Diego Rossini: "Debería estar contento por estar vivo"

El chef argentino cuenta para Infobae la increíble noche en que salvó su vida en el restaurante de Bangladesh atacado por el Estado Islámico y cómo se recupera con dificultad del estrés post traumático

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"Es una sensación agridulce. Todavía no puedo creer lo que pasó, pero debería estar contento por estar vivo". Lo dice Diego Rossini, el chef argentino que se salvó "de milagro" en el atentado perpetrado por el Estado Islámico el pasado 1° de julio en el restaurante Holey Artisan Bakery-O'Kitchen, ubicado en el exclusivo barrio de Gulshan, en Dacca, Bangladesh, antes de comenzar la entrevista con Infobae.

Aún con gestos de tensión en su rostro, dificultades hasta para levantarse de una silla por un fuerte golpe en la caja torácica, y visiblemente conmovido, el cocinero que llegó al país asiático en 2014 relató cómo se desarrolló aquella trágica noche en la que casi pierde la vida.

Eran cerca de las nueve. Diego se encontraba "en la zona de pase de platos", cuando de repente observa cómo la gente sentada en las mesas de afuera cae al suelo. Al ver esa escena, y aturdido por fuertes estruendos, advirtió que se trataba de un ataque terrorista.

"Automáticamente me escapo por dentro del edificio. Subo por unas escaleras y me voy hacia la terraza con algunos chicos más (…). Nos encerramos en la terraza, y ponemos un mueble en la puerta", narró el chef argentino.

Durante un lapso de casi una hora y media, los "siete u ocho chicos" que habían logrado alcanzar la vía de escape permanecieron refugiados en la terraza del restaurante. Pasadas las 23.30, la policía aún no había llegado al lugar y los empleados del local de comida Mediterránea escucharon golpes en la puerta de la terraza. El temor volvió a invadir sus cuerpos.

Dos de los seis terroristas abrieron a la fuerza la puerta e ingresaron a la plataforma. "Ahí para mí fue un segundo ataque", reconoció Diego.

"Uno de los terroristas me vio a unos metros, me disparó, llegué a tirarme entre un tanque de agua y unos fierros, y de ahí tomar cierta carrera para saltar hacia un árbol que estaba por encima de un muro que protegía a la propiedad del restaurante", indicó.

Su intento de sostenerse del árbol fue en vano y cayó al piso. "Creo que el terrorista pensó que me había matado porque caí muy fuerte".

Acto seguido, se arrastró para que el extremista pierda toda posible visibilidad de su persona y se escondió junto a un compañero de trabajo en "un cuarto" que había en el parking, contiguo al Holey Artisan Bakery-O'Kitchen.

Después de poco más de dos horas de terror, la policía local finalmente llegó al lugar. En el primer enfrentamiento con los terroristas, un oficial cayó muerto. "Ahí se dan cuenta que están ante un grupo armado, muy fuerte, e intentan encontrar una vía de entrada de cierta sorpresa. Entonces buscan entrar por el parking del costado, y ahí es donde me encuentran".

"Estoy vivo". Es el único mensaje que logró publicar en su cuenta de Facebook cuando quedó en custodia de la policía. Pero a los pocos minutos le quitaron el teléfono móvil "por una cuestión de seguridad".

"Ellos por un rato no saben quién sos. Hasta que te identifican plenamente te quitan todo lo que tenes encima, y te revisan", agregó el cocinero argentino que en 2001 se fue del país para probar suerte en España.

Pasada la medianoche, y refugiado en un lugar de completa seguridad, Diego, en un lógico estado de shock, recibía su cumpleaños ese 2 de julio. Ni en sus peores pesadillas hubiese imaginado un cumpleaños así. "Yo estaba en completo estado de shock. Hablaba como un zombie, no entendía lo que estaba pasando".

A dos semanas de esa trágica noche, el cocinero argentino se encuentra con tratamiento psicológico, producto del estrés post traumático, y en medio de una recuperación física por los fuertes golpes que sufrió al escapar de los terroristas.

"Yo estoy en recuperación. No solo la parte física, porque la caída fue muy fuerte, tengo una pequeña lesión en el esternón, tengo hinchada la caja torácica, y esto me obliga a estar en reposo, tengo dolores. También hay un tema psicológico. Siento angustia, temas relacionados con el estrés post-traumático, que pensé que no sería tan heavy, pero en verdad lo es".

"Todavía no puedo creer lo que pasó, pero debería estar contento por estar vivo", volvió a repetir al finalizar la entrevista.

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