Prohibir o no el burkini, el debate que tiene en vilo a los franceses

Los alcaldes de al menos cuatro localidades tomaron medidas prohibitivas. El Colectivo galo contra la Islamofobia atacará los decretos en la Justicia. Los principales ejes del debate

Compartir
Compartir articulo
Mujeres visten el burkini en la playa. El atuendo que cubre el cuerpo disparó la polémica en Francia (AFP)
Mujeres visten el burkini en la playa. El atuendo que cubre el cuerpo disparó la polémica en Francia (AFP)

El burkini. Algunos lo ven como un indicio del avance del islam radical. Otros, como una manifestación de las libertades individuales. Nunca un traje de baño sembró semejante discordia, desde que el bikini se impuso en la moda a mediados del siglo XX.

El atuendo que cubre el cuerpo sin tapar la cara es tendencia en el verano francés, no tanto en la playas –donde todavía no está muy difundido- sino en el debate público. Frente a un fenómeno del que hace unos meses se sabía muy poco, se multiplicaron las medidas de dirigentes políticos locales, a un paso de la difusa línea entre la protección de los valores laicos de la República y el golpe a la libertad de culto. Lo único claro es la polémica. Algunas pistas a continuación.

David Lisnard, el alcalde de Cannes, la ciudad conocida por el festival de cine que alberga todos los años, prohibió el burkini en un decreto del 28 de julio. "Una vestimenta de playa que manifieste de manera ostentosa la pertenencia religiosa, mientras Francia y los lugares de culto religioso son actualmente blanco de ataques terroristas, puede generar riesgos de perturbación del orden público", señala la norma, divulgada por la agencia de noticias AFP.

"Los decretos parten de la idea de que se volvieron ostentosos los signos religiosos", indicó a Libération Stéphanie Hennette-Vauchez, profesora de derecho en la Universidad Paris-Ouest-Nanterre. "Pero el mero hecho de lucir esa vestimenta, ¿alcanza para perturbar el orden público? Es muy problemático, y ¿dónde está el límite?". Ese razonamiento podría conducir a una lluvia de decretos imposibles de aplicar en el espacio público.

Algunos consideran el burkini como un indicio del avance del islam radical. Otros, como una manifestación de las libertades individuales (AFP)
Algunos consideran el burkini como un indicio del avance del islam radical. Otros, como una manifestación de las libertades individuales (AFP)

En la Costa Azul, el alcalde de Villeneuve-Loubet, Lionnel Luca, prohibió el burkini por decreto el pasado 5 de agosto y argumentó "un contexto particular" tras el ataque en Niza en el Día de la Bastilla. El titular del gobierno municipal, en una entrevista con el diario Le Parisien el 16 de agosto, dijo: "El burkini no tiene sentido. Es una provocación ideológica. Es una manera de conquistar el espacio público por aquellas personas que quieren imponer otro modo de sociedad. Es la faceta amable de la sharia (ley islámica), ni más ni menos".

El profesor de derecho en la escuela de Ciencias Políticas de Toulouse Michel Ducomte señaló al diario Libération: "El atentado no tiene que ver con el burkini y la emoción de la opinión pública no puede justificar por sí sola una medida que atenta a las libertades individuales".

Además de Cannes y Villeneuve-Loubet, la localidades de Le Touquet, en el norte de Francia, y Susco, en la isla de Córcega, se sumaron a la prohibición. El Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF) anunció este lunes que atacará las medidas prohibitivas en la Justicia. El vocero del CCIF, Marwan Muhammad, dijo que "la situación se agrava" y advirtió sobre las consecuencias: "Las comunidades se enfrentan entre sí".

La polémica no se circunscribe a Francia. En otras ciudades de Europa, como en localidad belga de Charleroi o en Constance, Alemania, se dieron situaciones similares que auguran que el debate sobre el atuendo musulmán será mucho más que una tendencia de verano.

LEA MÁS: