Modelos cuentan los peores usos que han hecho de sus fotografías

Por VICE Staff; traducido por Mario Abad

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Silvia Bottini es la cara del meme de “Problemas del primer mundo”
Silvia Bottini es la cara del meme de “Problemas del primer mundo”

Por lo general, quienes se dedican al modelaje no tienen ni voz ni voto sobre el uso que se da a sus fotos, lo que da lugar a que a veces su imagen acabe en alguna camiseta para hombre horrible o como parte de un meme que todo el mundo odia.

Un colaborador de VICE escribió un artículo en el que explicaba que hacer de modelo de stock había sido uno de los mayores errores de su vida. Entre otras cosas, al cabo de solo un año se había convertido en la cara de una horrible enfermedad del pene. Pero no es el único: a menudo los modelos (sean o no de stock) no tienen capacidad de decisión respecto al uso que se da de sus fotos de cara y cuerpo.

Hablamos con varios modelos para que nos explicaran los peores usos que las agencias habían hecho de sus fotos.

Priscilla Rossi, 27 años, Francia

Priscilla (derecha) en el anuncio de un producto para blanquear la piel
Priscilla (derecha) en el anuncio de un producto para blanquear la piel

Si buscas en Google "pelo natural afro" o "pelo rizado" en Google Images, encontraras un montón de fotos mías. Eso es porque tengo un blog de belleza en francés bastante popular y porque cuido mucho mi visibilidad en internet. Por eso, pese a no ser modelo profesional, mis fotos aparecen tanto. Es genial, porque mucha gente descubre mi blog de ese modo, pero también hay una parte negativa: mucha gente usa mis fotos como si fueran imágenes de stock por las que hubieran pagado. Cuando les llamo la atención, siempre se justifican diciendo que las han sacado de internet, como si eso fuera suficiente.

Encuentro muchos sitios web que usan mis fotos sin permiso. Hasta las marcas lo hacen. En 2015, un diseñador gráfico que trabajaba para un gran grupo empresarial francés usó una de mis fotos para promocionar productos para el cabello en un supermercado. Seis meses después, una marca internacional de cosméticos hizo lo mismo. Pero los peores de todos son los de Gluthathione Cosmetics, que usaron una foto mía para publicitar un producto blanqueador de la piel. He contratado a dos abogados para hacer que dejen de usar mi imagen, pero hasta ahora no he obtenido respuesta alguna. Esta empresa tiene sede en Atlanta y por lo visto distribuyen por toda África. Cuando conseguimos que un establecimiento deje de usar mis fotos, aparece otro que lo hace. No se termina nunca. Su página de Facebook tiene más de 250.000 me gusta, y como usan mi cara, da la sensación de que creo que la piel clara es más bonita que la oscura, lo cual no puede estar más lejos de la realidad. Me han convertido en la imagen de un concepto en el que no creo en absoluto y que transmite un mensaje muy equivocado.

Silvia Bottini, Italia

Silvia como protagonista de un meme sobre los problemas del Primer Mundo
Silvia como protagonista de un meme sobre los problemas del Primer Mundo

Esta foto la hizo en 2008 mi novio de entonces en Shanghái. Por esa época era bastante conocido en el mundillo de las imágenes de stock. Cuando estábamos juntos, siempre intentaba vestirme con colores neutros e ir maquillada por si a él le llegaba la inspiración y le daba por hacerme una foto. Eso fue justo lo que pasó en esa foto: estábamos de vacaciones y me pidió que posara mientras lloraba. Poco después de que mi novio cargara la foto en varios sitios web de imágenes de archivo, empezó a llegarme la primera ronda de memes sobre problemas del Primer Mundo en los que habían usado mi foto. Al principio me cabreé mucho. Los bancos de imágenes deberían ser más cuidadosos con su contenido.

Cuando le expliqué al fotógrafo lo que había pasado, me dijo que podría intentar demandar a los sitios web que usaban mi imagen, pero que seguramente no conseguiría nada. Algunos de los memes son bastante bestias u ofensivos y de vez en cuando le pido a la gente que los retire. En un momento dado, la gente se enteró de mi nombre y me empezó a buscar por internet. Ponían comentarios como, "En su página de Facebok siempre se está quejando; este meme le va al dedillo". Me molestó mucho, la verdad, pero con los años hasta le he cogido cariño y todo. Vivo en Los Ángeles y, pese a que soy actriz desde hace 15 años y he ganado premios, nada me ha otorgado tanta notoriedad como ese meme. Al final decidí cambiar de actitud y, con ayuda de varios amigos, crear una serie de memes sobre problemas del Primer Mundo.

Rolien, 25 años, Países Bajos

Rolien estampada en una camiseta de 63 euros
Rolien estampada en una camiseta de 63 euros

A los 18 años vivía en Londres, donde trabajaba como modelo y hacía sesiones con un amigo fotógrafo. Era la época en la que Lady Gaga era muy famosa e hicimos unas cuantas fotos con semidesnudos y una estética similar. La serie de fotos se publicó en una revista artística de Londres.

Más o menos un año después, el fotógrafo me llamó diciéndome que acababa de salir de una tienda del diseñador Harvey Nichols y que había visto un montón de camisetas para hombre con una foto en la que yo salía con el pecho al descubierto, a excepción de unos trozos de cinta americana cubriéndome los pezones. Por lo visto, una marca había usado la foto sin pedir permiso, la estampó en esa camiseta y le añadió unos detalles horribles. Joder, que me pusieron alas. Mi cuerpo estaba a la venta en una camiseta para hombre por 65 euros en varias tiendas.

