La misteriosa bacteria que podría hacer desaparecer los restos del Titanic

El H. titanicae encontrado en el exterior del trasatlántico, junto con otros organismos, puede acelerar la corrosión de los más de 50 mil toneladas de metal que componen la estructura

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El opulento trasatlántico hundido en 1912 en la actualidad no es más que un casco oxidado que reposa en el fondo del océano, pero que podría desaparecer durante las próximas décadas
El opulento trasatlántico hundido en 1912 en la actualidad no es más que un casco oxidado que reposa en el fondo del océano, pero que podría desaparecer durante las próximas décadas

Científicos creen que, en un par de décadas o incluso en 14 años, los restos del Titanic, el que fuera en su momento el barco más grande del mundo que se hundió en su malogrado viaje inaugural, podrían desaparecer por el efecto de una bacteria que amenaza con destruirlo completamente comiéndose el metal.

El microbio se estudia desde 1991, cuando científicos de la universidad canadiense de Dalhousie recogieron muestras de herrumbrosas formaciones que colgaban del barco y,  al analizarlas, notaron que tenían vida.

Un equipo internacional de científicos descubrió que la bacteria usa una molécula llamada ectoína para protegerse de la presión osmótica extrema
Un equipo internacional de científicos descubrió que la bacteria usa una molécula llamada ectoína para protegerse de la presión osmótica extrema

Tomó casi 20 años que otros científicos de la misma universidad, encabezados por Henrietta Mann, aislaran la especie de bacteria que resultó ser nueva para la ciencia y que nombraron Halomonas titanicae, en honor al barco.

La bacteria mostró una característica asombrosa y es que se encuentra en ambientes extremos como las marismas, donde la salinidad del agua varia dramáticamente por la evaporación, un problema que en su evolución la Halomonas solucionó y le permitió adaptarse a esta medio.

“Al principio, el barco comenzará a corroerse, pero a medida que los microbios colonizan los restos, comienzan a formar una biopelícula que crea una capa protectora entre el barco y el agua del mar”, explica Melanie Damour, arqueóloga marina de la Universidad de la Florida a cargo de la expedición
“Al principio, el barco comenzará a corroerse, pero a medida que los microbios colonizan los restos, comienzan a formar una biopelícula que crea una capa protectora entre el barco y el agua del mar”, explica Melanie Damour, arqueóloga marina de la Universidad de la Florida a cargo de la expedición

En el último número de la Revista Internacional de Microbiología Sistemática y Evolutiva, los investigadores publicaron estudios que prueban la capacidad de oxidación de las bacterias que se adhieren a las superficies de acero.

La H. titanicae no es la única bacteria que habita en barcos hundidos, pues el material con el que están construidos los navíos determina el tipo de microbios que atraen. Curiosamente, aunque las bacterias esencialmente se alimentan de los barcos, también los protegen de la corrosión.

Los hallazgos sugieren que la bacteria H. titanicae puede estar trabajando junto con otros organismos para acelerar la corrosión del metal del buque
Los hallazgos sugieren que la bacteria H. titanicae puede estar trabajando junto con otros organismos para acelerar la corrosión del metal del buque

En 1985, Robert Ballard, un oceanógrafo de la Universidad de Rhode Island en Narrangansett (EEUU), encontró por casualidad la embarcación a 3.800 metros de profundidad en el océano mientras participaba en una misión secreta de la armada estadounidense que localizaba dos submarinos nucleares hundidos durante la Guerra Fría.

Desde el 10 de abril de 1912, fecha en que zarpó de Southampton a la ciudad de Nueva York, las 50 mil toneladas de hierro que conforman el Titanic se deterioran progresivamente en el fondo del mar.

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