Ecologistas justifican por qué matan a los gatos de cruentas maneras

Por Nat Kassel; traducido por Daniela Silva y Álvaro García

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Los gatos son posiblemente la mayor amenaza para la fauna australiana. Hablamos con sujetos que están tomando el problema en sus propias manos.

En una ocasión, el ex ministro de Medio Ambiente de Australia, Greg Hunt, llamó a los gatos salvajes "un tsunami de violencia y muerte", y afirmó que eliminan 4 millones de aves, reptiles e insectos nativos cada noche. Esta cifra suena a que toda la fauna australiana podría desaparecer dentro de una semana, pero no hay duda de que los gatos acaban con una buena parte de la vida silvestre. Tanto así que el gobierno tiene programado sacrificar 2 millones de gatos antes de 2020.

El plan ha recibido críticas de los veganos amantes de los animales como Morrissey y Brigitte Bardot, mientras que en el otro extremo del espectro una serie de ecologistas apasionados no pueden esperar para empezar. Aquí entran los tres ecologistas que matan gatos.

Son conservacionistas que, por una serie de razones, favorecen la acción directa en lugar de la intervención estatal. Viven en diferentes áreas del país, pero bajo el disfraz de anonimato acordaron describir sus hábitos de matar gatos. Y si bien están motivados por la protección de la vida silvestre nativa, sus historias y métodos de cacería son diferentes entre sí. A continuación los explican en sus propias palabras.

Lewis
Obrero y observador de aves

Gato salvaje con una cacatúa Galah. Imagen a través de Wiki Commons
Gato salvaje con una cacatúa Galah. Imagen a través de Wiki Commons

Cuando tenía unos 10 años, fui a la parte que estaba debajo de la casa y encontré a mi padre ahogando un gato. Ya sabía que atrapaba gatos en jaulas en el patio trasero, pero esa fue la primera vez que lo vi colocar la jaula en un contenedor lleno de agua. Le pregunté qué estaba haciendo y él me dijo directamente qué hacía con los gatos y las razones detrás de sus actos. Dijo que ahogarlos era supuestamente la forma más pacífica. Yo tenía un pájaro de mascota, un Inseparable de Namibia, que había sido asesinado por el gato del vecino, así que lo entendí.

Empecé a observar pájaros cuando tenía 14 años. Los parques nacionales le pagaban a mi papá para llevar a cabo estudios de conservación de aves migratorias y yo solía acompañarlo. Tratar de identificar diferentes especies de aves se convirtió en una adicción y realmente me interesé en compilar listas mensuales de todas las especies que había visto. Ahora tengo 29 años y todavía soy un ávido observador de aves.

Tenía probablemente 14 años cuando empecé a eliminar gatos aquí y allá. Los atrapas, sumerges la jaula en el contenedor, cierras la tapa, esperas diez minutos, sacas al gato, lo envuelves en una bolsa de basura negra y luego la tiras a la basura. Cierras la tapa del contenedor para que no tengas que ver al gato ahogarse —porque no eres un psicópata—, sólo lo dejas caer en la oscuridad y esperas un poco.

En la primera casa en la que viví, mi padre y yo probablemente nos deshicimos de diez gatos, que le pertenecían en su mayoría a los vecinos, pero nadie dijo nada. Hacerlo en un contenedor con ruedas es sin duda la forma más limpia y no llama tanto la atención. No quieres que el gato se ponga a gritar, especialmente si no estás seguro de lo que estás haciendo. Tampoco quieres dejar un desastre, sólo quieres quitarte de problemas y desechar el cuerpo.

No es que no sienta ninguna emoción por matar gatos. No es algo agradable de hacer en absoluto. Lo había mantenido en secreto durante siglos y sólo se lo conté a mis amigos recientemente. No es el tipo de reputación que quieres tener.

Suena bastante bárbaro, pero la forma en que lo veo es que a sus propietarios no les importan lo suficiente para mantenerlos dentro de casa por la noche y los gatos salen y realizan una matanza. La gente piensa que eres un salvaje, como un asesino en serie que comienza a matar animales y luego personas, pero no es realmente así. Si los gatos están afuera durante la noche entonces el dueño no se está haciendo responsable y necesitas tratar el problema. Hasta donde ellos saben, podrían haber atropellado al gato, y si en verdad los atropellara un coche, el resultado sería el mismo. Así es como yo lo veo. Estás haciendo lo que harían en la perrera.

Steve
Cuidador de fauna y observador de aves

Otro gato salvaje con un periquito. Imagen vía el usuario de Flickr Brisbane City Council
Otro gato salvaje con un periquito. Imagen vía el usuario de Flickr Brisbane City Council

Maté a mi primer gato cuando tenía alrededor de 14 años. Empezó con un interés en las aves desde que era joven y ha sido mi pasión desde entonces. Luego, a medida que crecí, me involucré más en tratar de proteger a las aves. Tengo 66 años, pero incluso en la adolescencia pude ver el impacto que los gatos tenían en las especies nativas.

Pasé 25 años más como cuidador voluntario de animales así que tengo conocimientos de primera mano sobre el impacto de los gatos en las especies nativas. En todo ese tiempo de proteger la vida salvaje nunca vi a un solo pájaro o reptil sobrevivir una mordedura o rasguño de gato. En algún punto estaba manejando personalmente más de 100 animales nativos al mes. Y, desafortunadamente, una buena parte de la protección de la vida silvestre significa básicamente poner a los animales fuera de su miseria, sin importar que la causa de su muerte sea por ataque de gato, ataque de perro, o por vehículo.

