El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de los Estados Unidos anunció que "observa de cerca la situación en el Manchester Arena del Reino Unido". Poco después de que se conociera que el atentado en el concierto de la cantante Ariana Grande había dejado 22 muertos y 59 heridos, un comunicado oficial anunció: "Estamos trabajando con nuestros pares extranjeros para obtener información adicional sobre la causa de la explosión que se denunció, y sobre la cantidad de heridos y muertos".
Se aconsejó a los ciudadanos estadounidenses en el área de la tragedia que hicieran caso a las indicaciones de las autoridades locales y que se mantuvieran atentos a las cuestiones de seguridad. También que se acercaran a la embajada en Londres en caso de necesitar asistencia.
"En este momento no tenemos información que señale una amenaza específica verosímil a los estadios para música en los Estados Unidos", agregó el texto del DHS. "Sin embargo, el público puede encontrar mayor seguridad en los lugares y eventos públicos, y en sus alrededores, mientras las autoridades toman precauciones adicionales".
El departamento se manifestó "listo para colaborar con nuestros amigos y aliados en el Reino Unido de todas las formas necesarias mientras investigan y se recuperan de este incidente".
El texto cerró con una mención a las víctimas y sus familias: "Nuestros pensamientos y nuestras plegarias están con aquellos afectados por este incidente".
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