Conoce al hombre que en 61 años como empleado no ha pedido nunca licencia médica

Por Abha Bhattarai

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Cecil Exum dentro de la cafetería, que ha sido nombrada como “Ceci’l Lounge” en el Marriott Crystal Gateway en Arlington (Astrid Riecken/The Washington Post)
Cecil Exum dentro de la cafetería, que ha sido nombrada como “Ceci’l Lounge” en el Marriott Crystal Gateway en Arlington (Astrid Riecken/The Washington Post)

En lo que lleva de día, Cecil Exum calcula que ya habrá hecho unas 130 omelettes o tortillas, pero realmente ha perdido la cuenta. Lleva cinco horas de su turno de nueve y acaba de darse cuenta de que no ha tomado su café matutino. La gente sigue viniendo, pidiendo omelettes, huevos fritos y waffles, así que él tiene que seguir cocinando.

Ahora, tres omelettes más se están haciendo en la parrilla. Cocina cada una con su espátula de goma y le da vuelta con un ligero movimiento de muñeca: uno, dos, tres.

"¡Santo cielo!", dice Sally McGinnis, una clienta de Clover (Carolina del Sur) que suele ir muy a menudo a ese lugar. "Esos volteos, Díos mío… ¡Son perfectos!", añade.

Cecil Exum prepara tortillas. “Mantengo mi puesto muy limpio, todo tiene que ver con la apariencia” (Astrid Riecken / The Washington Post)
Cecil Exum prepara tortillas. “Mantengo mi puesto muy limpio, todo tiene que ver con la apariencia” (Astrid Riecken / The Washington Post)

Exum, que en poco tiempo cumplirá 80 años, ha estado cocinando para Marriott desde que la empresa se llamaba Marriott. Tenía 19 años cuando dejó una granja de cultivo para empezar a trabajar en Hot Shoppes, un establecimiento de cerveza administrado por la familia Marriott. Ahí estuvo limpiando mesas, sirviendo sodas y preparando varios postres Banana Split.

Al año siguiente, los Marriott abrieron su primer hotel: el Twin Bridges Motor Hotel en Arlington. Exum, que ejercía de lavaplatos, fue uno de los primeros empleados. En ese entonces cobraba USD 0.75 por hora y a la semana se llevaba USD 30,00.

Cecil Exum es el empleado más antiguo de Marriott y nunca ha pedido un día por enfermedad (Astrid Riecken/The Washington Post)
Cecil Exum es el empleado más antiguo de Marriott y nunca ha pedido un día por enfermedad (Astrid Riecken/The Washington Post)

Después Exum empezó a trabajar en la cocina y de ahí al puesto de omelettes, que estaba en la esquina del Crystal Gateway Marriott, donde ha permanecido durante 24 años. A su vez, el negocio ha ido creciendo y la cadena hotelera más grande del mundo tiene USD 17 millones en ingresos anuales.

"El Sr. Cecil es una historia viva de Marriott. Se ha convertido en una leyenda para nuestros huéspedes" comentó Robert Tate, director de recursos humanos del hotel, que, a principios de año, entregó a Exum el Premio Marriott a la Excelencia.

Según sus directivos, este hombre es el empleado más antiguo de la compañía. Bill Marriott Jr., de 85 años, es el actual presidente del hotel y también comenzó a trabajar a tiempo completo en 1956, pero hace unos años que se retiró del puesto de director ejecutivo.

"Estamos muy orgullosos de que Cecil sea parte de la familia Marriott. Ha sido un claro ejemplo de nuestras intenciones, de que la gente va primero. Y puedo asegurar que él hace unas magníficas tortillas", comentó Marriott.

El primer negocio de los Marriott era una cervecería en Washington. Willard Marriott Sr., en la puerta, junto a su primer empleado en la ventana (Cortesía de Marriott)
El primer negocio de los Marriott era una cervecería en Washington. Willard Marriott Sr., en la puerta, junto a su primer empleado en la ventana (Cortesía de Marriott)

Exum asegura que se ha quedado porque le gusta su trabajo y porque tiene buenos beneficios sociales: un plan de retiro, una participación en la empresa y "todas las vacaciones que uno pueda desear". En 61 años, él jamás llamó diciendo que estaba enfermo.

En muchos aspectos, Exum representa otra era del empleo en Estados Unidos, cuando los trabajadores se quedaban en una sola empresa durante décadas. Su lealtad solía ser recompensada con buenas pensiones y, quizás, algún reloj de oro.

El nombre de Cecil Exum bordado en su bata de cocina (Astrid Riecken/The Washington Post)
El nombre de Cecil Exum bordado en su bata de cocina (Astrid Riecken/The Washington Post)

Pero mucho han cambiado las cosas en la última generación. Los empleadores, en una carrera cada vez más frenética para reducir costos, han disminuido drásticamente las pensiones y han intentado deshacerse de los trabajadores más mayores a través de planes de reducción de personal.

"Desde la década de los noventa, y después de la crisis económica, las empresas han estado recortando constantemente", comentó Aldy Keene, directora del Loyalty Research Center, una consultora con sede en Indianápolis. "Su objetivo ha sido el de tener el mínimo de trabajadores, ¿Cómo es posible? ¿Qué es lo mínimo que podemos hacer?", agregaba sobre esta situación.

Bill Marriott con sus hijos Stephen (izquierda) Debbie y John in 1966 (The Washington Post)
Bill Marriott con sus hijos Stephen (izquierda) Debbie y John in 1966 (The Washington Post)

Hace años, cuando este cocinero de tortillas empezó su incursión en el mercado laboral, la historia era diferente. Después de la Gran Depresión, y especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses y las empresas buscaron cierta estabilidad. Los trabajadores querían empleos más seguros y las empresas querían trabajadores más leales.

Así que para Exum, que nació una década después de que acabara la Gran Depresión y justo antes de que comenzara la guerra, la seguridad laboral era lo más importante, particularmente en una industria con un alto volumen de negocios. Ahora, el trabajador estadounidense permanece en un trabajo durante unos cuatro años, según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos. Los trabajadores de servicios alimentarios, sin embargo, suelen estar temporadas mucho más cortas, permaneciendo un promedio de 1.9 años.

Exum, por su parte, confiesa que está tomando medidas, por pequeñas que sean, para cambiar esa tendencia en la empresa.

Cecil Exum maneja una hora hasta llegar a su puesto de trabajo, a las 5 de la mañana (Astrid Riecken/The Washington Post)
Cecil Exum maneja una hora hasta llegar a su puesto de trabajo, a las 5 de la mañana (Astrid Riecken/The Washington Post)

"Cada vez que entra alguien nuevo le digo dos cosas: inscríbase en un plan de jubilación y deje de ir de un trabajo a otro", manifiesta.

En su puesto, Exum está esperando la siguiente tanda para cocinar. Para pasar el rato, ha estado escribiendo la lista de la compra en una servilleta, limpiando la cocina y contando los huevos en la nevera.

"Cuando esto se pone lento hago un repaso de todo lo que necesito para mañana. Es importante seguir activo, de lo contrario mi mente vagaría", admite.