El plan secreto de Venezuela para vender a Estados Unidos el prohibido petróleo de Siria

Funcionarios de Caracas y Damasco intercambiaron varios mensajes para trazar una ruta que evada las sanciones internacionales impuestas al régimen de Bashar al Assad

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Bashar al Assad y Nicolás Maduro
Bashar al Assad y Nicolás Maduro

Autoridades sirias y venezolanas planearon en los últimos años una trama secreta para lograr colocar petróleo de Medio Oriente en el mercado estadounidense, con la colaboración de Rusia y la utilización de una base en el Caribe, y evadir así las sanciones que pesan sobre el régimen de Bashar al Assad.

Una investigación del portal Bloomberg reveló el esquema, ideado desde 2012, pero que todavía no llegó a ejecutarse. Según pudo averiguar a través de documentos y entrevistas, el objetivo era comprar a un precio muy por debajo del mercado el crudo sirio y revenderlo en suelo norteamericano. Para ello, sería adquirido a través de una petrolera rusa y enviado a Aruba, donde una filial de la estatal venezolana PDVSA tiene alquilada una refinería.

William Ruperti, un empresario petrolero que acumuló fortuna y poder en los últimos años bajo el régimen chavista, admitió a Bloomberg su participación clave en el trazado del plan, aunque señaló que ya no forma parte de la iniciativa. El ejecutivo, quien tenía negocios en el Caribe, fue abordado por oficiales de Damasco en 2012, durante un evento en el Club Sirio Caracas.

En septiembre de ese año, Ruperti envió una carta al entonces embajador de Siria en Venezuela, Ghassan Abbas, para explicar el esquema y resaltar que el objetivo era "evitar el boicot implementado por EEUU y la Unión Europea", según informó el portal. Por ello, propuso crear un grupo de negocios llamado Sirius Venezuelan y recomendó un contrato de cinco años para el suministro de entre 50 mil y 200 mil barriles diarios de crudo sirio, así como un depósito para almacenar hasta 6 millones de barriles. "Patria socialista, ganaremos y viviremos", clamó en la misiva.

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Desde ese punto, se sucedió una cadena de mensajes entre funcionarios sirios y venezolanos que incluyó a ejecutivos de Citgo, la filial de PDVSA con sede en Houston, entre los que se destaca una invitación del embajador Abbas a un empleado venezolano para que viajara a Damasco para definir los términos del acuerdo.

Aunque el esquema está en línea con la postura ideológica de Venezuela, cercana a los gobiernos de Vladimir Putin y Al Assad, Ruperti indicó que la finalidad no era enviar un mensaje político. "Era una solución logística para hacer mucho dinero", argumentó desde Caracas.

Por su parte, PDVSA no respondió a las solicitudes de comentarios, mientras que un ejecutivo de Citgo indicó que la refinería de Aruba "no considera importar crudo sirio", al estar "comprometida" con el cumplimiento de las sanciones estadounidenses.

Autoridades de EEUU consultadas indicaron que sólo planear un esquema así significaría una violación de las sanciones internacionales contra el régimen sirio. "Damasco está buscando alternativas y formas de saltar la ley y han encontrado amigos en nuestro propio hemisferio", consideró Shannon O'Neil, experto del Concejo de Relaciones Internacionales.

"Si Venezuela está dispuesta a atravesar todas esas contorsiones para ayudar al régimen de Al Assad, ¿qué más están dispuestos a hacer?", se preguntó el experto. Bajo el gobierno de Nicolás Maduro, el país atraviesa una agobiante crisis económica y sufre para conseguir financiamiento externo, luego de la caída del precio del petróleo.

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