Les amenazamos con demandarles y enseguida retiraron las camisetas del mercado, pero eso fue todo. No nos pagaron ni un céntimo de indemnización. El episodio también hizo que mi amigo el fotógrafo y yo nos distanciáramos, así que la experiencia fue bastante amarga. Pero bueno, todavía puedes encontrarte a algún tío llevando una imagen de mí semidesnuda a los 18 años.

Kimberley Jackson, 29 años, Reino Unido

Kimberly, que nunca ha estado en el reality ‘The Bachelor’. Foto cortesía de Matrix Pictures
Kimberly, que nunca ha estado en el reality ‘The Bachelor’. Foto cortesía de Matrix Pictures

En 2012 asistí a un evento de moda en un hotel, y en un momento en que subí para cambiarme de ropa, varios fotógrafos me siguieron y me pidieron una foto en las escaleras. No suelo hacer desnudos, y lo más que he hecho ha sido fotos en las que salgo tapándome el pecho, pero en ese momento me pillaron predispuesta.

Al día siguiente, vi un titular en el periódico: "Ahora no vas a conquistar su corazón…Concursante de Bachelor posa semidesnuda en un evento de moda". Ahí estaba yo, en las escaleras. Por lo visto se pensaban que era una de las concursantes de The Bachelor ( reality show británico), que quería conquistar a otro de los participantes, Gavin Henson. En ese momento no tenía ni idea de quién era ese tal Gavin Henson. Ahora sé que es un jugador de rugby galés que estuvo saliendo varios años con la actriz y cantante Charlotte Church. La confusión fue porque al parecer a ese evento asistieron muchos concursantes de The Bachelor y una de ellas hizo de modelo, pero obviamente no era yo. Hasta ese día, ni siquiera sabía que ese programa se emitiera en el Reino Unido. Pensaba que era solo de EE. UU.

Jérôme Rupf, 22 años, Alemania

Jérôme en su faceta de no muñeco. Foto por Kyle Springate
Jérôme en su faceta de no muñeco. Foto por Kyle Springate

Hace dos años trabajaba de modelo en Londres. Un día un fotógrafo me preguntó por Instagram si podíamos hacer una sesión. No podía pagarme y tampoco podía ser a través de agencia, pero como quería engrosar un poco mi portfolio, le dije que sí.

Todos los del equipo fueron muy majos y la sesión, muy divertida y distinta a lo que estaba acostumbrado a hacer. Normalmente tengo que estarme muy quieto y me visten con pantalones cortísimos de color rojo, una chaqueta de piel dorada y un chubasquero nacarado, por ejemplo. Pero en esa sesión estuve la mayor parte del tiempo sin camiseta.

Seis meses después vi las fotos en una revista de internet, acompañadas de ilustraciones en tonos pastel. Me habían convertido en una especie de muñeco, como Ken. No me lo esperaba, así que le mandé un mensaje al fotógrafo, pero no hubo respuesta. No tenía sentido montar un rollo por algo así, pero al menos me podría haber dicho para qué eran las fotos. Ahora siempre pregunto por el concepto antes de acceder a posar.

Jadranka Joksimović, 20 años, Serbia

El resultado de la sesión en la revista: Jadranka es el cuerpo sin cabeza abajo a la derecha
El resultado de la sesión en la revista: Jadranka es el cuerpo sin cabeza abajo a la derecha

Una vez hice una sesión para una revista Serbia que se suponía que era para un desplegable de bañadores. Nos habían cogido a mí y a otras chicas y ya sabían qué tallas teníamos. Pero mientras nos ponían los estilismos, no dejaban de decir, "Vaya, no pensábamos que los bañadores os iban a quedar tan apretados" y se sorprendían de que la agencia les hubiera enviado unas chicas como nosotras. Estuvimos varias horas con la sesión y nos hicieron un millón de fotos en distintas poses y con diferentes bañadores.

Cuando salió el número de la revista, vimos que el "desplegable" resultó ser solo una página en la que, encima, nos habían cortado la cabeza. El titular decía algo así como: "¡Ya es hora de lucir el cuerpo que llevas todo el invierno trabajándote!". El proyecto entero fue una basura.

Patricia Sluka, 26 años, Suiza

Patricia Sluka fuera de una tarjeta navideña. Foto por Ellin Anderegg / Scout Model Agency Zurich
Patricia Sluka fuera de una tarjeta navideña. Foto por Ellin Anderegg / Scout Model Agency Zurich

Uno de mis primeros trabajos fue hacer de modelo en una foto para la tarjeta de Navidad de un equipo de fútbol aficionado, que quería enviarla a sus patrocinadores. Un amigo fotógrafo me lo ofreció, y como yo acababa de empezar, no sabía muy bien qué esperar. Me preguntó si estaba dispuesta a hacer algo provocativo y me prometió que la foto no sería pública y que no habría desnudos. Finalmente, acepté.

El resultado parecía más la foto promocional de un club de sadomaso que una tarjeta de felicitación. Hicimos unas cuantas tomas, y en una de ellas había un jugador en el centro, a cuatro patas, mirando a la cámara y con una cadena muy grueso en el cuello; yo estaba a su derecha, sosteniendo el otro extremo de la cadena. A la izquierda había una modelo rubia con un látigo. El tema no me molesta en absoluto, pero cuando vi el resultado final me pareció bastante inapropiado para un equipo de fútbol.

Publicado originalmente en VICE.com

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