Conozco gente que ahoga gatos y conozco gente que los ahoga con el escape de un coche. Es más rápido que dejarlos sufrir. Depende de cada quien y hay varias maneras de hacerlo.

No tengo ningún reparo en matar gatos salvajes tan humanamente como sea posible, pero me resulta difícil diferenciar entre los gatos salvajes y los gatos suburbanos. No es algo que me guste hacer, pero por cada uno que eliminé, sólo pensaba en el número de animales nativos que potencialmente estaba salvando. Y en muchos casos prefiero tomar acciones agresivas contra los propietarios.

No llevo la cuenta de cuántos gatos he matado. Pero hice un viaje alrededor de Australia en los años 80 y podrías garantizar que los gatos se van a aparecer en tu campamento. Las áreas desérticas tenían cantidades sorprendentes de gatos salvajes. Una noche le disparé a siete.

Siempre he usado pistola. No recomiendo esa opción para todos porque no muchas personas son buenas para la puntería, yo siempre he sido bueno para disparar. Ponerles carnada tampoco es muy recomendable porque hay muchos animales nativos, algunos de los cuales están en peligro de extinción, y también caerían con la carnada. Es mejor que no hacer nada pero matas a algunos que no merecen.

Conozco gente que ahoga gatos y conozco gente que los ahoga con el escape de un coche. Es más rápido que dejarlos sufrir. Depende de cada quien y hay varias maneras de hacerlo. Es buscar la forma más humana de hacerlo en ese momento.

Las personas que sacrifican a los gatos pueden ser acusadas por ser crueles con los animales, mientras que los que matan numerosas especies nativas- son casi inmunes a la ley. Ya no tengo armas y actualmente no mato gatos. No quiero ir a la cárcel por eso.

Terry
Comerciante y dueño de patos

Otro gato salvaje, por el usuario de Flickr NottsExMiner
Otro gato salvaje, por el usuario de Flickr NottsExMiner

Sólo he matado a un gato una vez. Todo empezó cuando compré dos pequeños patitos, que eran súper torpes e inofensivos. Vivieron en la casa con nosotros durante dos meses, hasta que crecieron lo suficiente como para sobrevivir por su cuenta. Los crié como si fueran mis hijos, y mientras los veía florecer y tropezar en el patio trasero comencé a notar cuántos gatos vivían en mi calle y cuantas veces se paseaban furtivamente por mi jardín.

Construí una gran jaula de seis por seis para los patos y en las noches los encerraba. Pero una noche, cuando los metí a la jaula, noté que un gato estaba esperándolos. Ahí fue cuando decidí comprar una trampa por internet. Básicamente, no sabía nada acerca de matar gatos, pero pronto encontré una trampa por 60 dólares, la compré y la monté al lado de la casa. Calenté una lata de sardinas en el microondas, lo puse en la trampa y luego lo puse justo afuera de mi ventana para que yo fuera el primero en oírlo.

Al caer la noche, oí el resorte de la trampa, seguido por el silbido y el maullido de este gato. Mientras caminaba afuera me di cuenta de que algunas personas salieron a buscarlo a la calle. Tenía un collar púrpura y una campana. En ese momento me di cuenta de que ya era demasiado tarde, así que lo cargué de la espalda, al canal detrás de mi casa. Pensé que ahogarlo sería la forma más pacífica para matarlo, así que sólo sumergí toda la trampa en el canal.

Fue un poco raro. Nunca antes había ahogado a un animal, así que no estaba seguro de cuánto tiempo tenía que dejarlo bajo el agua. Al final esperé a que todas las burbujas se detuvieran. Cuando lo saqué, el gato ya estaba muerto, completamente sin vida. Comencé a cavar un agujero y lo enterré.

Definitivamente, fue muy raro saber que le había quitado la vida a ese animal y sólo me miraba fijamente, tieso, con los ojos sin alma. Supongo que tuvo un rush de adrenalina, pero eso era más por el miedo de ser atrapado. De antemano, me había entusiasmado al respecto, algo así como la caza, donde pones trampas y carnada y pensando en la posibilidad de atrapar algo. Pero entonces la finalidad de matar es un sentimiento completamente diferente.

Mi plan inicial era empezar a matar a todos los gatos de la vecindad, pero luego pusieron volantes por todos lados del gato desaparecido. Las chicas con las que vivía pronto se dieron cuenta de que había matado a ese gato que era la mascota de alguien y le pusieron fin a la historia. Al final, mantener mis relaciones era más importante que erradicar a más gatos en el área.

Soy una persona bastante normal. Realmente no tengo mucha rabia o malicia en mí, así que tuve un poco de duelo por el gato y sentí lástima. Pero era algo que sentía que necesitaba hacer, para proteger a los patos. Lo haría de nuevo si me pusieran en la misma situación. Supongo que soy el tipo de persona que es capaz de asesinar a un asesino cuando se trata de algo que realmente me importa.

Al final los patos podían vagar libremente alrededor del canal en la parte trasera de nuestra casa. Volvían a buscar comida de vez en cuando, pero al final se volvieron autosuficientes.

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Publicado originalmente en VICE.com