La implacable lección de un "comerciante judoca" a dos ebrios prepotentes

El dueño de una tienda en Rusia se indignó al ver que los clientes entraron pateando la puerta. Entonces se dispuso a enseñarles que no debían volver a hacerlo

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Recién salían los primeros rayos de sol en el pueblo de Sovetskiy, ubicado en el okrug (distrito) autónomo de Khanty–Mansi. Tras pasar toda la noche bebiendo en un bar, dos amigos salieron a caminar por la calle.

Estaban violentos y descontrolados. Por eso, cuando vieron una tienda, decidieron entrar mostrando toda su prepotencia. Ambos patearon las puertas y las paredes.

El dueño, que tenía entrenamiento en artes marciales, encolerizó al ver la actitud de sus clientes. Los acompaño a la salida. Al primero le aplicó una toma de judo para tirarlo al suelo. Al segundo lo noqueó con un jab cruzado.

Ninguno de los ebrios se atrevió si quiera a levantarse mientras el comerciante les advertía que no volvieran a pasearse por allí. Probablemente aprendieron la lección.

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