Apps con captura de movimiento ofrecen a niños sordos un final feliz

Por Sarah Larimer

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Melissa Malzkuhn, izquierda, y Jason Lamberton se preparan para dar una demostración de cómo se crean aplicaciones de captura de movimiento en el Laboratorio Motion Light de la Universidad de Gallaudet. (Jahi Chikwendiu/Washington Post)
Melissa Malzkuhn, izquierda, y Jason Lamberton se preparan para dar una demostración de cómo se crean aplicaciones de captura de movimiento en el Laboratorio Motion Light de la Universidad de Gallaudet. (Jahi Chikwendiu/Washington Post)

En el laboratorio Motion Light de la Universidad de Gallaudet, una universidad privada para sordos y personas con deficiencias auditivas en Washington, D.C., la investigación y la innovación se convierten en recursos para los niños sordos y sus familias.

"La gente como yo, la gente sorda, no pide ser reparada", dijo Melissa Malzkuhn, fundadora y directora creativa de Motion Light. "Sólo queremos tener la posibilidad de prosperar".

Fundado en 2009, en años recientes el laboratorio ha creado aplicaciones llamadas VL2 Storybook Apps con cuentos como El Baobab (que ha sido traducido al ruso, japonés y otros idiomas), La langosta azul, con la misma niña como protagonista, así como El Museo de Errores, un juego sobre palabras, y cuentos inspirados en obras clásicas.

"Realmente no hay muchos recursos disponibles para los niños sordos", dijo Malzkuhn. "Especialmente cuando hablas de tecnología".

Las aplicaciones de libros de cuentos bilingües ofrecen vívidas y coloridas ilustraciones de perros, aviones y heroínas de pelo rosa. A medida que el cuento avanza, los niños pueden presionar palabras destacadas para ver un video de alguien que diciéndola en el Lenguaje Americano de Señas (ASL por sus siglas en inglés). También pueden ver un video con toda la historia contada a través de señas.

El laboratorio también está utilizando tecnología de captura de movimiento para lograr una experiencia más auténtica. Un video de canciones de cuna en lenguaje de señas, realizado en colaboración con un laboratorio de París, muestra por qué esto es importante: el sistema puede crear un lenguaje claro y expresivo a través de un personaje tridimensional.

La captura de movimiento se utiliza para mostrar desplazamientos: por lo general danza, deportes y cosas así. Capturar gestos, sin embargo, es un poco más complicado. Por lo general, dice Malzkuhn, el sistema del laboratorio tiene alrededor de 50 marcadores, que son básicamente perillas elevadas colocadas en las articulaciones del cuerpo. En este caso el laboratorio utiliza más de 100 marcadores para asegurarse de que se registren hasta los gestos más finos.

"Me siento como un ninja, porque es negro y tengo todos estos marcadores puestos, así que me visto completamente de negro", dijo sobre el traje de captura de movimiento. "Es un trabajo tedioso", dijo.

Los guantes con puntos reflectantes son algunas de las herramientas utilizadas para crear aplicaciones de captura de movimiento en el Laboratorio Motion Light. (Jahi Chikwendiu/ Washington Post)
Los guantes con puntos reflectantes son algunas de las herramientas utilizadas para crear aplicaciones de captura de movimiento en el Laboratorio Motion Light. (Jahi Chikwendiu/ Washington Post)

El Motion Light Lab es parte de un centro de ciencia y aprendizaje respaldado por la Fundacion Nacional de Ciencia. Trabaja en cooperación con el laboratorio de Cerebro y Lenguaje de Gallaudet, dirigido por Laura-Ann Petitto, cuya investigación ha revelado que tanto el lenguaje de señas como el hablado son procesados por tejido cerebral idéntico.

"Solíamos pensar que esta parte del cerebro, en el hemisferio izquierdo, era sólo el lado para procesar el sonido. Lo creímos durante 125 años ", dijo Petitto. "Pensábamos que este tejido, cerca de la oreja por supuesto, debía estar basado en el sonido, así que conduje una variedad de estudios que pusieron a prueba la hipótesis y encontraron que la misma es falsa".

Malzkuhn pertenece a una familia de sordos, y creció en una casa en la que todos hablaban con señas. A su padre le encantaban las historias, especialmente las divertidas, y alentaba a sus hijos a crear sus propios relatos: usa esta forma de la mano, le decía, y cuéntame una historia con ella.

"Así que jugábamos con el lenguaje constantemente en mi casa, y ese juego con el lenguaje es básicamente lo que estoy tratando de integrar en el trabajo que estamos haciendo aquí", dijo.

Norma Morán y su compañero, Franklin Torres, tienen dos hijos pequeños, Ramón Torres Morán, que tiene casi 3 años, y Teófilo Torres Morán, que aún no tiene 2. Norma y Franklin son sordos, al igual que sus hijos. La familia utiliza las aplicaciones, y la madre dice que puede ver que Ramon usa señas específicas de allí.

Tablero de anuncios afuera del Laboratorio Motion Light en la Universidad de Gallaudet. (Jahi Chikwendiu/Washington Post)
Tablero de anuncios afuera del Laboratorio Motion Light en la Universidad de Gallaudet. (Jahi Chikwendiu/Washington Post)

"Definitivamente es un refuerzo", dijo Morán a través de un intérprete. "Hay un personaje que usa mucho el dedo índice para apuntar. El apunta de la misma manera. Nosotros también. El repite lo que hace el personaje de la aplicación".

Morán dice que las aplicaciones le resultan fáciles de usar y ayudan a aumentar el acceso al lenguaje de señas. "[Con las aplicaciones] es más fácil exponerlos a algunos de estos conceptos antes", dijo. "Y no dependemos tanto de la escuela. Es algo que podemos hacer en nuestro tiempo libre, y realmente reforzar el aprendizaje que están recibiendo en la escuela".

Austin Carrigg, otra madre de DC, recuerda cuando su hija Melanie se encontró con alguien en un ascensor que le habló con señas. Los ojos de Melanie se abrieron como platos, dijo Carrigg, y se dio cuenta de que su hija creía que sólo unas pocas personas en su mundo podían hablar con señas.

Las aplicaciones de cuentos ayudan a la niña de cuatro años, que es sorda, y a su madre, que no lo es, a entender las emociones detrás del lenguaje.

Carrigg dijo que su hija es ahora "muy, muy roñosa" con el iPad. Lo lleva consigo a todas partes, dice Carrigg, a menudo con las aplicaciones de libros de cuentos abiertas.

"Necesitamos más apoyo para cosas como esta", dijo Carrigg. "Si pudieran obtener fondos para hacer cientos de éstas, imagine cómo podría cambiar la vida de los niños".