Boyes, que viaja una semana cada mes, sabe cómo enfrentarse a ese proceso.

"Hay muchas cosas que recordar con los viajes", comenta Boyes, ex psicóloga clínica y autora de The Anxiety Toolkit (La caja de herramientas de la ansiedad). "Los días previos al viaje tienes que recordar todo lo que necesitas, y también tienes mucho trabajo que debes acabar antes de irte", agrega.

Su consejo: "Encuentra una rutina cómoda". Así, podrás controlar tus actividades y planearlas con anticipación. Boyes ha compartido sus consejos sobre cómo reducir el estrés y la ansiedad cuando se trata de la planificación, el empaque y, por último, el viajar.

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Piensa en tu horario.

No consideres el costo. Es tentador reservar un viaje basado únicamente en los pasajes aéreos (¿Has visto esos billetes tan baratos para ir a Europa?). Pero, teniendo en cuenta el estrés, considera primero tu propio horario. ¿El trabajo suele acumularse a final de mes o al final del trimestre? Programa esos días para que puedas minimizar el estrés y la preocupación. Además, determina cuánto tiempo de inactividad necesitas cuando regreses de tu viaje. Algunas personas quieren aprovechar al máximo su tiempo libre y regresan tarde un domingo, mientras que otras pueden beneficiarse del hecho de volar a casa un sábado y tener un día de descanso.

Crea listas.

Piensa en lo que te está causando estrés y haz listas para cada área (lista de trabajo, planificación de viajes, etc.). Boyes también crea "una lista de la maleta" para el invierno y para el verano. Ella recurre a esa lista continuamente. "No tienes que reinventar la rueda cada vez que te vas", afirma. La lista de verano, por ejemplo, le recuerda que debe apagar el aire acondicionado y poner cloro en la piscina.

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Prever las cosas que harás en vacaciones.

Visualiza dónde te vas y piensa en todo lo que puedes hacer de antemano para reducir lo que tienes que hacer durante el viaje. Boyes se asegura de que lleva un montón de billetes de USD 1 para dar propina al personal de limpieza y otros empleados sin tener que correr a conseguir cambio. "Solo se tardan cinco o diez minutos, pero es molesto hacer eso cuando estás de vacaciones", puntualiza.

Mantén una maleta llena.

En lugar de hacer una maleta de nuevo, Boyes tiene artículos duplicados de aquellas cosas que utiliza con frecuencia, como su cepillo y su pasta de dientes. Coloca uno en una maleta y mantiene otro en la casa. También guarda la ropa en el equipaje que sabe que se pondrá durante su escapada. Esto le permite dedicar menos tiempo y energía a prepararse la noche anterior, cuando normalmente sigue trabajando hasta muy tarde.

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Conoce la cobertura de tu tarjeta de crédito.

Muchas tarjetas de crédito llevan algún tipo de protección de viaje, como el seguro de alquiler de autos, cobertura de cancelación de viaje o de pérdida de equipaje, entre otras muchas cosas. "Familiarízate con lo que podrías hacer si algo sale mal", comenta Boyes. Así le das paz a la mente y te ahorras tiempo y dinero.

Suscríbete al TSA PreCheck o al Global Entry.

Si viajas con frecuencia, cualquiera de los dos programas puede reducir el estrés y ahorrarte tiempo. A cambio de una cuota y de compartir tu información personal, no tienes que sacar tus líquidos, ni tu laptop, así como tampoco el cinturón, la chaqueta y los zapatos en los puntos de control de los aeropuertos. Muchas veces, las colas son más cortas o inexistentes.

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Disfruta de tu tiempo de inactividad.

En el aeropuerto o en el vuelo, es fácil sucumbir al estrés. Estás pensando en tu vuelo de conexión, comprobando si tu vuelo está retrasado, respondiendo a mensajes de correo electrónico…. Boyes sugiere que te des permiso para saborear el tiempo de inactividad. Escuchar música o un podcast o leer un libro. Si te sientes nervioso puedes hacer algunas respiraciones profundas.

Date un tiempo antes y después del vuelo.

Las aerolíneas, generalmente, recomiendan llegar al aeropuerto, como muy tarde, dos horas antes de un vuelo doméstico y tres horas antes de un vuelo internacional. La tolerancia a la espera es diferente en cada uno. Boyes prefiere llegar al aeropuerto temprano y tener tiempo para hacer una respiración profunda en la sala de espera. Y hace lo mismo cuando regresa a casa.

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No asumas que algo saldrá mal.

Los viajes y el estrés siempre están relacionados. Las largas colas y los retrasos de vuelo no deben darse por hechos. Boyes sugiere tres preguntas: "¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué es lo mejor que puede pasar? ¿Cuál es la situación más realista?". Pensar en todos los escenarios te puede ayudar a relajar tu mente.

Ten algo cuando llegues a casa.

Volver a casa después de un viaje puede ser muy emotivo. Después de meses esperando esos momentos de descanso, puede ser difícil ajustarse a tu antigua rutina. Boyes siempre tiene otro viaje reservado, incluso si es pequeño, para que así pueda fijar su vista en algo nuevo y emocionante cuando regresa a su vida diaria.